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Ishtar y Velimount (Memorias de Xanadú)

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La puerta resonó fuertemente, Tollan se levantó rápidamente y se vistió con una camisa de lino sumamente sencilla y con unos pantalones de cuero tan simples como duraderos.

-¿Quién es?- Tollan preguntó

-¡Ayuda!- gritó una voz femenina joven

Tollan se acercó al estante donde tenía expuesta su espada "Ronin", esta espada lo había acompañado durante los sucesos de la invasión de Ebdickson a Nigurathlán, la tomó y sintió su frío mango, tenía ya varias semanas sin tocarla, estos meses de paz habían hecho que Tollan dejara de preocuparse por cargarla.

-¡AYUDA!- volvió a gritar la voz femenina de fuera

Tollan abrió la puerta y vio a una joven de unos 18-19 años, vestida con unas humildes ropas campesinas y a punto del llanto, segundos después ambos estaban sobre el suelo pues ella al abrirse la puerta se abalanzó sobre él y lo pilló desprevenido. Ya más calmado al ver que su casa no corría peligro Tollan se fijó más en la joven. -Es hermosa- piensa; y mientras la levanta observa su cuerpo, muy bien proporcionado, un busto firme y bastante grande para alguien de su edad, vaya, bastante grande para cualquier mujer de Nigurathlán, unas caderas muy bien formadas que se coronaban sobre un trasero exquisito, piel morena, casi diría que daba tonos rojizos tras ciertos ángulos y cierta luz, su cabello color negro azabache que brillaba casi como si tuviera brillo propio, y esa cara, esa cara tan preciosa, tan inocente, con unos labios carnosos, y ojos color miel.

-¿Quién es?- preguntó Elina desde la habitación, intrigada por el golpe seco que produjo Tollan al caer -¿Tollan?- volvió a inquirir preocupada por la falta de respuesta de su esposo, solo entonces recibió respuesta.

-No es nada querida, una invitada nada más ¿podrías venir?- dijo Tollan mientras se quitaba el polvo del pantalón

-Se-señor... - murmuró la desconocida dejando caer unas cuantas lágrimas de evidente preocupación

-¿Qué pasa?- inquirió Tollan mientras la llevaba lejos de la puerta hacia el centro de la habitación

Elina entró en ese momento a la sala, observó a la joven y rápidamente la abrazó y confortó.

-No pasa nada querida ¿Cómo te llamas?

-Trisha- respondió tímidamente entre lagrima y lagrima -pero deben ayudarme, mi... mi hermano ha caído a manos de un orco, estaba vivo cuando lo vi llevárselo, pero no pude hacer nada.

-Okey okey, primero- dijo Tollan -¿dónde te hallabas cuando este orco se llevó a tu hermano?

-En la campiña, veníamos de Shub (la capital de Nigurathlán) cuando escuchamos unos gruñidos y cuando voltee solo vi a un orco arrastrar a mi hermano al bosque, debes de ayudarme, me dijeron en el pueblo que tú eres el héroe de Xanadú, tu puedes salvarlo.

-Vale, lo buscaré- dijo el héroe -pero debes saber que un orco es un ser despiadado y brutal y que tu hermano puede ya estar muerto- dicho esto tomó su armadura ligera de cuero, se amarró su espada al cinturón y se colocó sus botas preparado para salir. Mientras tanto Elina consolaba a Trisha que seguía llorando en voz baja.

Mientras tanto en el bosque:

Un orco se preparaba para la batalla, afilaba su hacha y se escondía tras un árbol, no había rastro alguno del muchacho.

Tollan avanzó por la campiña rápidamente y vio la pequeña carreta que Trisha le advirtió al salir de su hogar, vio el bosque cercano y comenzó a internarse en él.

El medio día se acercaba y Tollan ya había encontrado el rastro del orco, lo había seguido a trote por aproximadamente dos horas y estaba empezando a irritarse, pensaba en lo cómodo que estaría en casa acompañado de su esposa, penetrándola, escuchándola gemir, eyaculando en su cara, Tollan se había acostumbrado a la vida tranquila y aunque sus valores como héroe seguían intactos se descubrió teniendo ese breve pensamiento egoísta y lujurioso. Rápidamente fue sacado de ese pensamiento al oír y posteriormente esquivar una lanza que se clavó en un árbol cercano. Se volvió a la dirección de donde vino la lanza y lo vio, un orco grande y verde, musculoso y se veía enojado.

-Pequeño humano estúpido, vas a morir- bramó

Tollan desenvainó a Ronin y se lanzó contra el orco

-¿Dónde está bastardo?

El orco sonrió.

Mientras tanto en la casa de Tollan y Elina:

-Tranquila cariño, seguro que tu hermano estará bien, no le hagas caso a mi esposo, tiene mucho que no oíamos hablar sobre orcos.

Trisha sonrió casi imperceptiblemente y dijo: .-¿No has oído hablar de orcos últimamente? Pues de donde yo vengo son muy comunes- Miró el reloj de pared a su derecha, marcaba las 4 -ya es hora, el no debería tardar en llegar.

-¿Cómo?- preguntó confundida.

Con un haz de luz oscura proveniente de sus finos dedos Trisha se transformó, de su delicada cabeza surgieron un par de cuernos de rojo cobrizo, su piel morena tomó un color rojo carmesí conservando lo terso, sus ojos miel se tornaron de un color amarillo ámbar y su vestimenta común se transformó en un vestido sugerente que dejaba ver sus voluminosos pechos casi por completo, solamente tapándolos por debajo y en donde deberían estar sus pezones. Su culo por otra parte parecía que estaba a punto de romper el vestido, dejando sus piernas al descubierto por los lados y dándole una mejor libertad de movimiento.

-¿Quién... quién eres?- preguntó aterrorizada Elina.

-Ishtar- respondió a secas mientras se acercaba provocadoramente a Elina -y tu vienes conmigo.

Con una velocidad impresionante Ishtar quedó frente a Elina, la tomó del cuello y la pegó contra el muro, dirigió su mano por debajo de la sencilla falda de Elina y comenzó a masturbarla mientras que con su boca lamía y mordía su oreja. Elina comenzó a gemir, no sabía por qué, tenía miedo, deseaba que Tollan estuviera ahí para salvarla y sin embargo estaba muy excitada, comenzó a mojarse e Ishtar lo notó.

-Nos servirás más de lo que esperaba perrita- dijo mientras lamía los fluidos de Elina de sus dedos.

Esto ocurría mientras en el bosque Tollan observaba al orco malherido en el suelo, agarrado a una piedra.

-Humano estúpido, el muchacho nunca existió, si me dejas vivir te diré quién fue el que te...- Una bola de fuego se metió en la boca del orco y comenzó a quemarle, el orco comenzó a retorcerse y a gemir de dolor.

-Orco estúpido- vociferó alguien (¿o algo?) detrás de Tollan.

Tollan se volteó empuñando aún a Ronin cubierta de sangre verdosa.

-Muéstrate- gritó enojado

Una figura alta, masculina, sumamente musculosa de color negro obsidiana con ojos y cabellos blancos se mostró ante Tollan, no llevaba camisa y se veían todos sus músculos adornados por tatuajes del mismo color, llevaba unos pantalones grises muy ajustados que remarcaban la esbelta figura de aquel demonio, se notaba que su pene era más grande que el de Tollan, unos 3 o 4 centímetros y era más gorda y venosa.

-¿Quién eres?- preguntó al demonio

-Mi nombre es Velimount y el de mi hermana, a quien ya conociste, es Ishtar, pero eso es lo menos importante, yo convoqué a ese orco solo para sacarte de casa.

-¿Por qué?- dijo Tollan visiblemente confundido.

Una risa atronadora estremeció el bosque.

-La respuesta la conocerás pronto, lo importante hoy es tu esposa, Ishtar (o Trisha) debe estar divirtiéndose muchísimo con ella.

-¿Qué? ¿Cómo...? ¿Ella...? No

Tollan confundido y preocupado le arroja a Ronin a Velimount, pero este se desaparece en una nube negra mientras una carcajada resuena en el bosque sombrío. Tollan se olvida de él, se olvida de todo mientras corre de regreso a casa, preocupado por su esposa, culpándose por no ser más precavido.

Tras 45 largos minutos de carrera a toda velocidad por la campiña donde nuestro héroe dejó cuerpo y alma llega a casa solo para darse cuenta que el pueblo está en llamas, Tollan se apresura a casa a través del caos, de pronto se encuentra con una escena blasfema, Ishtar parada a lado de Velimount acariciando su entrepierna mirando a Tollan con lujuria mientras el demonio cargaba a una inconsciente Elina y le miraba retadoramente.

-Nos vemos en el castillo de Deathtouch, tienes un mes, y ven solo- dicho esto desaparecieron en la nube negra.

Tollan exhausto se desmayó mientras repetía una y otra vez en su cabeza "Deathtouch"

(Continuará)

Este fue el segundo capítulo, una disculpa por la tardanza pero me desanimó mucho no recibir ninguna crítica ni valoración, aun así mensualmente trataré de seguir con esta historia porque sé que a alguien le habrá gustado y se ha de haber quedado con el morbo de saber que pasa, desconocido estoy aquí y te he escuchado, paz.

(9,50)