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Violación en la discoteca

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Patricia y Victoria se habían encontrado como hacían frecuentemente en un bar del centro y charlaban animadamente, amigas de toda la vida y compañeras del colegio, que habían terminado el año pasado, ya no se veían tan seguido como en su época colegial. Al cabo de unas horas y unos tragos Patricia dijo "Ya es tarde Vicky, mejor nos vamos" a lo que su amiga estuvo de acuerdo. Caminaban hacia la parada del colectivo cuando pasaron por una discoteca, un hombre en la entrada les extendió un cupón diciéndoles "el primer trago es gratis para las chicas lindas" y les guiño un ojo. Patricia no quiso entrar pero Vicky, más decidida, le dijo "Dale, nos tomamos una copa y nos vamos" y se dirigieron al interior. Dentro había una larga barra. Mesas y sillas ocupadas por gente mayoritariamente mayor, sobretodo hombres que miraron a las chicas. Las dos amigas se dirigieron a la barra donde una mujer muy mayor las atendió y sirvió unas copas. Luego la mujer fue hasta el extremo de la barra donde había un hombre también muy mayor y le dijo "Viste lo que son esas pendejas? están para chuparlas todas, sobre todo la rubiecita, me encantaría chuparle la concha". El viejo asintió "Me parece que están pidiendo verga, mira las tetas que tiene la rubia".

La rubia era Patricia, que era delgada y alta mientras Vicky era morocha, más baja y un poco más rellenita, ambas estaban vestidas de minifaldas y tacos altos por lo que las miradas de tanto hombres como las pocas mujeres que habían en el lugar se dirigían a las chicas. "Vámonos Vicky, me siento incomoda" y apuro el trago bebiéndose toda la copa. Cuando se disponían a irse Patricia se sintió mareada y tuvo que apoyarse en la barra para no caerse. Victoria le dijo "Te sentís bien Paty?" pero su amiga no podía responder y todo le daba vueltas alrededor. La vieja mujer advirtió lo que pasaba y dando la vuelta por detrás de la barra se aproximó a las chicas y les dijo que mejor pasaran a la sala atrás de la barra para reponerse. Victoria le dijo que si y entre las dos ayudaron a Patricia a mantener el equilibrio llevándola por un pasillo hasta una puerta que comunicaba con lo que parecía una ser un dormitorio. Sobre el fondo había una cama y allí llevaron a Patricia. La mujer aprovechaba para pasar su mano por la cadera y muslo de Patricia que parecía estar en un limbo. La hicieron sentar en la cama y la mujer dijo "Voy a traer un vaso de agua" dejando a Victoria tratando de reanimar a su amiga. Al cabo de unos minutos volvió la mujer, acompañada de dos hombres, el viejo que estaba en la barra y otro grandote moreno, la vieja cerró con llave la puerta y Victoria supo que algo horrible iba a pasarles. Se levantó y quiso ir hacia la puerta pero los dos hombres la agarraron, mientras el moreno con gran fuerza le llevaba los brazos hacia atrás el otro la tomo de la cintura y la tiraron en la cama. En un santiamén, mientras Victoria se agitaba la pusieron boca abajo, el moreno le apretaba los brazos mientras el viejo poniéndose atrás le levanto la minifalda y arranco la tanga poniéndose como un poseído a chuparle la concha furiosamente.

Al lado, mientras Victoria era maltratada por los dos hombres, la vieja miraba a su víctima que no parecía ofrecer resistencia por el mareo que tenía. Le acaricio las piernas un buen rato, disfrutando de esos muslos suaves, le empezó a besar el cuello y se empezó a calentar de tener esa preciosura a su disposición. Le desabotono la blusa y le quito el corpiño, su boca se llenó de saliva viendo la redondez y turgencia de esos jóvenes pechos. No se pudo aguantar y acostando a la chica se puso a chuparle las tetas y amasarlas, se metió un pezón íntegramente en la boca y lo chupo con fuerza. Patricia se quejó apenas pero no estaba en condiciones de resistirse y la caliente vieja se había dado cuenta que iba a poder hacerle de todo. Estuvo largo rato chupando y amasando los pechos, le mordió los pezones y siguió chupando hacia abajo. Le quito la minifalda viendo que la chica llevaba una tanga blanca que apenas le tapaba la conchita a esta altura la mujer tenía una calentura monumental, le tomo por los costados la tanga y se la saco. También le saco los zapatos dejándola desnuda y disponible para hacerle lo que quisiera. Y lo que más quería era ponerse entre las piernas de esa ricura y empezar a chuparle la conchita, primero muy suave y de a poco fue aumentando sus lamidos a medida que aumentaba su calentura, su lengua no descansaba y también la penetraba con un dedo mientras Patricia emitía suaves quejidos. La pervertida mujer tomo a la chica por la cadera levantándola un poco y poder así chupar a sus anchas esa deliciosa concha.

Mientras esto ocurría, en el otro extremo de la cama Victoria estaba siendo empalada por el viejo que la cogia por el culo bestialmente, embistiéndola sin piedad, la chica se quejaba pero el moreno la tenía apretada contra el colchón con su cuerpo y no podía moverse, solo soportar como la sodomizaba el viejo degenerado y esperar que todo terminara pronto. El viejo gruñía de placer mientras se cogia a la chica, sentía como su verga entraba y salía del apretado culo de la pendeja y a cada embestida le parecía que iba a acabar. El negro que sujetaba a Victoria miraba como la chica era penetrada analmente y ya tenía una brutal erección. Cuando miro hacia donde estaba la vieja su erección fue mayor todavía, ver cómo le estaba chupando a la concha a esa belleza rubia que estaba despatarrada en la cama mientras los lengüetazos audibles de la mujer no cesaban lo puso a mil y deseo cogérsela de una vez.

Patricia sentía sensaciones extrañas, un sopor y pesadez acompañado de algo grato que venía desde abajo, empezó a sentir que estaba mojada y se mojaba cada vez más mientras entre las piernas algo le pasaba, algo que iba en aumento y empezó a sentir un orgasmo que fue evidente cuando se arqueo en la cama. La mujer que no paraba de chuparla se dio cuenta y le metió un dedo en la concha mientras la chica disfrutaba su orgasmo.

A todo esto el moreno dejo a Victoria que ya no se resistía mientras el viejo seguía culeandola con energía, y se acercó al lado de la vieja mujer diciéndole "Ahora quiero cogerla yo, ya la tuviste buen rato" y la vieja le dijo "Si cógela, esta tan en pedo que ni se va a dar cuenta"

El negro tomo a Patricia de la cintura y la hizo poner boca abajo en la cama. La hizo empinar las nalgas, con una mano guio su dura verga y quiso penetrar analmente a la chica. No pudo al principio, paso su verga por la encharcada concha de Patricia y volvió a intentarlo, ahora su verga lubricada se abrió paso por el estrecho ano de Patricia y en un par de embestidas se la metió hasta el fondo. Esto si lo sintió la chica, que ahogo un grito de dolor, alguien estaba metiéndole algo en el culo y lo que era peor era que ese algo entraba y salía produciéndole dolor. El negro gruñía del placer que sentía, seguía embistiendo como poseído, con sus grandes manos apretaba las caderas de la chica pero era tal su calentura que en un par de embestidas no pudo aguantarse y en medio de un espectacular bufido eyaculo en el intestino de la chica.

El viejo también había terminado de cogerse a Victoria, que había quedado derrumbada de costado sollozando tras la brutal violación.

Al cabo de un rato los tres violadores obligaron a las chicas a vestirse y las llevaron por la puerta trasera de la discoteca donde las dejaron solas, Patricia no sabía que había pasado, solo sentía un terrible dolor en el culo y Victoria no lograba articular palabra, solo sollozaba. Solamente pensaba que no debían haber entrado a esa discoteca.

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