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Gonzalo

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Hoy quiero narrar mi experiencia anal con Gonzalo. Él es amigo de mi hermano preferido, tiene 28 años, es alto, medio flacucho para mi gusto y con una personalidad que no ofrece mucho. Nunca lo miré con ojos de puta, me parecía insulso, hasta hace un par de semanas.

Gonzalo llegó a mi casa a eso de las 10 am del miércoles. Estaba sola, lo estaba esperando para que haga una reparación de electricidad en una lámpara en la habitación. Apenas llego, pude ver que venía bastante desprolijo, medio sucio y todo desarreglado. La verdad no le di importancia. Lo llevé hasta la habitación y le mostré la falla que tenía la lámpara. Sin mucho para hablar se puso a trabajar.

Lo dejé tranquilo y me fui a la cocina, la verdad moría por un café bien cargado. Mientras tomaba el café, me acordé que la noche anterior había tenido sexo con mi marido y que seguramente había dejado la tanga tirada por ahí, en algún lugar de la habitación. Trate de disimular lo más posible y me acerque para ver si Gonzalo necesitaba algo. Y para mi sorpresa cuando entré tenía la tanga en la mano, y la estaba oliendo, apenas noto mi presencia la apretó en la mano como para esconderla. Me moría de vergüenza pero se me activó el modo perra, y como si nada me frenara le dije que si le gustaba que se la quedara pero que tenía otras más lindas y más chiquitas… se puso colorado, quedó paralizado, estaba caliente, al menos eso mostraba la erección que se podía ver sobre el pantalón deportivo que traía puesto.

No pude evitar mirarla, parecía que explotaba ese pantalón. Me acerque y le acaricie la mejilla como quien perdona una travesura de un niño, sin pedirle permiso lo toque justo en el bulto y lo mire fijo. Creo que mi cara de puta lo dijo todo y el solo quedó en silencio. Me adelante un paso y me arrodille para bajarle el pantalón y el bóxer, como un resorte salto la verga, que ya estaba empapada de líquidos, no me importó si estaba limpia o sucia, me la metí en la boca, la chupaba con fuerza, quería sacarle la leche y tomarla ya. Él me agarró la cabeza para empujar y que me entre más verga, me daban arcadas y me calentaba más, me mojé toda, estaba muy caliente y debo reconocer que me estaba gustando ese pedazo de carne. En un jadeo profundo Gonzalo eyaculó y me llenó la boca de semen que no evite tragar y saborear. Se la seguí chupando para dejarla bien muerta, pero el efecto fue el contrario y tuvo otra erección, no lo podía creer, que el pibe ya estaba listo para seguir y no había pasado ni 5 minutos de la eyaculación.

Me prendí con eso, se la chupe con menos intensidad, porque la quiera sentir dentro de mi culo, es perfecta para mi culo, así que me puse en cuatro patas sobre la cama, y le pedí que me cogiera, pero por el culo, se puso detrás y apenas con la humedad que había, apoyo la cabeza de la verga en el culito y lo fui ayudando en su empuje para que fuera entrando, hasta que la pude sentir toda adentro, apenas se movía y podía sentir sus huevos pegando en mis nalgas, mientras con una mano me estaba tocando , me masturbaba, en cada embestida tenía más ganas de soltar un orgasmo, cuando no aguantaba más le pedí que me cogiera duro y solté un orgasmo que mojó hasta las sábanas , el por su parte descargó la lechita en mi culito.

Cuando paso la calentura, le pedí que me espere que me iba a duchar.

Pero cuando salí, ya no estaba. No sé si arreglo la lámpara, lo que si se es que me rompió bien el culo…

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