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Inicio de un matrimonio abierto (6)
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Tiempo de lectura: 4 minutos

¡Hola a todos! 

El viernes por la noche me habla Gerardo y me dice que Alicia entró en un tratamiento y que no han podido coger y que él ya no aguanta y que Alicia le sugirió que si nos podíamos ver y hacer un trío, pero ese fin de semana yo tuve que salir a Querétaro y regresaba hasta el lunes, pero que lo platicaría con mi esposa y si ella estaba de acuerdo podrían verse los dos solos.

Hablé con mi esposa y estuvo de acuerdo pero con la condición de salir a bailar y después ir algún hotel, hicimos videollamada con Gerardo y con Alicia, les comentamos la decisión y Alicia estuvo de acuerdo siempre y cuando ella y yo saliéramos después que la dieran de alta.

Gerardo quedó de pasar por mi esposa el sábado a las 8 de la noche.

Por curiosidad y morbo el sábado como a las 6 le marqué a mi esposa desde Querétaro para ver cómo se preparaba, me respondió que había ido al salón de belleza para arreglarse el cabello y para maquillarse, también que se había depilado y que se arreglaría con un vestido amarillo corto entallado, que lo combinaría con un biquini y sostén de media copa amarillo neón con liguero, medias amarillas y zapatillas que había comprado en la sex shop, que también se llevaría el lubricante anal y un dildo de los que usamos por si se ofrecía, que el Domingo por la tarde le volviera a marcar para platicarme.

Estuve imaginando cómo sería su encuentro y me excitaba solo de pensarlo.

El domingo por la tarde le llamé y me contó a detalle cómo le fue en esta aventura.

Gerardo pasó muy puntual por ella, subió a su auto y se enfiló hacia la Ciudad de México, por el rumbo de la Colonia Anzures, le dijo que se veía muy guapa y que el vestido le hacía resaltar sus encantos, le acarició las piernas hasta llegar a su coño en varias ocasiones, mi esposa le preguntó por el lugar y Gerardo le contestó que era una sorpresa, que él tampoco conocía el local, llegaron a un club desconocido para ella, el valet se llevó el auto, entraron, les pidieron el nombre para checar su reserva y les dieron la bienvenida, había pocas personas, la luz muy tenue pero sí se podía ver, la música suave, les asignaron una mesita y al poco empezaron a bailar al principio muy tranquilos, cómo a las 10.00 empezaron a llegar más parejas y la música más movida con cumbias, salsa, rock a las 11:00 invitaron a todos a tomar asiento para el inicio del espectáculo, salieron unos stripper y después de bailar y quedarse solo en tanga, pasaron a las mesas a qué las mujeres los tocaran, algunas más osadas les acariciaron los genitales y otras hasta se las chuparon generando gritos de los asistentes fue cuando se dio cuenta que se trataba de un club swinger, después salió una pareja que también realizaron un striptease y ya desnudos él la empino para meterle la verga hasta venirse, hubo más gritos y chiflidos de la gente, al terminar su presentación, pusieron nuevamente música romántica el público enardecido se parao a bailar sin recato alguno y se besaban fogosos, se agarraban las nalgas, las bubis y penes cada uno en su rollo, vio a algunas mujeres que eran tocadas o les insinuaba algo y decían no y les respetaban su decisión, había vigilancia que estaba muy atenta para cualquier situación.

Gerardo le dijo a mi esposa si quería dar una vuelta para conocer el lugar y se enfilaron a los pasillos en donde vieron un cuarto oscuro, entraron un momento y ella fue toqueteada sobándole sus nalgas, esto la calentó más de lo que ya estaba.

Salieron y se encontraron otro cuarto de sado, más adelante, otra habitación con un colchón gigante en donde ya había varias parejas cogiendo y algunas intercambiando caricias, había un cuarto con regaderas y personal dando masajes estimulantes, regresaron al salón a la pista de baile y después de un rato de bailar y acariciarse volviendo a excitarse, pese a que podía haber cogido en el club, decidieron retirarse para ir al hotel, no pidieron la cuenta pues el cover ya incluía las bebidas, solo salieron y pidieron el auto al valet, se fueron al hotel más cercano y pidieron la habitación, en el pasillo él le acariciaba las nalgas y ella el pene, al entrar al elevador Gerardo casi se la coge.

Llegaron a la habitación y Gerardo la tomo por la espalda y beso la nuca y cuello excitándola aún más, con las manos le subía el vestido y acariciaba su vagina por encima del bikini, ella a su vez con la mano derecha le tocaba la verga, él le susurró que quería cogérsela por el culo, entonces ella sacó el lubricante y el dildo de su bolso, Gerardo termino de quitarle el vestido para dejarla solo en lencería, él se desvistió también y la acostó en la cama, le mamo su vagina hasta hacerla venir, mi esposa se acomodó para lubricar su vagina y ano, encendió el dildo y lo metió en su vagina, en seguida Gerardo la acomodó con las piernas al hombro para clavarle la verga por su ano, lo hizo poco a poco para que ambos lo disfrutarán, una vez que lo tenía en el fondo mi esposa se empezó a mover y no tardó en llegar a otro orgasmo prolongado por la sensación de tener los dos hoyos ocupados, Gerardo no tardó en venirse también, inundando el culo con abundante leche.

Descansaron un rato y mi esposa lo volvió a estimular con una mamada, lo hizo despacio empezando por los testículos y subiendo hasta la cabeza, misma que metió en la boca para chuparla, estuvo un buen rato estimulándolo, Gerardo aprovechó para pasar su mano hasta su vagina y masturbarla, ambos lo disfrutaron pues no había prisa, y después de un buen rato Gerardo se vino en la boca de mi esposa con un gran chorro de leche, la misma que se tragó sin desperdiciar ni una gota.

Descansaron otro rato, ambos sobándose y el mamándole los pechos.

Durmieron unas horas, dieron las 8 de la mañana del domingo y él se levantó para ponerle la verga en la boca de mi esposa buscando que se la volviera a mamar, no se hizo de rogar y se le volvió a parar la verga, mi esposa abrió las piernas para recibirlo por su panocha ésta vez ya no duraron mucho pues ambos se vinieron muy rápido.

Se bañaron y se vistieron, salieron del hotel a desayunar a un restaurante y después Gerardo llevó a mi esposa a casa.

Después de hablar con mi esposa, solo estuve pensando en ella y me excitaba, así que el lunes llegué con muchas ganas de cogérmela.

Al llegar a casa le dije que venía muy caliente, sonrío y me dijo ya me lo imaginaba, me abrazó y puso su mano sobre la bragueta para saca mi verga y mamármela, nos metimos a la recámara y cogimos cómo poseídos,

Espero les haya gustado por favor hagan su valoración y su comentario, a mi esposa le calienta leerlos.

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