Crónica de una seducción a la tía
Arqueó su cuerpo apretándose al mío, se tensó y acabó ruidosamente, más de una vez. Seguimos, sus patitas elevadas, tomados de los tobillos, uno en cada mano, accedo a lo más profundo de su ser. Empujo con fuerza, se queja, empujo más fuerte tomado de las caderas, y el cuerpo sobre sus piernas bien dobladas sobre su pecho. Literal...