De mis vacaciones con la tía Bertha (Parte III)
Una vez que terminamos de desayunar, la tía me prestó un mandil. Acabó por explicarme cómo funcionaba la lavadora, como planchar y como le agradaba que se aseara su casa. Cuando comprendí todo, dijo que tendría que salir un rato, pero que a su regreso traería algunas sorpresas.
Yo empec&...