El regalo: Un antes y un después (Vigésima tercera parte)
—Y ajá nene… ¿Ya te marchas? Me tienes tan abandonada. No me llamas y si me cruzo contigo, te haces el desentendido… ¡Ya ni me miras como solías hacerlo! ¿Nada que me perdonas «rolito gruñón»? —Y aunque Paola no se diera cuenta, yo si la observaba, &ndas...