Iniciando a nuestros hijos mellizos (12)
Con la lentitud del que sabe que la recompensa vale la pena, comencé a penetrarla, llenando su coño, Desde el primer instante en que sentí su calor interior supe que no iba a durar demasiado. En cinco minutos eyacule y fueron suficientes para que también mi mujer se viniera, su explosión fue intensa, sus piernas temblaron y cayo de b...