Incesto. alcohol y unas rayas
El bar era un antro de delincuentes de poca monta, pero tenía una mesa de billar nueva y a mí el billar me encantaba. Mis buenos dineros me tengo ganado con aquellos pazguatos que iban a las descargas de tabaco rubio y andaban con los bolsillos llenos, ya que los ilusos se pensaban que sabían jugar y lo más par...