Nuevos relatos publicados: 6

Elmer y la jurisprudencia de la logia (Primera parte)

  • 6
  • 8.776
  • 9,20 (10 Val.)
  • 0

Realmente había quedado intrigado con Irina.  Debo confesar que una parte por lo que me dijo y otra importante por lo poquito que atisbé a ver en la puerta entreabierta.

Se la veía algo más joven como para ser parte de la Logia que me estaba dando tantas satisfacciones, pero al mismo tiempo me intrigaba mucho.

Esa noche decidí llamarla:

-Hola Irina, soy Elmer no sé si...

-Hola Elmer, bien, bien, cuando podemos hablar? Necesito contarte varias cosas pero en casa no puedo te imaginas por la proximidad con ya sabrás quien. Conoces San Telmo? La placita de Humberto Primo y Defensa, por Humberto Primo antes de llegar a Chacabuco hay una cervecería artesanal te espero ahí a las 21.00. No me falles.

Realmente me daba curiosidad pero al mismo tiempo calentura conocer a Irina.

Me bañe y me puse un pantalón livianito, una camisa y unas zapatillas y salí en el auto rumbo a mi destino.

Encontré rápidamente la cervecería, excitado entre buscándola, a primera vista no la encontré. Camine un poco alrededor de la barra hasta que un chistido me atrajo hacia un box bastante oculto.

-Elmer, por acá.

Por el costado del box pude apreciar a Irina: pelo largo negro, un rostro muy bello, serio, hermosas tetas que pugnaban en su escote, una minifalda de jean negro con unos borceguíes negros también que coronaban unas extensas y torneadas piernas. Unos 30 o 35 años, labios carnosos, ojos negros.

-Como estas me dijo -dándome un beso en la comisura de mis labios

-Hola Irina, intrigado por tu mensaje, y encantado de conocerte y poder apreciarte y disfrutarte de cuerpo entero.

-Gracias, escuchame esto es muy serio, no podemos quedarnos acá, alguien puede vernos. Podemos ir a un hotel? Hay uno acá en Piedras y Humberto Primo.

-Eh… si claro...

-No te confundas, necesito que hablemos en un lugar privado, no va a pasar nada.

-Bueno dale, estoy con auto yo

-Dale mejor, yo vine en taxi para que no me sigan, salí primero te sigo donde está.

-En la cochera de acá enfrente.

-Salí, y tocame bocina, así no nos ve nadie, y nos vamos para poder charlar.

Excitado a pesar del anuncio que no iba a pasar nada salí y pague rápido.

Cuando salía con el auto y toque la bocina pude apreciar a Irina en todo su esplendor, arriba del 1,70 unos muslos hermosos y unas piernas interminables coronadas por unas hermosas tetas naturales y muy firmes.

Al subir rápido su pollera se fue hacia arriba exhibiéndolos más aun. Su preocupación y paranoia hicieron que no se percatara para mi suerte.

-Que?

-Nada, nada, disculpa te estaba admirando.

-Elmer, esto es grave concéntrese por favor.

Entramos al hotel. Al bajar del auto como al descuido la pollera de Irina se subió indiscretamente mostrando una hermosa cola con una tanga tipo hilo dental o nada.

Al cerrar la puerta Irina pareció relajarse un poco.

-Bueno Elmer te cuento los dos motivos por los que te cite. El primero es una advertencia. Hay algo raro en mi vecina y una serie de amigas de ella, Beatriz, Mariana, Rosa...

-Las conozco a todas!!!

-Uh, bueno a eso iba, me podes contar un poco que vinculo las une. Porque algunas veces se reúnen en el departamento de Irma y se escuchan ruidos, humos con olores penetrantes, unas especies de invocaciones.

-Decime Irina, vos sentiste bien el olor del humo?

-Ehhh, más o menos

-Sí o no?

-Te confieso, tengo un agujerito en la pared, chiquito, y a veces espío por ahí. No me mires así che, me gusta, soy voyeur y que?

-No te dije nada.

-Bueno la última vez había más humo que siempre y empezó a salir por el agujerito, para mi casa.

-Y? La verdad! -dije comenzando a tomar el toro por las astas ante tanto envalentonamiento.

-Y... fue raro. Empecé a sentir una calentura, extrema, muy raro porque estaba en otra, y de pronto un calor intenso empezó a quemarme por dentro. Me arranque prácticamente la bombacha y tuve que ir corriendo a un armario para sacar un consolador que hacía mucho no usaba, lo enjuague y me empecé a masturbar, primero despacio después frenéticamente.

Intentaba escuchar que pasaba pero el deseo en el otro departamento pero la sensación era irrefrenable. Sentía como mis jugos brotaban y empapaban la pija de goma. Me sentí transportada como si estuviese siendo garchada por dos o tres tipos. Caí sobre un sillón y no pude parar hasta un rato después que sentí que se fueron, como a la media hora. Sentía ese miembro dentro mío, entrando y saliendo, lo sacaba y lo chupaba y lo volvía a enterrar, como poseída. Con la otra mano retorcía mis pezones primero, después chupaba mis dedos y jugaba con mi clítoris, en ese momento totalmente duro.

-Ay, Irina me estas matando... -balbucee, pero no me escuchaba.

-Era algo indescriptible como si fuera una especie de droga, jamás sentía algo así. Alcanzaba a escuchar unos raros cánticos, como lamentos o invocaciones, pero el humo seguía brotando y no podía concentrarme, necesitaba ser penetrada cada vez más.

Mi sexo chorreaba jugos en forma inaudita, como nunca antes, dedos, consolador, nada saciaba mi apetito, acabe una vez y extrañamente ya empezaba a buscar el segundo. Confieso que no soy multi-orgasmica pero no podía parar, nada era suficiente. Mojaba mis dedos con mi boca, chupaba el consolador y seguía sin parar, alcanzaba a jugar con la punta en el clítoris pero una necesidad insaciable hacia que tuviera que metérmelo otra vez.

Llegué a arrancarme un pequeño mechón de pelos en el segundo y casi inmediato orgasmo. Mi mano entraba en mi boca casi entera y chorreando iba directo a mi concha. Lo hundí y así, adentro, jugaba con el mientras pajeaba mi clítoris. Sin sacarlo tuve el tercero y casi el cuarto. Corrí y saque un segundo consolador, más chico y después de lubricarlo con un aceite que tenía sobre la cómoda lo empecé a meter en mi culo con un preservativo. Así doblemente penetrada llegue al cuarto orgasmo. Por suerte mi sillón era de tela y los almohadones absorbían la gran cantidad de jugos que expelía. Mis pezones duros, mis piernas chorreadas, empapadas, transpirada y exhausta llegue al quinto. Casi diría por suerte escuche que los cánticos cesaban, me pareció escuchar que abrían las ventanas y el humo dejo de salir. Llegue a la puerta de mi departamento apenas para escuchar que se iban y ahí fue cuando escuche lo que dijeron y que creo te incumbe.

-Gulp, decime por favor.

-Una de ellos dijo: "Chicas, tenemos un nuevo alfa, creo que ya lo conocen, se llama Elmer así que la próxima luna llena creo que podríamos iniciar el Gran Ritual.

-No sé bien de que hablas Irina... -dije haciéndome el desentendido mientras relajaba de la calentura que me despertó su relato.

-Dale, no te hagas el tonto, que tenés vos que te hace tan especial para ellas?

-No las conozco nena, bah si en realidad son clientas, las vi una sola vez a cada una por temas impositivos y a Irma por un tema de una...

-Te olvidas que tengo un agujerito en la pared, los vi, vi cómo te la cogías mal a esa puta de Irma, escuche todo!!!

-Me parece que te confundís, yo solo estuve viendo un tema que...

-Cortala querés me vas a contar por las buenas o sino.

-Sino que? Le dije desafiante mientras me le ponía frente a frente sentados en la cama a unos centímetros de su cara.

-Me vas a obligar a que use otros métodos persuasivos flaco!!!

-Ah, sí? Por ejemplo? -le dije ya absolutamente rebelado y caliente al mismo tiempo.

(CONTINUARÁ...)

(9,20)