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Karen. Una puta madura (IX)

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Como dije en el anterior capítulo Ramón y mi amiga Carmen habían hecho buenas migas con la excusa del "flamenco".

Y la verdad, era que una vez a la semana mi negrito Ramón iba a dar clases de baile o como bien me decía Carmen a hacerle un apaño. Normal... estaba tan necesitada...

Y es que imagine el lector una mujer privada de sexo durante 9 años como debe ir. Pues como Carmen...

La llamé un día.

-Qué tal Carmen?

-Bien. Aquí con Carlitos. Oye, no veas lo majo es Ramón, ehh? Me tiene loca. Lo mismo vale para un roto que para un descosido, hija.

-Ya, ya... Ya me cuenta.

-Qué atendida debes estar con esos dos hombres, chica... Ya me gustaría a mi...

-Quieres que vayan un día?

-Ohhh... lo dices en serio?

-Si, claro... tu solo tienes que hacer una cosa.

-Ya me dirás. Yo lo que sea con tal de que me apaguen... Que vengan el viernes por la tarde a las 6 que Carlitos tiene piano.

La clave es "FIDELIO".

A Carmen le pasaba lo que a mi. De 46-47 años, su cuerpo estaba totalmente revolucionado en una edad en la que creemos se nos va escapando el tren del sexo pero nada más lejos de la realidad porque dura para toda la vida si es que se pone voluntad, claro. Pero si que es cierto es esa edad una con experiencia, sin complejos ni tabúes y en donde se es aún joven.

Ya les gustaría a los chicos de 20 años pillar a dos tías como Carmen y yo...

Se lo comenté a mis chicos quien Ramón aceptó de buen grado. No así Enrique quien dijo...

-Claro... nos mandas a follarnos a tu amiga para dejarla contenta como si fuésemos marionetas.

-A mi me gusta Carmen. Dijo Ramón el negro.

-Claro... te la follas cuando quieres...! Bueno... haré un esfuerzo. Porque está viuda y hasta que no la pilló Ramón hace un mes llevaba 9 años a pan y agua que si no...

-Hazlo por mí, Ramón. Que es muy buena amiga...

Le mandé un mensaje a Carmen.

-"Van a las 6. Haz lo que te he dicho que yo también quiero...".

Estaba ansiosa. Había veces que tanto rabo alrededor me aturdía. Y echaba de menos aquellos dedazos me hacía con mi imaginación antes de que Enrique y Ramón aparecieran en mi vida. Imaginaba varios hombres me abordaban en los escenarios más insólitos tales que en el campo (como ya ocurrió con Enrique y sus amigos cazadores en el primer capítulo) en un callejón urbano o en un barco en mitad del mar. Así daba rienda suelta a mi imaginación y podía sentirme sucia sin serlo porque soy una mujer respetable en el fondo. Quizá muchas mujeres no entiendan como teniendo dos grandes pollas siempre a mi disposición necesite de vez en cuando hacerme un solo. Pero lo necesitaba, de verdad. Las mujeres de nuestra edad a veces preferimos masturbarnos antes que la presencia de un hombre. Quizá los hombres no sean así pero las mujeres, y siempre más celosas de nuestra intimidad a veces lo necesitamos y con más asiduidad de lo que imaginan los lectores, por cierto.

Ding-Dong...!!!

No eran las 6 menos cuarto que Ramón y Enrique estaban en casa de mi amiga Carmen. Uno con una camiseta de Metallica otro con una de ACDC parecían a Beauvis and Butt Head.

-Hola, chicos!! Qué tal??

Carmen salió a recibirlos con un picardías de encaje blanco ya manido y que le venía pequeño. Era evidente hacía tiempo no se lo ponía y que denotaba lo que había sido en su juventud una chica esbelta y delgada. La vida había convertido su cuerpo generosamente en uno voluptuoso y turgente.

Por supuesto, más apetitoso si cabe.

Encima llevaba una bata de seda que se ajustaba a la perfección en su busto y culo. Cuando besó a ambos hombres y se dio la vuelta de forma grácil y elegante mirándolos antes con deseo y complacencia, los dos adivinaron a través de esa bata como unos ligueros marcaban su culo.

No llevaba sujetador ni bragas y en el canalillo de sus enormes tetas de madre unas finas arrugas denotaban sus 46 años. Estaba preciosa. Un bombón de mujer.

-Queréis algo antes, chicos?

-Si. Una cerveza pidió Ramón.

Cuando se fue a la cocina Enrique le dijo a Ramón...

-Madre mía como está esta tía...

-Ya te lo dije. Obsérvala bien. Pone a cien a cualquiera y tu que no querías venir, idiota...!

-Toma!!

Enrique le dio un pedacito de Viagra a Ramón.

-Qué es esto?

-Un poco de Viagra.

-Tómatela. Retrasa la eyaculación y esta mujer necesita le den bien. Solo una punta de la pastilla. Si te la tomas entera no acabas en un mes si no tienes disfunción eréctil...

Ramón hizo caso.

Se nos pasó el tiempo volando conversando con esa mujer que era inteligente y seductora. Ella cogió el teléfono y llamó a Carlitos y le dijo...

-Cuando acabes la clase de piano ve a casa de tu tía a merendar. Tengo que irme a Alicante a comprar.

-Si, mamá...

-Veis que bien mandadito tengo a mi hijo? Vamos chicos... ahora si que tenemos toda la tarde...

La única obsesión había tenido Carmen desde hacía 10 años había muerto su marido era encerrarse en su habitación para masturbarse rodeada de cámaras. Se tendía en su cama desnuda y con su vibrador trabajaba todo su cuerpo filmándose en circuito cerrado para luego volverse a masturbar viéndose a si misma. Un circuito cerrado el cual ella me había dado su contraseña.

Me mandó un mensaje de que ya estaba lista y miró a una de sus cámaras ocultas guiñándome un ojo.

Entró en su habitación con mis dos hombres y en frente de ellos se quitó su bata de seda que cayó al suelo como si fuese agua destapando sus grandes pechos.

Mientras, yo había encendido mi portátil en el salón tecleado "FIDELIO" y había sacado mi consolador. Estaba muy cachonda porque iba a ver como mis dos chicos se follaban a mi mejor amiga con mi consentimiento.

Carmen se sentó al borde de su cama y contempló como esos dos hombres se desabrochaban los pantalones y los arrojaban al suelo. El resto lo iba a hacer ella.

Bajó los bóxer de Ramón y Enrique ya llenos totalmente de sus vergas en erección lo que fue una liberación saliendo dos pollas disparadas como tablas ansiosas de hembra madura.

Toqué mi coño acariciando mi clítoris y estaba realmente encharcado. Metí mis dedos delante de mi ordenador para ensancharlo mientras observaba como mi amiga chupaba las dos grandes pollas de mis chicos a la vez. Se estaba poniendo las botas y las dos comenzamos a gemir como locas.

-Qué polla tienes Enrique... la de mi negrito ya la conocía de largo pero la tuya no. Qué suerte tiene tu novia cuando la follais a la vez!!

Por un momento, sentí celos y envidia de esa mi amiga pero si los había convencido para que se los follara bajo cualquier excusa o premisa era que los tenía controlados. Además necesitaba estar sola. Por una vez me vendría bien. A esas alturas llevaba un coño ya realmente húmedo y dilatado. Al menos eso podía observar en la cámara de mi móvil puesto que yo también me estaba grabando.

-Cómo me gustan estos rabos!!! Dijo Carmen poniéndolos entre sus enormes tetas que habían cambiado de tono debido a la excitación y subiendo y bajando sus pieles al unísono.

-Os gustan, ehhh?

Carmen cogió un bote de lubricante que utilizaba en su coño para masturbarse y se echó un buen chorro sobre las tetas. Esas dos pollas comenzaron a brillar mientras ella las blandía entre pecho y pecho. Ramón y Enrique jadeaban sin parar ante esa visión. Ramón más ducho con ella metió su terrible verga en la boca de Carmen que no dejaba de agitar sus pechos para deleite de Enrique.

-Mmmm!!! Gemía Carmen con la polla de Ramón en la boca.

Para entonces yo estaba ya con mi vibrador en mi coño zurrándome de lo lindo. Fui capaz de hacer fuerza con las paredes de mi coño y de secuestrarlo entre mis piernas sin salirse para tocarme las tetas con las manos. Estaba cachonda perdida y me iba a correr de un momento a otro. En contrapartida me di cuenta de que ni siquiera habían empezado a disfrutar de Carmen ni Carmen de esos mis dos pretorianos.

Por un momento Carmen se deshizo de esas pollas tiesas como candelabros y se tumbó en la cama abriendo su coño con las manos.

-Quién va a follarme primero, chicos...

Ramón subió a la cama y penetró a Carnen de una sola vez mientras Enrique no se quedó atrás y ajustó todo lo que pudo su verga en la boca de Carmen que sollozaba ante las profundas embestidas de Ramón. Por un momento soltó la polla de Enrique y exclamó...

-Tan escasa durante tantos años y tan llena ahora...!

Ante esa visión me corrí como una perra delante de mi ordenador. Cuando lo hice mi consolador cayó al suelo vibrando empapado sobre la alfombra. Esperé unos minutos para volverme otra vez a penetrar con él.

Ambos bombeaban el cuerpo de Carmen sin compasión mientras ella gemía sin parar pero no esperaba iban a hacer un sándwich con ella.

Enrique se tumbó boca arriba y ensartó a Carmen cuyas tetas tenía que retirar para poder ver su cara. Ramón se untó bien su polla de lubricante y atacó poco a poco el culo de Carmen quien gruñía como una loba. Sus dos cuevas emitían dos sonidos a mojado que se alternaban unos con otros. Viéndose ensartada por sus dos agujeros se corrió empalmando dos orgasmos uno con otro.

Hummm!... Me estoy corriendo! Exclamó, durante cerca de 30 segundos...

Nunca habían hecho eso conmigo y deseé probarlo la próxima vez me cogieran.

-Te gusta, eh Carmen?

-Ohhh... si... mis chicos... No paréis hasta que no os corráiiis...!!! Soy vuestra...!!!

Ante esa visión subí la intensidad de mi vibrador moviendo mi pelvis de tal manera que notaba como mi culo iba cada vez saliéndose del asiento de mi sofá de cuero hasta quedar colgando en el aire. Imaginé que si en esos momentos una buena polla hubiese cogido mi culo desde el suelo hubiese sido algo fantástico. Era evidente me iba a ir otra vez como así ocurrió. Y es que ver in situ lo que a esos hombres iba a exigirles me hicieran la próxima vez me puso muy cachonda. Me fui, tocando el clítoris y penetrándome hasta adentro con mi vibrador en forma de polla negra. Cuando acabé interrumpí la grabación de mi móvil en media hora. Lo más extraordinario era que esos hombres seguían sin correrse dentro de Carmen que ya acusaba cansancio.

Pude contemplar como sus piernas temblaban aún a 4 patas. Era evidente le estaban dando de lo lindo. Enrique besaba su boca y sus tetas como podía puesto que no llegaba a todo.

Ramón sacó su polla del culo de Carmen. Un culo dilatado en su boquete y oscuro dentro.

Ramón tanteó su verga golpeándosela en la palma de la mano y esa porra de ébano penetró a Carmen por el coño quien se vio tomada vaginalmente por dos pollas de cerca de 20 centímetros. Reponiéndose volvió a gemir. La polla de Enrique calada hasta sus testículos dejó paso a la negra de Ramón quien logró meterla entera sin dificultades aparentes. Sacando fuerzas de flaqueza Carmen volvió a mover otra vez su culo al ritmo de esas dos pollas. Estaba disfrutando como nunca.

-Esto si es estar llena, mis valientes!!! Exclamó.

Me dio tiempo a prepararme un café. Cuando volví a mi portátil seguían así.

Carmen iba a correrse otra vez irremediablemente. Mientras, observaba como la jodían a dos bandas.

Definitivamente Carmen se corrió por cuarta vez aullando mientras su cuerpo entero temblaba sin parar.

-Me corrooo... otra vez... chicooos!

Sacaron sus pollas de ella y se tumbaron a su lado con unos rabos tiesos como nunca los había visto.

La besaron por todas partes. Carmen estaba llena de los grandes brazos y piernas negros y blancos de esos dos hombres quienes la habían follado con locura. Para su sorpresa sus vergas estaban completamente enhiestas. Ni en sueños había imaginado tener así a dos hombres contemplándola como a una reina colmándola de besos y palabras cariñosas que alababan su cuerpo y maduras hechuras.

Carmen pensó para sus adentros...

-"Joder... qué bien mandados los ha traído Karen!!! No puedo más...!

Ramón besó las diminutas canas de su coño y su cicatriz de madre por cesárea situada encima de su pubis. Abrió sus piernas y comenzó a comer su coño metiendo sus dedos.

Carmen volvió a gemir. Suavemente con su lengua Ramón conquistó el clítoris de esa mujer otrora tan necesitada. Enrique le besaba mientras su boca, pelo, cuello a la vez que acariciaba con cuidado sus pechos.

Era evidente Carmen se sentía así más cómoda, bien tumbada en su cama como una papisa. En cuanto Enrique se sumergió entre sus grandes pechos dirigió su cara a una cámara resoplando para que yo diera cuenta de lo que estaba pasando.

Ya me había tomado el café y cascaba unas pipas.

Ramón hacía círculos con su lengua sobre toda su concha y metió su anular en el culo de Carmen sin dificultad alguna, a lo cual aumentó el tono de sus gemidos. No lo esperaba.

-Ohhh... no me esperaba esto de postre, chicos... Exclamó Carmen.

Ella se vio rodeada de dos hombres. Uno tomando su cuerpo el otro los más íntimo del mismo y se volvió a correr sin remedio gimiendo por quinta vez. Estaba loca de contenta y se sentía una mujer.

Ramón subió por todo su cuerpo tocándola por entero. Y besó a Carmen en su cara exhalando un aliento limpio y perfumado impregnado del dulce aroma de su almeja. Tenía a dos hombres besándola. Uno a derecha, otro a izquierda.

Qué más podía necesitar una mujer?

Ramón le preguntó a Enrique...

-Vamos ya?

-Ya?

Carmen entre sollozos exclamó sorprendida...

-Qué me vais a hacer ahora?

Se vistieron metiendo con no poca dificultad sus pollas erectas en sus pantalones y salieron a la calle.

Cuando regresaron lo hicieron con un enorme ramo de flores silvestres que estaba esperando en el coche.

Carmen se puso roja como un tomate desnuda en su cama.

En el ramo había un sobre que Carmen abrió con ansiedad en el que ponía...

-"Para la mejor madre y esposa del mundo..."

No pudo más y se echó a llorar.

-Muchas gracias!!! Esto ha sido lo mejor...

Se vistió rápidamente y enseguida vino Carlitos. Puso los portaretratos de su difunto marido otra vez de pie que había quitado para la ocasión y despidió a esos dos hombres dándoles un beso.

Si. Así se trataba a una mujer...

El problema había sido que ellos no habían eyaculado...

Cuando salieron Ramón preguntó a Enrique...

-Esto de la Viagra es hacer trampa, eh?

-Mereció la pena. Has visto lo feliz de Carmen?

-Si.

-Además si se lo explicamos a Karen nos vaciará sin problemas...

Lo que no sabían era tenía esa hora y media en el disco duro de mi portátil y venían a mi casa más salidos que un balcón gracias a mi amiga...

(Continuará).

(9,60)