Hetero - Pelirroja... peligrosa (7ª parte – final)
A la tercera llamada del timbre me levanté de un salto, poniéndome los primeros pantalones que encontré. Caminé fastidiado mientras me abotonaba, pensando en que la pena de muerte es un castigo muy dulce para los que se atreven a llamar a una casa decente un día de fiesta a las... bueno, a la una y media del mediodía. Abrí...