Cuando conocí al ingeniero (2)
Claro que íbamos por ahí. Ambos sabíamos lo que queríamos desde ese primer encuentro. Esa misma noche, mientras él iba camino a Corrientes, empezamos a hablarnos. Las preguntas eran las clásicas: ¿qué hacés?, ¿cómo estás?, ¿soltera? Pero algo pasaba… Las palabras fluían como si ya nos conociéramos. No había silencios inc...