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Acabando el día

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Fue un día muy largo.

El estrés de la oficina, los mensajes ignorados, el examen a rendir y el día que parece no acabar.

Llego a casa, dejo las llaves sobre la heladera, la cartera en el sillón y los zapatos al pie de la escalera.

Pongo mi playlist favorita para relajar, prendo algunas velas y permito que la luz tenue me invada, subo cada escalón rendida, despojándome de cada prenda.

Mientras termino de desvestirme lleno la bañera con agua, coloco unas sales y bajo a servirme una copa de vino.

El agua se siente cálida, agradable, es justo lo que necesito para finalizar este día.

Me tomo el tiempo de exfoliar mi cuerpo, enjabono y acaricio mis piernas, mis muslos, mis dedos recorren suavemente la panza y mis pechos. Suben hasta rozar ligeramente mi cuello.

La sensación bajo el agua es esplendida, generan escalofríos placenteros en mi. La música me traslada a los momentos en que me sentí así, deseosa de más.

No se cuanto tiempo estuve en el agua pero fue lo suficiente para que se enfriara y generara otros tipos de escalofríos.

Salgo de la bañera, levanto la copa y me muevo hasta la habitación, dispuesta a obtener lo que necesito.

Saco del cajón el aceite corporal y el consolador, froto el aceite por mi cuerpo, bajo el vientre y me muevo sobre la cama.

Siento mis manos calientes por el efecto del aceite en contacto con mi piel, acaricio suavemente cada centímetro de mi, subo y bajo por mi cuerpo, voy encontrando mi clítoris, duro y mojado.

Con la otra mano rozo mis pechos y mi cuello, agarro el consolador y lo paso por mis pezones, se siente tan real.

Me excito con la sensación, me muevo más sobre la cama, abro mis piernas y acaricio mi sexo.

La muevo por el abdomen y me dejo llevar.

Comienzo a gemir sin poder contenerme, mi mano se desliza sin control, entre el aceite y mi humedad siento como entra en mi y lo enciendo. Se acelera mi respiración.

Vibra dentro de mi, entra poco a poco sin parar de vibrar y con mi mano lo muevo circularmente.

Los gemidos se intensifican, siento el placer, los escalofríos que recorren mi cuerpo, la temperatura que crece dentro de mi.

Estiro el cuello hacia atrás y me siento en la gloria.

Mi espalda se arquea, las piernas se contraen y el ambiente se encienden.

No puedo evitarlo, los gemidos se escuchan y grito de placer, los orgasmos me controlan pero no quiero parar.

La intensidad y el deseo me consumen, freno la vibración y voy sacándolo poco a poco. Mis piernas se mueven y mi abdomen se contrae.

Mi mente se olvidó de los mensajes ignorados, del estrés de la oficina, el examen a rendir y resulta que la que termino acabando fui yo.

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