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La amiguita de mamá gatea de noche

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Mi hermana se encontraba cumpliendo 15 años y como en toda familia se acostumbra a hacer una celebración especial para ese día y pues muchos invitados de ambas familias y amigos de nuestros padres e incluso nuestros fueron invitados.

Cómo buen hermano mayor debía estar vestido de traje y atendiendo a todos los invitados a su llegada. Entre tantos invitados de repente veo llegar a la amiguita de mamá, la misma de mi relato anterior, vestida con una falda sobre las rodillas blanca, una camisa de lentejuelas negra dejando ver sus ricas tetas, unas botas negras a mitad de muslo de cuero con tacones, unas medias pantys negras, pelo negro liso y su boca pintada de rojo. Después de un rato de observar cómo caminaba e imaginarme todo lo que podía hacer, mi padre casi con un regaño me indica que la lleve hasta su mesa y la reciba, lo cual accedí con todo gusto.

Me saluda con una sonrisa malvada y guiñando el ojo, a lo cual respondo tomando su brazo y diciéndole Bienvenida! En un tono más que pícaro y la llevo a reunirse en la mesa con el resto de sus amigas que ya habían llegado.

Durante la fiesta tuvimos algunos encuentros cercamos algo normal, roces, agarres mientras la invitaba a bailar, pero cómo había mucha gente, ambos tratábamos de comportarnos. Aprovechábamos cada vez que apagaban las luces para meter un poco de mano y sobarnos mutuamente, yo trataba de disimular mi erección y cada cierto tiempo iba al baño a acomodar mi miembro de manera que se notara lo menos posible, ella solo reía y se me quedaba viendo con cara de querer comerme cada vez que me retiraba al baño.

Las horas fueron pasando y los tragos empezaron a hacer lo suyo. Algunas personas ya empezaban a retirarse y como nuestra casa queda en las afueras de la ciudad cerca del restaurant donde era la fiesta mi madre había planeado que algunos de los invitados se quedaran a dormir en la casa y para mi sorpresa ella era una de esas.

Mi papá me envía en el carro a hacer algunos viajes desde el restaurant a la casa para ir llevando a la gente que se quedaría en casa, unas tías medio borrachas se suben en los puestos de atrás y la amiguita de mamá se apresura a subir de copiloto. Durante el viaje veo cómo mis tías ya casi dormidas se inclinan entre sí y están entre dormidas y despiertas, lo cual es notado por ella y sin perder tiempo comienza a manosearme el miembro por encima del pantalón que ya quería salir de su encierro. Así estuvo todo el trayecto, se bajó la camisa para que viera esas tetas que tanto me gustaban, pero por desgracia ya habíamos terminado el trayecto y tocaba bajar a las tías del carro.

Cómo pude me arregle y con un dolor en las bolas por tantas ganas de coger, me tocó empezar a cargar a las tías. Una de ellas una regordeta poco agraciada a la que moví rápidamente y dejé en un sillón, y la otra con una figura voluminosa que se le marcaban unas buenas tetas y un culo protuberante, aproveché en cada paso de meter mano mientras la llevaba a la cama para calentarme un poco mas, en ese proceso hale un poco el hilo negro que se le notaba y saqué de su pantalón para poder verlo y excitarme un poco mas mientras con la otra mano le agarraba las tetas hasta que llegamos a la cama y la dejé completamente dormida.

Cuando iba al encuentro con la amiguita de mamá veo que el resto de personas está llegando a la casa y mi mamá procede a organizar los dormitorios de cada quien rápidamente, y en ese momento pienso que todo el juego había llegado a su fin.

Cada quien se fue a su dormitorio y me puse a imaginar a esa madurita desnuda y todo lo que me podría haber hecho esa noche, lo que me provoco una calentura y erección descomunal.

A los pocos minutos siento que la puerta se abre y pienso que es mi madre o padre para que ayudara con algo adicional de la fiesta pero no veo entrar a nadie, me quedo quieto para que no me descubrieran y hacerme el dormido porque no podría levantarme con el pene erecto. Medio abro los ojos y la puerta se va cerrando lentamente y sigo sin ver a nadie a la altura de lo que me deja ver la cama.

De repente ya el dormitorio con poca claridad, siento que algo se mueve al borde de la cama y una mano se mete bajo las sábanas tratando de buscar algo y yo con la calentura que tenía me dejo llevar.

La mano tocó mis piernas en primera instancia y lentamente fue descubriendo la posición de mi cuerpo hasta que llego a mi pene y descubrió mi erección. La mano comenzó a moverse, a pajearme y agarrar mis bolas lentamente. Ufff que bien se sentía, que rica mano me estaba dando placer y aliviando mi dolor de bolas por toda la noche de calentura.

De pronto ya no era una mano, sino dos y por la sensación del momento no me di cuenta cuando la persona que me daba ese rico placer ya estaba encima de mi cama, con su boca a punto de comerme el pene. Y empezó a subir por mi abdomen hasta que llego a mi cara y era ella! La madurita con la que estaba soñando hacer mía esa noche. Y me dice: Sabía que me estabas esperando!

Para mi sorpresa ella se había desnudado y estaba sin rosita en mi cama, podía sentir su calor en mi cuerpo, mi miembro chocaba contra sus piernas y ella me devoraba la boca.

Ufff papi, quiero ser tuya, me has tenido toda la noche chorreando de lo mojada y ahora quiero que me mates estas ganas.

No había terminado y la volteé y la puse boca arriba en la cama y me dispuse a hacer un 69. Quería comerme esa cuca, quería que me comiera el pene y sentir y dar placer al mismo tiempo. La calentura era tremenda, esa cuca estaba mojada, mi lengua se iba y mis dedos también, ella gemía de placer con mi pene en su boca, no lo sacaba la glotona. De repente metió un dedo en mi culo y empezó a masajear, no pensé la sensación que me podía producir esto pero lo estaba pasando tan bien que me deje llevar, yo hice lo mismo, y ambos nos estábamos comiendo y dándonos placer mutuo en nuestros culos, y al cabo de unos minutos ambos nos contorsionarnos con varios espasmos y tuvimos un apoteósico orgasmo.

Inmediatamente me di la vuelta y fui al encuentro de su boca, ella se subió en mi juntando su cuquita con mi pene algo flácido y se sentía rico. Empezó a decirme que la cogiera, que necesitaba mi pene adentro y esos susurros hicieron que me prendiera de nuevo, ella lo noto y se subió a cabalgarme. Empezó lento, metiéndosela toda en su cuquita, se movía hacia adelante y hacia atrás mientras ella misma se masturbaba, se agarraba las tetas y yo con las dos manos le agarraba su rico culo. Empezó a decirme groserías, me decía: eres un puto, morboso, vi cómo agarrabas a tu tía, quería que fuera yo la que le manoseabas las tetas, métemela que soy una zorra, una perra, cógeme, cógeme! Soy tuya puto baboso! Mira cómo me tienes abierta para ti! Y no aguante mas y me vine con tremendas chorreadas mientras ella poco a poco gemía de placer.

Me di cuenta que ella no había llegado al orgasmo y busque una toalla rápidamente para limpiar mi esperma y comencé a chuparle nuevamente la totona, pero esta vez ayudado con mis dedos, metí el índice y hacía una seña como cuando llamas a alguien. Empecé a rozar su cuca por dentro con mi dedo mientras mi boca se pegaba a su clítoris, ella empezó a sentir y me agarro fuerte por el cabello, sentía que me quería meter hacia adentro, cosa que me gustaba pelear contra su fuerza mientras la mamaba, pasaron algunos minutos y de repente me llevo la cara de una mirada tremenda!, me subí hasta su cara y empecé a besarla como loco, el cuello, las tetas mientras ella se venía.

Había pasado como una hora que estábamos en esa cogida y yo me estaba quedando dormido ya, cuando de repente veo que se abre la puerta, me asusto pensando los iban a descubrir pero no veo a nadie, me hago el dormido y la puerta se cierra nuevamente y allí descubro que no hay nadie a mi lado, mi mente vuela y caigo en cuenta que se ha ido de la misma forma en que llego, gateando la amiguita de mamá.

(9,11)