Aldo reponía fuerzas yo me consumía de ansiedad pensando en cómo sería chuparle la pija y tragar todo el semen. Mientras tanto tía Julia no estaba ociosa. Seguramente para mantenerme caliente me acariciaba.
-Mírame mientras la mamas. -Hizo saliva y la dejó salir, justamente cayó en el tronco de la verga y ansioso me comí todo el tronco para que la saliva no resbalara y se perdiera. Después me arrepentiría de mi extrema sumisión, ahora solo quería darle placer, demostrarle que no encontraría hombre
-¿Quieres que te la de por el culito bebe? Pídemelo otra vez. –El ano me temblaba excitado en espera de verse traspasado por la dura verga que se apretaba contra él.