Lucerito
Llevábamos ya un par de semanas solo jugando a calentarnos, besos, mi mano en su vagina sintiendo su humedad, sus orales, pero no habíamos llegado más allá. Veníamos de regreso del trabajo. Ella comenzó a jugar con mi pene como siempre mientras yo al volante con una mano iba desabrochando el panta...