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Un encuentro inesperado en el metro de la CDMX

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Era la hora pico en la CDMX, el horario laboral había terminado y lo único que deseaba era llegar a casa y poder recostarme en mi cama, eran las 6 de la tarde y me encontraba en la estación del metro universidad de la línea 3 del metro, la gente se abalanzaba a las puertas para lograr poder encontrar un lugar vacío y poder ir cómodamente sentado, los empujones de la puerta y la multitud detrás de mí, provocaron que me llevaran a la orilla del vagón, donde se encuentra un haciendo individual, logre sentarme como pude, traía las manos ocupadas con bolsas, y mi machina donde llevaba las pertenecías del día a día, en la mano llevaba las compras que había realizado en el horario de comida; unos vinilos decorativos los Beatles que eran algo grandes y estorbosos, en fin, logre sentarme como pude y tras acomodarme el metro comenzó su marcha con rumbo a indios verdes.

Balderas: Pasaron algunas estaciones y la gente comenzó a atumultuarse entre los pasillos, y el metro quedo abarrotad de gente, llegamos a la estación Balderas y los cuerpos iban y venían, y entre ellos, entro una mujer, que atrajo mi mirada, ya que era aplastada por la docena de cuerpos en el metro. Como es particular en mí, alce la mano rápidamente para indicarle que tomara él haciendo donde yo me encontraba, tome mis cosas como pude y me levante para dejar que ella se sentara, la mujer rápidamente tomo lugar y con una sonrisa y eufórica me agradecí, aún recuerdo su vestimenta un saco café sin más y un vestido largo de color oscuro, que no dejaba ver nada de su cuerpo al descubierto, se acomodó el cabello y se aliso el vestido para ir más cómoda, intercambiamos un par de miradas y sonreímos sin más compromiso.

El metro comenzó a andar y coloque mi mochila enfrente de mí y las bolsas de los vinilos a un costado, la gente quedo dándonos las espaldas y el viaje comenzó.

Al principio todo trascurrió con normalidad, pero en la siguiente estación, el cruce de miras se hacía un poco más con juego de coqueteo, y con risitas alegres, yo termine de acomodarme y ella igual, quede frente a ella y muy justo, mis rodillas chocaban contra las suyas y en ocasiones una de mis rodillas entraba por en medio de sus piernas, al principio sin ninguna maldad.

Hígado. El tumulto de gente que entro hizo que quedáramos más juntos y tuve que colocar una mano contra la pared del metro para evitar irme encima de ella, sonreímos y todo cambio de tono, al cerrarse las puertas del metro y quedar casi encima de ella, comencé a sentir un ligero roce, entre mi ingle que provoco que me quedara quito, para analizar la situación y descartar cualquier error, pero el roce inesperadamente se hizo más notable y más intenso, al mismo tiempo este comenzó a subir un poco más arriba de mi pantalón hasta llegar a la bragueta, el delicado roce que sentía provoco inmediatamente en mí una pequeña erección, que hizo inflar la parte frontal de la cremallera y comenzó a palpitar y bombear una erección más contundente, lleve mi mirada hacia bajo buscando los ojos de aquella mujer y mis dudas se disiparon, claramente vi en aquellos ojos la perversión de una mujer que buscaba calentar mi cuerpo

El roce se hizo más abrupta y comencé a sentir la mano de la mujer por encima de pantalón, sus manos estaban muy calidad y comencé a excitarme mi miembro inmediatamente reacciono a la provocación e hizo que mi erección llegar al tome, mi bóxer no puso más y mi verga comenzó a desplazarse y teniendo una erección espectacular, los ojos de aquella mujer eran evidentes que me invitaban a la lujuria, llego una estación más.

Guerreo: era la siguiente parada y la mujer parecía ya poseída ya que frotaba con locura mi verga y esta estaba comenzando a lagrimar liquido preseminal, yo estaba paralizado por tal acontecimiento que deje que la mujer realizara toda la labor, no quería moverme y mucho menos soltar cualquier ruido, para evitar ser sorprendí por la gente que se encontraba a nuestro alrededor, pasaron algunos segundos que para mi fueron minutos de largo placer al sentir como las manos de aquella mujer apretaban mi abultado pantalón buscando la figura de mi verga,.

Tlatelolco: El sonido característico del metro, que anunciaba el cierre de puertas de la estación Tlatelolco, fue rápidamente apagado por la siguiente acción de la mujer enfrente de mí, ya que sin más, y con una mano muy hábil bajo la bragueta de mi píntalos y como un mago, introdujo su mono por aquel guaco, y con una habilidad que realmente me sorprendió logro alcanzar la cabeza de mi verga y comenzar a rozarla, la erección en mí, ya era sumamente incontenible, el metro comenzó a detenerse en el túnel y la mujer aprovecho para mover sus manos y con sorpresa, poder sacar mi verga del pantalón, este movimiento si fue algo brusco y un poco doloroso, ya que con mi verga se encontraba bien erecta sacarla de mi pantalón por aquella mujer fue algo que no me esperaba, y mi pene roso con el metal de mi bragueta, pero dejando ese incidente de lado lo que a continuación después, fue increíble, la mujer tomo con una mano mi miembro que ya se encontraba fuera del pantalón y con una agilidad muy excitante comenzó a realizarme una rica masturbación, que nuevamente hizo que comenzara a lagrimar liquido pre seminal de mi pene, estaba excitado a tan perverso acontecimiento por parte de aquella mujer que no quitaba la mirada de mi rostro que seguramente ya era un mar de gestos, por los movimiento que realizaba.

La raza: llegamos a la siguiente estación y la gente comenzó a desplazarse mas cómodamente, pero mi cuerpo seguía aferrado y muy junto al suyo y obviamente con mi verga de fuera sostenida por las manos de la mujer, que eran un torbellino en aquel momento, nuevamente las puertas del vagón se cerraron y comenzó nuevamente el viaje, la mujer cambio de postura y para mi asombro, comenzó a tocarse los pechos con una mano y con la otra seguía sosteniendo mi verga y masajeándola con locura, mi éxtasis ya era casi insoportable y mi cuerpo gritaba que estaba a punto de tener una eyaculación feroz, mis testículos comenzaron a llenarse de semen y me dolían, ya que querían ser expulsados, por el movimiento feroz de las manos de aquella mujer. Su rostro se había trasformado en la representación de la lujuria y sus manos, una agarrando y frotando mi verga y la otra masajeando sus pechos abruptamente como queriéndose despojar de la ropa que llevaba puesta.

Proturo: Llegamos a la estación potrero y la gente a nuestro alrededor ya se había difuminado, solo quedaba en el asiento de enfrente una mujer, que vestía un uniforme de enfermera, y en los asientos de un costado, solo hombres perdidos en sus propios pensamientos y otros tantos dormidos, por el vaivén del bajón.

Yo seguía enfrente de aquella mujer paralizado y con unas ganas enormes de venirme, la mujer que está a espalda mías estoy seguro que se dio cuenta de lo que pasaba enfrente de ella ya que los apretones y movimientos de aquella mujer dejaron de ser discretos y comenzaron a ser muy evidentes, el placer en mi eran tal que me deje llevar por las manos de aquella mujer misteriosa, sin nombre, sin conocerla, sin más que una mujer desconocida pero que en ese momento tenía mi verga sostenida con fuerza y con movimientos alocados, como desesperados y con ganas de tenerla dentro de ella.

18 de marzo: la siguiente estación llego y mi estasis comenzó a ser insoportable y las ganas que tenia de venirme eran ya insostenibles, los ojos de aquella mujer sobre los míos lo leían y aun así me torturaba con apretones suaves y bruscos intercalando, esa sensación que no permitía que eyaculara.

El tren comenzó su marcha y con una sonrisa que nunca olvidare de aquella mujer. Se agacho enfrente de mí y sin preguntar, comenzó a darme una rica mamada velos y súper discreta, donde su lengua parecía haber sido poseía, ya que se movía de una forma espectacular. Y no pude más, lo que tanto estuve reprimiendo salió de mí y el semen salió disparado con una fuerza que hizo que mis piernas tambalearan un poco, dejando el rostro y la parte superior del vestido de aquella mujer impregnados de mi semen que no paraba de salir. Llene sus labios de mi semen y sentí su lengua que los atraía a su boca y los saboreaba dentro de ella, pero principalmente mi semen quedo regado por su vestido, yo me perdí en mi trance donde mi verga engrueso y dejo salir todo aquel semen, fue increíble la sensación. La mujer seguía frotando sus ceños y yo quede enfrente de ella exhausto por aquella corrida.

Indhizo verdes:

El metro había llegado a la última estación del recorrido y las puertas se abrieron para que los usuarios descendieran, yo estaba paralizado aferrado al pasamanos y tratando de regresar a la realidad, la mujer que estaba detrás de mi me miro y sonrió al ver mi rostro lleno de lujuria. La mujer enfrente de mí se alisto para salir; se levantó y me dio un beso en la mejilla, y se acercó a mi diciéndome que fue muy rico. Yo aún seguía con la verga de fuera y sin poderme mover, el metro anunciaba el cierre de puertas, rápidamente volví a la realidad coloque mis cosas en frente de mí, para evitar que las personas me vieran con la verga de fuera, me coloque a un costado de las escaleras y deje que la multitud se disipara, como pude introduje mi pene dentro del pantalón, manchándome un poco con el semen que aun goteaba de mi miembro aun erecta.

La despedida: una vez que termine de acomodar y dejar todo bien en mi, mis ojos rápidamente buscaron señales de la mujer misteriosa que había sido la protagonista de esta historia. busque rápidamente y la encontré parada a nos pasos de mí, observándome, con esos ojos que me habían enloquecido y estudiando todo lo que hacía, me dirigió un giño y rápidamente corrí hacia ella, estando enfrente me quede mudo y no supe que decir, ella me dirigió una sonrisa y con esa mano que había enloquecido mi cuerpo, tomo mi rostro y me acerco a ella dándome las gracias, pude oler mi semen que estaba impregnado en sus manos, me pidió que no la siguiera, que ya la esperaba su hijo, bajando las escaleras, que había sido muy rico, y que lo había disfrutado muchísimo, se despidió con un salid beso en mis labios y se macho bajando las escaleras. Yo quede al filo de las mismas queriendo correr hacia ella; observe que un chico se acercó a ella, la tomo del brazo y se perdió en la multitud de personas que iban y venían, yo quede agarrado del pasamanos, acomode mis cosas y partí a casa con una sonrisa de par a par que dejó aquella mujer en mí…

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