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Ducha estrecha y caliente con mi novia, Fede y yo (parte 3)

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Fuimos a bañarnos con mi novia y Fede, el radiólogo, pese a que la ducha era algo pequeña, así que estuvimos muy apretados, lo que nos vino muy bien para enjabonarnos entres los tres, morrearnos, pajearnos y acariciarnos a fondo. Veníamos excitados y nos calentamos a full, gimiendo, jadeando y besándonos, metiéndonos los dedos enjabonados en todos los agujeros, pero sólo uno podía agacharse a la vez.

Fede y yo nos recostamos contra la pared y Luli se arrodilló a chuparnos la pija de manera alternada, a veces metiéndose las dos en la boca, pero apenas podía retener nuestros glandes, así que se dedicó a mamar una a la vez, pajeando al otro, al tiempo que nosotros nos besábamos profundamente, él horadaba mi ano con dos o tres dedos y yo acariciaba su torso, su espalda y sus nalgas firmes y redondas que me tenían loco.

Mi novia empujaba nuestros glúteos para que la cogiéramos bucalmente y se tragó a fondo las porongas duras de nuevo por varios minutos, hasta que dijo que no daba más de la calentura. Cerramos el grifo de la ducha y mojado así cómo estaba Fede fue a sentarse sobre la tapa del inodoro, ofreciendo su pija enhiesta al mejor postor, que sin dudas fue Luli, sentándose frente a él a horcajadas para metérsela hasta el fondo, abrazándolo y besándolo, emitiendo berreos de placer mientras lo cabalgaba.

Me acerqué a ellos, alzado de nuevo, me tomaron de los glúteos para ponerme a un lado y chuparme la pija a dos bocas. Se besaban a través de mi glande, Luli gimiendo y meneándose y Fede sosteniéndola de las nalgas para enterrársela más a fondo y chupándole las tetas, sin soltar mi verga que chorreaba líquido seminal aguado ya. La cabalgata de mi novia duró varios minutos, muchos para mí, aunque me causaban gran excitación, hasta que se corrió en un orgasmo múltiple interminable, desplomándose exhausta sobre el radiólogo semental.

Cuando se calmó, lo besó muy apasionadamente, lo miró arrobada a los ojos, volvió a besarlo con ternura y a desgano se sentó en el bidé, para refrescar su concha pletórica de jugos. Fede se ocupó de chupar mi pija con más tesón y empezó a pajearse como un poseso. Lo detuve y le dije que no me podía perder eso, acariciándole la cabeza y cogiéndolo oralmente con mi verga.

Le quité mi verga de su boca y ocupé el lugar de mi novia, sentándome en su poronga dura lentamente, de a poco, meneándome como Luli, mientras me la iba metiendo hasta el fondo. Cuando la tuve toda adentro, me quedé quieto mirándolo a los ojos y él me empezó a bombear tomándome de las caderas. Me sentía como una yegua poseída por el mejor semental del establo y coordiné mis meneos a sus embestidas, mientras lo besaba y acariciaba cada sector de su cuerpo a mi alcance y mi pija se pajeaba a sí misma con sus abdominales.

Me cogió un largo rato, larguísimo, al lado de mi novia que nos miraba exhausta y embelesada, hasta que noté cómo él se ponía tieso, arqueaba su cuerpo enculándome aún más y eyaculó dentro de mí, lo que me hizo derramar la escasa leche que me restaba en sus pectorales y abdominales.

Agotado, me recosté sobre su hombro, resoplando y gimiendo, besándole el cuello, las orejas y al final apoderándome de su boca para darle un morreo fenomenal que acompañó con destreza y pasión, sin dejar que su pija se quitara de mi interior, porque yo la sentía deliciosa, jugosa y aún con cierta dureza.

Me volví hacia Luli para besarla y unirla a nuestro morreo para hacer un trío de lenguas, besuqueos y chuponeos, acariciando sus pezones y tetas redondas y turgentes, susurrándole varias veces te quiero al oído mientras ella se comía la boca de Fede recibiendo su lengua hasta la garganta y ella hacía la recíproca cuando yo me entreveraba con nuestro macho en común.

Era una pirueta física y sexual escandalosa que nos excitó de nuevo a los tres, que ya no sabíamos cómo más acariciarnos y besarnos, hasta que Federico nos llamó a sosiego para limpiarnos, secarnos y vestirnos.

Tenemos que irnos, es muy tarde ya, nos dijo tomándonos de la cabeza a ambos para darnos sendos lengüetazos y besos profundos y apasionados. Nos separamos a desgano, con pesar dejé salir su pija chorreante de mi culo lleno con su leche y le hicimos caso. Nos vio la expresión de desazón y dijo:

-Tranquilos, la podemos seguir en otro lugar y en otro momento, nos besó, nos tomó de los glúteos, nos abrazamos y nos volvimos a besar en trío. No podíamos parar, queríamos más sexo con él, aunque estábamos agotados, pero tuvimos que vestirnos y recomponernos.

-Si quieren, la podemos seguir ahora, en mi departamento, que es acá cerca.

Se le encendieron los ojos a mi novia y mostró una sonrisa lujuriosa pensando en lo que se vendría, a lo que respondí con más besos, caricias y susurros en sus oídos.

-Te quiero así, bien puta.

-Yo también te quiero mucho, mi putito preferido. Me gusta mucho Fede, es un potro que me quiero coger todo el día, pero a vos te amo.

-Yo también te quiero mucho, pero Fede me re calienta, me vuelve loco, pero quiero coger con él y con vos.

¿CONTINUARÁ? Casi seguro que sí.

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