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He aceptado hacer un trío
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Tiempo de lectura: 10 minutos

Le he dicho que si a mi esposo, después de tantos años calentando mi mente, calentando mi coño sobre la posibilidad de que otro hombre pueda verme desnuda o estar junto a nosotros mientras hacemos el amor.

Estoy como una cabra, como coño le he dicho que si a esto?

Ansío vivir una experiencia así, aunque solo por una sola vez, era virgen cuando conocí a mi esposo, nunca mi cuerpo ha sido visto ni tocado por otro hombre que no haya sido él, por ello me come por dentro el pensar que otro hombre pueda excitarse conmigo logra que me moje sólo de pensar esto.

Le he puesto reglas, condiciones sobre el cómo hacerlo:

1º Mi rostro estará cubierto por un antifaz, no quiero por nada de este mundo que ese chico pueda reconocerme alguna vez si me lo encuentro por la calle, por otra parte yo no quiero ver a ese chico, tampoco que mi marido pueda ver la expresión de mi rostro si me excito demasiado, no quiero que piense que soy una puta y ni de coña que nuestro matrimonio se vaya a la mierda por esto.

2º Yo estaré vestida con tanga y con sujetador, no quiero que sin más otra persona pueda verme desnuda, el que mi marido haya aceptado esto me hace sentirme un poco más segura, teniendo ropa que cubra mis partes, como lo estaría en la playa teniendo un bikini de dos piezas puestas.

3º El chico solo observará, no participará en nada, no me tocará por nada de este mundo, me encantaría pero tengo miedo a esto, a que mi marido me eche alguna vez en cara que otro hombre ha tocado mis tetas o mi cuerpo, el morbo que quiero experimentar es tan sólo el que haya otra persona con nosotros, nada más.

4º Yo tendré la última palabra, en un solo segundo, si yo decido cortar todo de golpe, todo se acabará, esta es la tranquilidad que me da el que esté mi esposo en el cuarto, que me proteja en todo momento si ese desconocido se vuelve loco, más al saber que una amiga suya, queriendo experimentar algo así, solo queriendo ser tocada por otro, fue penetrada, follada a lo bestia en la cama de un motel siendo infiel a su marido, ha quedado tocada para toda su vida, ha quedado horrorizada por lo que le ocurrió, acabó confesándoselo a su esposo al cabo de unos meses, él la abandonó, él le había propuesto como todos los maridos lo hacen el hacer un trío, suave, light, pero ella como muchas esposas hacen, ni de coña soportarían el saber que su marido está viendo como ella es tocada por otro hombre.

5º Esto lo hago por complacer a mi esposo, nada más, a mi me llega de sobras el sexo que tengo con mi esposo por lo que nunca él me podrá echar en cara esto y menos pedir que yo tenga que devolver el favor trayendo a otra chica a nuestra cama, esto no.

Por lo tanto, no pierdo nada de nada, no crees?

De momento ha ganado mi marido, tres días llevo follándolo, cabalgando su polla según entra por la puerta de casa, por la mañana, lo despierto mamando su polla, haciendo que se vaya encantado a trabajar teniendo sus huevos completamente descargados; esto nos ha cambiado nuestra rutina, nuestra vida sexual, ya no es el polvo que le permitía hacerme cada dos sábados, nunca he sido muy sexual, nunca, la férrea mentalidad casta en la que he sido educada por mi familia, donde todo es pecado o de degenerados así me influyó, siempre he tenido que esconder mis tetas, usando doble camiseta para nadie, nunca pudiese ni imaginar el tamaño de pechos que tengo, no he usado faldas cortas en mi vida, tangas, ni hablar, masturbarme?, ni de coña, todo esto era de guarras según me educaron

Al conocer a mi esposo vi que todo esto era una asquerosa mentira, que las parejas no sólo hacen el amor con la intención de tener hijos, poco a poco crucé al otro lado del muro, tuve que aprender todo en cuestión de sexo, a masturbar y comer la polla a mi esposo, a masturbarme y correrme sintiendo ese enorme placer que se tiene y que no lo cambiaría por nada, no he vuelto a poner doble camiseta, mis 110 copa D se marcan por el tamaño de mis pechos, no porque los vaya enseñando por ahí, es justamente mi esposo el pillín, el que desde que nos conocimos me ha alentado a ser más sensual y sobre todo más sexual.

Ahora uso tangas, el cabroncete de mi esposo me regala conjuntos muy sexys que en la zona de la raja de mi coño y de mis negras y grandes aureolas se transparenten, le encanta el morbo subido de tono, ver la llama del sexo en mis ojos, reflejándose, siempre lo consigue, le he masturbado en un cine normal, he experimentado el no llevar ropa interior yendo a comer a un restaurante llevando sólo una minifalda corta y una blusa escotada transparente, le encanta tocar, recorrer cada poro de mi piel con sus dedos, esto me pone perra, me corro siempre cuando me hace esto, diciéndome cosas guarras y sobre todo, haciendo recrear en mi mente que es el dedo de otra persona el que se desliza en ese momento por mi cuerpo, teniendo mis ojos cerrados.

Le encanta el riesgo pero controlado, le encantan los juegos morbosos, probar un paso adelante pero siempre que ello sea para los dos, para el disfrute de los dos, me siento amada, deseada cada día estando con él, por ello y porque he comprobado que si es bueno el que una pareja crezca sexualmente confío en él, como siempre, sé que solo soy para él para el resto de nuestras vidas.

Todo cambió a más cuando me regaló un enorme vibrador negro de 25 cm., nunca me lo he introducido dentro de mi vagina, no me atrevo, mi coño es exclusivamente para mi esposo pero me encanta refregar ese enorme aparato por toda la raja de mi coño, sintiendo como esa cosa enorme dura como una piedra recorre mi sexo, estando mi marido conmigo al lado, corriéndome cada vez que mi marido me pone en mi mano su polla, notando la otra en mi sexo, el muy cabrón sabe cómo follar mi punto G, mi mente.

Hoy es el día, mi esposo se ha ocupado de todo, esta noche, después de cenar ha preparado la sesión más porno y morbosa que nunca hemos tenido, habrá otra persona más en la habitación, a sólo unos centímetros de nosotros, viéndonos hacer, sin poder tocarnos, pero creo que resultará muy excitante

Hemos cenado en un precioso restaurante, ambos hemos bebido generosamente esta noche, los dos necesitábamos algo que nos alegre el momento de lo que vamos a hacer, del paso que vamos a dar, me hubiese encantado que mi esposo me hubiese follado en el restaurante, que me incrustase dentro de mi coño sus 19 cm. De polla encima de la mesa donde comimos, su mirada, viéndome sonreír, viéndome contenta, viendo la expresión de mi cara de una niña pilla que va a ser mala…

El muy cabrón me depiló mi coño al cero en casa, escogió un conjunto de ropa interior que pondría cachondo al más ciego, más teniendo mi coño depilado en el que no ha quedado ni un solo pelo: tanga negra, completamente transparente en la zona del pubis, el sujetador… se me salen mis pechos por todos lados, transparente al 100% viéndoseme mis pezones y mis aureolas, negras como el carbón tipo galleta María.

Noté como mi coño se mojó, instantáneamente, estando de pie, viendo ese conjunto escogido, viendo la cara de morbo en los ojos de mi esposo, sonriéndome, viendo que esa otra persona verá por completo mis partes aun estando debajo de esas telas, aquello me excitó, a horrores, sobre todo la mirada de mi esposo, contento porque otro hombre verá mis partes más íntimas por primera vez, no importándole sino justamente lo contrario, eso me encantó, lo besé, me tiré encima de él, en la cama, busqué su polla de dentro de su bóxer, el muy cabrón la tenía como un mástil, me puse encima de él, me la clavé de un solo golpe, él quedó alucinado que mi coño estuviese tan lubricado sin haber hecho los preliminares que siempre hacemos antes de follar, lo cabalgué como si se me fuese la vida en ello, tres maravillosos orgasmos notando como sus testículos golpeaban una y otra vez mi culo hasta que se corrió dentro de mí.

Todo esto ha sido media hora antes de ir a cenar, al restaurante, menuda calentura me entró, no me reconozco, joder con el puto morbo, lo que hace…

Con el alcohol no te cuento, entramos en la habitación del motel, mi esposo me bajó mi vestido, dejándolo tirado en el suelo, estaba tan contentilla por el vino, por llevar media hora siendo besada, lamida por la boca de mi esposo que ni me acordé por lo más mínimo a qué coño habíamos venido, mis ojos estaban tapados desde que entramos en la habitación, mi coño estaba tan caliente que los flujos traspasaban la fina tela transparente de mi tanga, a modo de colador, notando como estos recorrían el interior de mis muslos, siempre pensé que ese otro chico llamaría a mi esposo, no fue así.

Me corrí mientras mi esposo metía una de sus manos por dentro de mi tanga, acercándose a la raja de mi coño recién depilada, escuchando en mi oído, en voz baja:

-El chico estaba esperando dentro del baño, está al lado tuya desde que te quité el vestido.

No, me dije, no puede ser, no me jodas, es mentira, llevamos media hora comiéndonos vivos, sudando mi coño de la calentura que me está dando mi esposo, no, es mentira, lo dice para calentarme.

Me quedé de piedra, mi coño expulsó el charco de flujos más grande que nunca había emanado, traspasando la tela transparente de mi tanga, al tocar mi mano izquierda el muslo desnudo de otra persona a mi lado.

Era verdad, ya había alguien en la habitación, ese desconocido ha podido ver cómo me he entregado a mi esposo con sus caricias, ha podido ver como todo mi cuerpo se ha erizado, calentado, excitado, puesto de punta con la fantástica sesión de toqueteos y morreos de mi esposo.

Quité mi mano de un golpe, hijo de puta, cabrón, no me ha avisado para nada, ni por lo más mínimo, esto no se hace, por lo menos decirlo, cerré mis piernas automáticamente, instintivamente.

Me quedé quieta, muda, estando tirada boca arriba en la cama, no puede ser, aprieto mis muslos pero no doy controlado que mi coño no pare de excitarse, de mojarse, nuevos flujos salen de mi coño, estando otro chico en esa habitación, que vergüenza pasé.

Mi esposo no tuvo compasión conmigo, sabiendo que estaba muerta de la vergüenza, comenzó a besar todo mi cuerpo con sus labios, dándome pequeños besos, delante de otro hombre…

El sentir esto, sabiendo que hay otra persona, de pie, a tu lado me desbordó, mi coño reventó en ese momento como si reventase de golpe una presa enorme, me corrí, mis piernas quedaron sin fuerzas, ya todo daba igual.

Mi esposo comenzó a meterme mano, sin darle importancia a que otro hombre lo viese, creí morirme cuando sentí su mano colarse por dentro de la tela de mi sujetador, cogiendo mi pecho, moviendo su dedo en círculos en mi aureola, cogiendo mi empitonado pezón.

Pudo ser peor?

Lo fue

Introdujo su otra mano en mi tanga, acercándose con su dedo mágico como yo lo llamo a la raja de mi coño, lo tocó, supo en ese momento en el estado que mi sexo se encontraba:

Encharcado, como nunca antes lo había estado, podrías pegar el poster más grande que nunca hayas tenido solo con los litros de mis flujos vaginales, supe que había empapado las sábanas y el colchón de esa cama, solo pensé en quemar ese colchón para que los del motel no supiesen ni tuviesen pruebas que mi coño había descargado tal cosa.

En ese momento, con sus dedos en mi teta y en la raja de mi coño, todo se acabó, no fui consciente de nada más, en ese momento me transformé por completo dejando a hacer a mi marido lo que quisiese conmigo, no viendo nada teniendo en mis ojos ese antifaz, ya ni me importaba para nada que ese desconocido al que no había visto estuviese allí, viéndome, para nada, como si hubiese un pelotón de soldados en fila viendo este espectáculo.

Supe, en ese momento que nuestro amor como pareja no tendría límites nunca más.

Así fue.

Mi esposo comenzó a romper las reglas que yo le había impuesto y en las que había quedado de cumplir a rajatabla, no me importó, es más, me excitó a horrores que así lo hiciera.

Mi esposo bajó las dos tiras de mi sujetador y dejó mis pechos al aire, recorrió con su dedo todo mi vientre, lentamente, la mano que tenía dentro de la raja de mi coño fue lo peor, el muy cabrón corrió de lado la tela de mi tanga, mi coño quedó al aire, a la vista de cualquiera, ahora mismo todas mis partes íntimas estaban siendo contempladas sin ningún tipo de problema por ese hombre, mi esposo separó con sus dos dedos mis labios inferiores, estaba mostrando a otro hombre el estado en el que se encontraba mi coño: empapado, brillando en flujos, latiendo mi coño como si tuviese un corazón propio.

Me dio igual, noté como mis pezones se endurecieron al máximo, al estar completamente desnuda delante de otro hombre, estando con mi marido, podrías pasarme en ese momento un cristal blindado de un banco, te juro que lo perforaría sin problemas, dios que morbazo pasé, otro hombre que no era mi marido viendo todo mi cuerpo desnudo, sin que nadie más en este mundo supiese nada por estar escondidos, cobijados dentro de la habitación de un motel.

Me corrí, mi cuerpo no paraba de convulsionar en ese momento, mi mente no pudo asumir por lo más mínimo que mi esposo decidiese colocar su lengua en mi coño abierto, delante de otro hombre, arqueé tanto mi espalda que pensé que me la rompía,

Me corrí, varias veces seguidas, mi esposo no tenía límites,

Me separo mis piernas, del todo, se puso en medio, noté el calor de sus muslos rozando los míos, el muy cabrón iba a hacer la cosa más guarra y pervertida que podría haber en este mundo.

No me dio tiempo ni a acabar de pensar.

Noté su glande, su polla, ardiente, dura en la raja de mi coño, estaba restregando su polla por todo mi coño, lentamente, haciéndomela notar como si me fuese a romper, llegó a mi tope, a mi clítoris, hinchado como un globo, un desconocido estaba viendo todo esto, no pude más, estaba a punto de tener el mayor orgasmo de mi vida, lo supe, así lo sentí.

Mi esposo retiró su polla de la raja de mi coño, de golpe.

Me quedé de piedra, intentando respirar, excitada como nunca antes había estado

Sentí su glande tocar, rozar, entrar en mi vagina, el muy cabrón estaba dentro de mí, un par de centímetros pero los sentí como si fuesen metros en ese momento.

Otro hombre había contemplado como mi esposo insertaba su polla dentro de mí.

Esto fue el sumun, no hay más en este mundo, os lo juro.

Mi coño se corrió, mi mente se corrió en ese momento, notando como ese cabrón no paraba de hinchar y deshinchar su capullo teniéndolo dentro de mí, delante de otro hombre.

Me desmayé, sin más.

Me desperté al día siguiente, era ya por la mañana, mi esposo dormía, estábamos los dos solos, desnudos, me alegré de que nuestro desconocido no estuviese.

Miré mi coño, llevé mi dedo a él y un rayo traspasó todo mi cuerpo al descubrir que tenía mi coño lleno de esperma, mi marido se había corrido dentro de mí estando otro hombre mirando.

Aquello me volvió loca, me excitó a lo máximo.

Miré su polla, preciosa, depilada al cero como siempre la tiene, la cogí con mis manos, comencé a lamerla, a devorarla, no hay cosa que más ponga a una chica que el notar, sentir que la polla de tu chico crece, en tu mano, en tu boca porque le gusta lo que le estás haciendo.

Mi coño goteaba, lo notaba, mi esposo despertó, me miró, sonrió, yo también le sonreí, estaba encantada con la experiencia que habíamos tenido, toqué sus huevos, me quedé sorprendida de que los tuviese tan gordos, tan llenos de esperma, más si hacía unas horas se había corrido en mi coño y más habiéndose corrido en casa antes de la cena

Me paré, pensé en ello, no, no puede ser, no, no habrá…

Miré a mi esposo, el muy cabrón tenía mi ipad a su lado, lo encendió, me quedé atónita viendo que había grabado un video, ayer, era yo, desnuda, en la cama, siendo tocada, siendo lamido mi coño, nunca se veía ninguna cara, solo mi cuerpo, pude ver como mi coño sintió esa polla rozándola.

La polla de mi esposo cayó a un lado, mi mano se quedó sin fuerzas al ver en ese momento que la polla que había estado, entrado dentro de mi coño era la de otro chico, un guapo y cachas chico de unos 25 años, él había sido el que me había tocado toda, mi esposo solo me había grabado, no había sido él que noté en todo momento.

Mi coño explotó, los flujos de mi coño salieron expulsados a reacción, cerré mis ojos, mi cabeza estaba recibiendo miles de preguntas en ese momento, no podía dar fe a lo que pude ver en ese video, mi esposo había permitido, consentido que otro hombre tocase por completo mi cuerpo y lo peor, ha recorrido mi coño abierto, expuesto con su polla ante él, sin saberlo yo.

Odié en ese momento a mi esposo.

Abrí mis ojos, del todo, no puedo creerme que mi esposo se haya levantado, colocado detrás de mí en este momento, tras verme fuera de juego sobre lo que acabo de ver en mi propio ipad, me clavado sus 19 cm. de un solo golpe en mi coño.

Acabo de romper aguas, es lo que he sentido, su polla ha tocado el final de las pared de mi vagina de un solo golpe, completamente empalmado después de haber visto como otro hombre había entrado en mí, en mi coño, en su coño…

Me corrí, me caí tirada en la cama, teniendo mi coño incrustada la polla de mi esposo, recreando en mi mente que es la de ese ahora no desconocido, ese joven guapo que había visto en el video, 8 orgasmos más, mi esposo follándome, dándome pollazos sin parar durante casi una hora hasta que se corrió dentro de mí.

Me quedé dormida.

Cuando desperté mi marido dormía, vi el ipad, volví a darle al play al video, volví a ver todo lo ocurrido con ese chico, otra vez mi coño se mojaba viendo todo, sabiendo que había sido otro el que me había tocado, ahora pude ver el final del video y que era lo que más me intrigaba, pude ver como ese chico me penetró todo mi coño, cuando me desmayé pero pude ver como retiraba su polla y se colocó mi marido en su sitio, siendo este el que se corrió dentro de mí, siendo su esperma el que me encontré cuando me desperté.

Eso, el saber eso me tranquilizó, pero el saber ahora que dos hombres habían estado dentro de mi coño, uno tras otro, eso nunca lo olvidaré por el resto de mis días, te lo aseguro.

Volvimos a casa, no volvimos a decir nada sobre lo ocurrido.

Todo cambió, a mejor.

Ahora follamos salvajemente dos veces al día, todos los días de la semana, todos.

Creo que ha valido la pena el haber experimentado esto.

Mi esposo también lo cree.

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