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Dos vírgenes sádicas

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Mi hermana menor venía de visita desde el campo mientras yo estudiaba en la universidad (tiene 19), yo ya estaba en mi último año. Hablamos sobre muchas cosas, y entre esas cosas llegó la conversación sobre la pérdida de nuestra virginidad, le dije que ningún hombre me llamaba la atención, quería cumplir con mi mayor fantasía sexual: Un trío con un desconocido, y mejor aún, que fuera un masoquista, dentro del mundo hetero claro.

Fuimos a tomar unas copas a un bar y ella fijó su mirada en un hombre unos añitos mayor que yo, era un poco robusto y tenía una mirada perdida, para nosotras: “el juguete perfecto”.

Nos acercamos a él y le invitamos unas copas, el accedió y nos contó que su novia lo había tirado, "pobrecito" es lo que pensé, nos dijo que quería olvidarla, lástima que se fijó en nosotras, no sabía lo que le pasaría luego de unas horas.

Bebió demasiado y lo invitamos a un hotel exclusivo para tener sexo, pues ahí mi querida hermana y yo tendríamos todo lo necesario para empezar nuestro sucio y caliente juego.

Le dijimos que le taparíamos los ojos pues teníamos una sorpresa para él. Mi hermana me ayudó a colocarle un traje bastante descubierto, lo que se dice calzoncillos de cuero y un collar de perro, ahí iniciamos nuestro juego. lo esposamos y él preguntaba qué diablos pasaba, le susurré al oído y le dije "el juego acaba de comenzar, te haremos olvidar a tu pequeña exnovia".

Entre risas mi hermana y yo iniciamos por quitarle la venda de los ojos, no sería divertido si no se sentía bien. Procedimos por besar sus pectorales perfectos, bajando lentamente besando su abdomen marcado, acariciando su pene escondido en sus calzoncillos, creando una muy grande erección. No nos detuvimos y sacamos su gran polla, la cual revotó sobre su abdomen bajo como si fuera a estallar. Inició mi hermana besando el glande rosa que saltaba perfectamente a la vista, mientras yo lamía y chupaba sus bolas.

Escuchamos unos deliciosos gemidos que nos hacían temblar, los tres disfrutando de tan grandioso placer, su verga era tan grande y caliente que parecía derretirse en nuestras bocas, vibraba y él inconscientemente movía sus caderas, demostrando el placer que sentía.

De pronto en mi boca sentía espasmos de parte del robusto y perfecto juguete que encontramos nosotras, introduje todo lo que pude de su verga en mi boca y al momento de alzar mi cabeza se vino de forma tal que me estremecí, mientas mi hermana lo masturbaba, luego de tan fuerte corrida besaba sus pezones, le sugerí a ella que se montara en su cara, mientras yo introducía su polla en mi húmedo, caliente y ansioso coño, fue perfecto, el tamaño, la sensación, el placer, todo, mientras mi hermana y yo gemíamos como perras, y el chupando el coño de mi hermana mientras estaba dentro de mí, me causó un placer increíble.

Luego de unas cuantas corridas de mi parte, mi hermana tomó mi lugar, mientras yo besaba al extraño de cuerpo escultural, el parecía disfrutarlo y me encantó la mirada que puso cuando le dije que su novia no sabía la clase de perro que perdió, se pudo haber divertido tanto como nosotras si lo hubiese utilizado de la forma correcta, "eres mi precioso juguete, cuando volvamos a vernos, haré que te olvides de todas las mujeres del mundo, perro callejero" le dije, y se estremeció hasta correrse nuevamente, luego de usar tantos condones el piso del cuarto quedó empapado de semen, eso es algo que no puedo olvidar.

No lo he vuelto a ver, pero si lo encuentro, cumpliré mi promesa, será un juguete para mi uso exclusivo.

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