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Un rapidin en el centro comercial

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Era un 20 de diciembre del año 2021, la cuarentena había terminado, y poco a poco los sitios públicos volvían a ser abiertos; discotecas, restaurantes, salones de belleza, centros comerciales, entre otras cosas. Obviamente utilizando tapa bocas, alcohol desinfectante, y siguiendo las órdenes adecuadas de bioseguridad.

El 24 estaba prácticamente encima, y los que son de Colombia, saben muy bien cómo se vuelven las ciudades en esas fechas, que parece como si se fuera a acabar toda la ropa, o el mundo se fuera a acabar. No quería estresarme en esa multitud que se forman los 24 o los 23 de diciembre, así que llame a mi novia Gisella, le dije que se alistara, y que pasaba a recogerla en media hora en mi carro, para que fuéramos por su estreno, y por el mío por supuesto.

Cuando pase por ella, eran las 4 pm, una hora perfecta para salir de compras, pensando en los trancones de la ciudad, y pensando también en el pico y placa de muchos carros. Me estacione al frente de su casa, e hice sonar la bocina de mi carro tres veces, que era la señal para que ella saliera, cuando salió estaba echa toda una mamacita completa; una blusa tipo escote negra de tiras, una chaqueta azul de jean que la cubrían, unos shorts blancos bastante cortitos que dejaban ver sus hermosas piernas que se mandaba, y unas sandalias de color dorado.

El almacén en donde mi novia solía comprar los vestidos, estaba completamente lleno, otras personas llegaron más temprano que nosotros, con todos ellos era ilógico creer que nos atenderían, así que tocaba esperar. Para matar el tiempo le invite un helado de los que venden en la entrada, ella pidió el suyo sencillo como siempre; un cono normal, con una sola bola de helado, que en ese caso era de vainilla, y chispitas de chocolate.

Yo si quería el mío con más detalles, así que me pedí algo un poquitico mejor; un cono más caro con dos bolas de helado, chicle y chocolate, con un detalle de una galleta wafer en el centro, leche condensada, y chispitas de colores, obviamente le di de mi helado también, no soy tan mal novio jajaja.

Al terminar nos quedamos un buen rato conversando, dándonos caricias, y besándonos como siempre lo hacemos. Pero sus besos eran tan ricos y deliciosos, que siempre lograban calentarme, cuando sentía sus labios húmedos, la verga comenzaba a ponérseme dura, y esa vez no fue la excepción, y ella parecía también estar caliente, porque le pase mi mano por encima de sus shorts, y estaba bastante mojadita.

No aguantábamos las ganas, si o si teníamos que culear, porque era la única forma para calmar ese deseo carnal que estábamos sintiendo en ese momento. Así que la llevé al baño de hombres sin que nos viera algún guardia y la hice entrar, fuimos hasta el último baño de los baños divididos, la entre conmigo y cerré la puerta.

La recosté contra la pared y seguí besando su rica boquita, mordía sus labios, y metía mi lengua muy hacia el fondo dentro de su boca, enredaba mi lengua junto a la suya, mientras agarraba sus ricas tetas.

Le solté una de sus tetas, y llevé mi mano hasta su short, poco a poco le fui bajando su cierre, hasta finalmente desabotonárselo. Se los baje un poquito y acaricie su cuca por encima de su tanga, mmmmm, ya estaba bastante mojadita, tenía una mancha grande en todo el centro ocasionada por sus fluidos. Así que corrí un poco su tanga, y metí dos dedos en toda su rajita, mientras la besaba, al mismo tiempo la dedeaba muy fuerte y rápido, haciendo que soltara fuertes gemidos.

Solté su otra teta y bajé su short hasta sus pies, lo mismo hice con su tanga, ya que quería jugar un rato con su rica cuquita mojadita mmmmm. Llevé mi boca hasta su cuca y comencé a lamérsela toda, movía mi lengua de arriba abajo, de izquierda a derecha, y formaba circulitos alrededor. Se la escupía y chupaba muy rápido, metía y sacaba de mi boca, me clavaba bien en ella y le succionaba toda esa delicia de cuca ufff.

Para ese entonces ya tenía la verga bastante dura, me excito mucho con el sabor de su cuca, y esas tetas me la paran con una facilidad, ya estaba bien erecta, solo hacía falta lubricarla antes de usarla. Así que me senté en la taza del sanitario me baje los pantalones, los boxers, y la arrodillé frente a mí, la agarraba muy fuerte de la cabeza y hacía que se tragara toda mi dura verga, con mis dos manos agarraba su cabeza y me cogía muy rápido su boquita. Luego de unas cuantas mamadas, ya Gise estaba lista para que entrara en ella.

Se sacó mi verga de su boca, y se dio media vuelta quedando de frente hacia mí, lentamente se fue subiendo en mi verga, hasta que toda entro en ella. Ella sola por voluntad propia, se movía de adelante hacia atrás, y me daba unos sentones muy deliciosos, mi verga entraba y salía de su cuca de una manera muy rápida y salvaje, como solo a ella le gusta. Le subí un poco su blusa y saqué sus enormes tetas, se las agarraba y le apretaba muy duro esos pezones mientras la penetraba con fuerza, se las chupaba y re lamia sin dejar de gozar con su cuca. Las agarraba fuerte, y se notaba que esos pezoncitos ya estaban bastante duritos, la excitación estaba al full por parte de ambos, uno de los dos estaba que se venía, eso ya era seguro.

Se paró de mi verga y quedo adelante mío dándome la espalda, se sentó encima de ella nuevamente, y me daba unos sentones muy rápidos y fuertes, eso hacía que la verga se me pusiera mucho más dura de lo que ya estaba. Sé que pronto acabaría, al ritmo rápido y salvaje que llevábamos, uno de los dos se iba a venir, y finalmente fue ella, porque mientras mi verga entraba y salía de su cuca, sentía como un líquido bajaba por todas mis piernas, esos ricos fluidos rodeaban todas mis piernas. Sentía que pronto acabaría yo también, así que la pare de mi verga, y la empujé de manera ruda contra la pared.

Agarre muy fuerte su cabello, y le metí toda mi verga en su rico culito, metía y sacaba muy fuerte de su culo, cogí sus manos y las llevé hacia mi dejándola inmovilizada, no podía hacer nada, solo gozar con mi verga en su culo, metía y sacaba muy fuerte haciéndola gemir como a una puta. Ya no aguantaba más, y si o si tendría que correrme, así que le saque la verga del culo, la arrodille y le tire todo mi espeso semen en su carita, absolutamente toda estaba llena de mi esperma caliente; su cara, un poco de su cabello, y su boca. Se agarró todo el semen de la cara con sus manos, y se lo llevo a la boca para tragárselo, limpio mi verga, lamiéndola y chupándola con muchas ganas, hasta que no quedara ni una sola gota de semen.

Luego nos vestimos, y volvimos al centro comercial, ella pudo comprar su vestido y el resto de sus cosas, yo por mi parte también pude comprar mi estreno, pero no dejaba de mirarla, solo pensaba en lo que acabábamos de vivir. Era una experiencia nueva para los dos, así que terminamos todas nuestras cosas, y nos fuimos para su casa, en donde tuvimos una noche larga de sexo salvaje, porque queríamos más.

Bueno, espero que les haya gustado mucho este primer relato, desafortunadamente ya no estoy más con Gisella por cosas del destino, pero si tengo muchas historias calientes que viví junto a ella. Espero más adelante poderles contar que paso después del centro comercial, así como muchos otros relatos.

(9,00)