Candaulismo
Me puso a mil cuando me dijo casi susurrando: "Cómeme el coño". Tumbándola, le separé las piernas y me demoré lamiendo sus labios, luego abriéndolos para succionar suavemente su clítoris. Sentí su orgasmo y cómo se arqueaba. "¡Fóllame! Fuerte.". La penetré, mis testículos golpeando su perineo. Minutos eternos pero fugaces "¡...