Placeres prohibidos. Ángel del incesto (2)
Atziry, con los ojos entrecerrados, comenzó a deslizar el vibrador dentro de su vagina, imaginando que era la verga de Diego penetrándola. Cada movimiento del juguete la llevaba más lejos, su mente recreaba las embestidas de su primo, su cuerpo sudoroso sobre el suyo. Sus gemidos se volvieron más audibles, el zumbido del vibrador se m...