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Todo el mundo tiene una historia: Bárbara (Parte 1)

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Tenía 23 años cuando por casualidad conocí a Bárbara, el destino nos reunió por una razón muy estúpida realmente, por mi parte acompañaba a un amigo que había pactado una pelea con algún imbécil en una sala de chat. Ella simplemente tenía gusto por la violencia y se encontraba en el mismo chat durante la pelea verbal, así que decidió que no se perdería tan singular evento.

Como era obvio de esperar, el contrincante de mi amigo nunca apareció, pero ella sí. Si estás esperando que describa a una mujer hermosa, alta, de muy buen cuerpo y totalmente inmoral, lamento tener que decepcionarte en dos cosas, Bárbara era/es gorda, de descendencia alemana, su cabello es rubio, ojos verdes, bastante alta (1.75 m), un par de tetas verdaderamente enormes y un culo colosal que solo de verlo te daban ansias de azotarlo tan fuerte como pudieras.

En mi caso, aunque quisiera no puedo exagerar, 1.87 de alto, delgado y atlético, cabello largo hasta los hombros (en ese entonces) y barba de candado.

La gente suele hablar de cosas que no conoce, pero ha leído de ellas, en mi caso puedo decir que lo viví de primera mano, cuando Bárbara y yo nos vimos surgió un chispazo entre nosotros.

Quienes han experimentado algo así sabrán a lo que me refiero, inicia como si alguien guiara tus pasos y te dictara cada palabra que dices, puedes ver las miradas cómplices, sentir la excitación cuando ella se lamía los labios antes de contestar a cualquier pregunta y casi puedes oler el aroma de su coño totalmente empapado. En esos momentos sabes que esa zorita va a ser tuya porque lo está deseando.

Obviamente algo sobraba y era mi amigo, así que intercambiando teléfonos y correo electrónico nos despedimos y quedamos en platicar con más calma por la noche.

Con su correo pude contactarla mediante Messenger y pasamos la mayor parte de la noche platicando y conociéndonos. Ella era hija única, alemana por parte de su madre y mexicana por parte de su padre, había vivido en Alemania algún tiempo, pero había regresado después de una decepción amorosa. Ahora vivía con sus padres ya que ambos eran ancianos.

Después de algunos días platicando y lanzándonos indirectas mutuamente surgió por fin la oportunidad.

– Tengo que ir a Cuernavaca el fin de semana, mis papas tienen una casa ahí, no es la gran cosa y está casi abandonada. ¿Me acompañarías? No me gusta estar sola ahí, es básicamente un pueblo y no hay mucho que hacer.

Obviamente acepte sabiendo que no iba a tener una mejor oportunidad para disfrutar de ese enorme culo y acordamos vernos en su casa el viernes por la noche.

Ese viernes llegue a su casa algunos minutos antes de lo acordado y le mande mensaje avisándole que me encontraba ahí, ella salió después de algunos minutos, nos saludamos y me ofrecí a ayudarle con algunas bolsas que debía cargar en el carro, entre ellas latas de comida y una bolsa grande con ropa.

Después de terminar con los preparativos subimos a su auto y tomó dirección hacia Cuernavaca. Durante el camino retomamos nuestras pláticas anteriores y terminamos hablando de nuestra situación sentimental.

–No estoy preparada para volver a involucrarme emocionalmente con alguien –comenzó diciendo– en este momento lo único que extraño es el sexo sin compromiso.

–Tiene tanto tiempo que no tengo sexo –me dijo mientras me dirigía una mirada lasciva– que, si fuera tú, tendría cuidado porque podría devorarte más tarde.

–Lo dudo –le dije– mi suerte ha sido pésima últimamente.

En ese momento soltó el volante con una mano y comenzó a acariciar mi verga sobre el pantalón mientras me decía –eso puedo cambiarlo, siempre y cuando no te importe coger con una gorda 15 años mayor que tú.

Cualquier respuesta en ese momento había sido una estupidez, así que lo único que hice fue girarme un poco sobre el asiento y comencé a manosear sus enormes tetas con mis manos.

De repente comenzó a bajar la velocidad, encendió las luces intermitentes, se detuvo en la carretera en medio de nada y me dijo –discúlpame tengo que hacer pipí, espero que no te importe, pero no aguanto a llegar a la gasolinera.

Acto seguido, bajo del carro, lo rodeó colocándose de mi lado y comenzó a soltarse el pantalón, la situación me calentó tanto que abrí la puerta del carro y me bajé para poder verla bien.

Al momento de cruzar miradas comenzó a sonreír mientras se bajaba las bragas, se sentó en cuclillas y comenzó a orinar. –¿te gusta lo que ves? –me pregunto.

–Claro, pero me gustaría más verte en cuatro masturbándote.

–¿Así? –pregunto mientras con su mano derecha frotaba su clítoris y después comenzó a meterse dos dedos.

Me acerqué a ella liberando mi verga del pantalón y en cuanto estuve cerca abrió la boca y comenzó a lamerla. Los que vivan en México sabrán que las carreteras son un lugar peligroso y más durante la noche, por lo que ambos sabíamos que nos arriesgábamos demasiado, después de unos minutos, sacando mi verga de su boca me dijo –es hora de irnos, estamos cerca, llegando a la casa te prometo continuar.

Regresamos al carro después de acomodarnos ambos el pantalón y una vez dentro tomé la mano con la que se había masturbado y comencé a lamerla, los jugos en sus dedos eran agridulces y olían deliciosos –acelera, tengo ganas de lamer directamente de tu coño –Pocos minutos después estábamos llegando a nuestro destino.

El terreno era grande y como ocurre con frecuencia en los pueblos la arquitectura era del tipo colonial, completamente blanca, con techo de tejas y todos los muebles de madera, si bien no estaba totalmente habitada, Bárbara le pagaba a una amiga suya para que la vigilara y limpiara constantemente.

Con excepción de la puerta del garaje, todo se encontraba en óptimas condiciones. Bárbara me dio las llaves y me pidió abrir el garaje para guardar el carro. Después de estacionar el carro abrió la cajuela y comenzó a sacar las cosas que traíamos mientras me dijo –¿me ayudas?

Al voltear pude verla agachada, meneando un poco su enorme culo mientras ordenaba algunas cosas que se habían salido de las bolsas. Me acerqué a ella por atrás y tomándola por la cadera la jale hacia mí para que sintiera mi erección contra sus nalgas, –espera, hay que sacar las cosas –me dijo mientras se pegaba más a mí y movía su trasero lentamente haciendo círculos.

–Eso puede esperar –le dije mientras la jalaba con más fuerza, ella se alzó y con una mano comenzó a apretar suavemente mi verga, mientras yo aprovechaba para meter las manos bajo su blusa para estrujar sus enormes tetas. Deslice mis manos bajo su brasier y las libere para jugar a placer con sus pezones, Bárbara se giró quedando frente a mí, sus pezones eran grandes, rosados, con aureolas pequeñas y sus tetas eran incluso más grandes de lo que había imaginado.

–Vamos adentro, los vecinos pueden vernos –susurró, mientras tomaba mi mano y se dirigía a la única puerta cercana, una vez dentro, la arrinconé rápidamente contra la pared y empecé a morder suavemente sus pezones, mientras le quitaba la blusa y ella batallaba con mi cinturón, a su blusa le siguió el brasier, negro, de encaje, con vivos rojos y después fui por su pantalón

Me hinqué frente a ella y una vez superado el botón comencé a bajar su pantalón, traía puesta una pequeña tanga a juego con su brasier, en la carretera no había podido observarla con detenimiento, pero aquí la luz me permitió ver su coño totalmente depilado, de labios gruesos y completamente mojado.

Si al desnudar a una mujer descubres que su lencería hace juego o combina, es ella quien decidió cogerte. Una mujer grande siempre va a ser una delicia cuando usa una tanga, puedes ver como esta se pierde entre sus nalgas y entre más pequeña más es la tanga más sensual se ven.

Haciendo a un lado el pequeño hilo, pase mi lengua despacio por su coño, primero superficialmente, después con mayor profundidad, intercambiando lengüetadas con pequeños besos en sus labios y a continuación lamer y enroscar mi lengua en su clítoris.

Los gemidos de Bárbara no se hicieron esperar, puso sus manos sobre mi cabeza y comenzó a jalarme hacia su coño mientras yo seguía lamiendo, después de unos minutos me separé de la deliciosa fuente de sus jugos y la giré, al tocar sus pezones la pared fría dio un pequeño respingo que aproveché para separar sus enormes nalgas y poder admirar el agujero de su culo.

–Espera, nunca... –alcanzó a decir mientras mi lengua empezó a recorrer lentamente su entrada posterior, después del primer lengüetazo empezó a mover lentamente el culo y a ronronear de placer, mi lengua se detenía en cada pliegue de su ano, haciendo círculos alrededor de su pequeño agujero. –sí!! Despacio –gemía cada vez más fuerte. Tener ese enorme culo en la cara era excitante, sus nalgas aplastando mi rostro y su mano tirando de mi cabello cada vez más fuerte, jalándome hacia ella.

Con mi lengua penetré su pequeño y rosado culo, mientras gemía cada vez más fuerte –¡más adentro!, ¡más adentro! –exigía, con mi mano empecé a jugar con su clítoris, su coño estaba completamente empapado y unos minutos después empezó a correrse, sus flujos corrían por mi mano, mis dedos entraron en su vagina y pude sentir las contracciones de su coño mientras ella comenzó a gritar –sí, cógeme!!, más duro!!, hazme tuya!

–¿De quién es este bonito y apretado culo? –le pregunté– es tuyo, nunca lo he hecho por ahí, pero es tuyo.

Saqué mi verga del pantalón mientras me levantaba y apoyándola nuevamente contra la pared comencé a penetrarla desde atrás, su coño era un mar de jugos, con mis manos agarré sus enormes tetas y las apreté con firmeza, mi verga entraba y salía de su coño con facilidad y ella empujaba hacia atrás para facilitar la penetración. Sus gemidos comenzaron de nuevo, esta vez más fuerte -–¡sí!, ¡así!, ¡más rápido!!!

Con su enorme culo empezó a empujar me hacia atrás mientras se agachaba sin doblar las rodillas, mis manos pasaron de sus tetas a su cadera, sus movimientos eran deliciosos y ver ese gran culo entre mis manos me excitaba cada vez más. Acelere mis embestidas, el chocar de nuestras caderas sonaba cada vez más fuerte.

Sus piernas comenzaron a temblar, sus gemidos se hicieron más fuertes –¡...del cabello, ahhh!! ¡... del cabello! –fue todo lo que pude entender, pero sabía lo que quería, con la mano izquierda azote su dulce y enorme trasero y con la derecha la tomé del cabello y comencé a jalarlo.

La escena era bastante erótica, ella de pie, con el culo levantado, apoyando las manos en la pared mientras yo la montaba jalando su cabello. –otra vez, azótame otra vez –me dijo meneando su culo, mi mano surco el aire y aterrizó en sus nalgas, el sonido fue estremecedor– más rápido! ¡me corro!, ¡me corro!, no te detengas!!

Acelere las embestidas, su vagina apretaba delicioso mi verga y me tenía apunto de correrme, la tomé con ambas manos del cabello y bufando embestía su trasero con más fuerza. –adentro!! Termina adentro!!! No te salgas –grito mientras su vagina empezaba a chorrear, sus piernas temblaban, las contracciones de su coño me llevaban al cielo y también empecé a correrme.

Mi leche salió disparada dentro de su coño, su orgasmo parecía exprimir mi verga, había dejado de gemir y ahora únicamente ronroneaba –¡si, papi sí!! lléname con tu verga –.Mis piernas temblaban también, mi orgasmo fue brutal y me sostenía únicamente de su cadera, después de recuperar el aliento me salí de su coño y me senté en un sillón. Ella por su parte se enderezó y pude ver como mi semen escurría por sus piernas, se terminó de quitar el pantalón, recostándose en el sillón tomo mi verga y comenzó a masturbarme– la que sigue la quiero en la boca –dijo, y comenzó a lamer mi verga extremadamente sensible.

Mientras lamia mi verga, su mano bajo a su coño y comenzó a masturbarse, frotaba su clítoris haciendo círculos y metía sus dedos dentro de su coño solo para sacarlos, lamerlos y seguir chupando mi verga.

Después de unos minutos estaba a punto de correrme, su lengua se movía con maestría, metía mi verga hasta su garganta y me miraba fijamente a los ojos –me corro– le hice saber y como única respuesta aumento la velocidad de su boca.

Segundos después mi leche inundó su boca y ella comenzó a tragar, no puedo presumir de una descarga copiosa o de haberla ahogado con semen, era la segunda corrida del día y la mayor parte había ido a parar a su coño, aun así, en dos ocasiones tuvo que tomar aire y regresar el semen de la comisura de sus labios a su boca. Después de tragarlo siguió lamiendo un poco más hasta que se levantó y me dijo –tenía tiempo que no me sentía así, gracias

–No tienes nada que agradecer, el placer fue mío, nunca había estado con una hembra como tú, tu coño es delicioso y tu culo está para partirlo en dos –le conteste mientras sacaba un cigarrillo y lo encendía.– nunca lo he hecho por ahí, pero si me prometes que no me dolerá es tuyo –me dijo mientras se acomodaba la tanga y se ponía de nuevo los pantalones.– saco las cosas del carro y te preparo de cenar, debes estar hambriento –me dijo mientras caminaba hacia el garaje meneando su enorme trasero.

Continuará...

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