Cuando todos se van de la oficina
La tensión sexual y el deseo que nos teníamos era evidente, casi insoportable para nuestros cuerpos, nuestras mentes y nuestra alma.
Y la primera vez que se dio simplemente fue de casualidad, me llamaste para que veamos juntos una presentación a enviar a contrarreloj. Vos sentada en tu silla y yo parado al lado, vi...