Para entender a fondo leer el relato “Aprovechando la situación. (Conociendo a Andrea)”.
Ya había pasado un año desde que Andrea llego con nosotros.
No la considerábamos como una empleada doméstica; sino, más bien pasó a ser parte de nosotros.
Mi esposa le insistió que terminara su nivel preparatoria y así lo hacia todos los sábados. Además de ser nuestra amante.
Disfrutábamos cada aventura con ella, se empeñaba en dejarnos complacidos en el ámbito sexual, como en las labores de la casa.
Un día charlando con ella me confeso que le llamaba la atención una prima suya de nombre Juana.
Al enseñarme una foto de esta prima, comprendí el porqué le atraía.
Juana es de tez blanca, pechos medianos, con 1.68 de estatura, a simple vista.
Le di consejos acerca de como llevársela a la cama, consejos que mi mujer aplicaba con otras mujeres.
Ella en agradecimiento me dio una suculenta mamada; no me la cogí porque estaba en sus días, pero esas chupadas me dejaron satisfecho.
Al fin de semana siguiente Martha salió de campamento con varios alumnos, por lo que ella bien sabía que Andrea y yo la pasaríamos bien y así fue.
Ella estaba muy emocionada, por la llegada de la prima en cuestión y mas porque nosotros dimos permiso de que pasaran juntas ese fin de semana.
Aparte de todo Andrea ya había practicado unos tips que mi esposa le dio. Yo estaba feliz porque aparte de todo ella vería la forma de compartir a Juanita conmigo.
Para no hacer mal tercio fui a visitar a unos amigos. El plan era llegar en la noche para ver y disfrutar el show.
Recibí un mensaje de Andrea diciendo que llegara lo antes posible; pues, me tenía una grata sorpresa.
Al llegar. Me dirigí a la recamara de Andrea y efectivamente estaba mi sorpresa.
Ella y su prima estaban revolcándose en su cama aun con ropa. Ella le metía mano a Juana por debajo de una falda blanca con flores negras, al lado estaba otra prima de Andrea llamada Julieta.
Morena, muy similar al cuerpo de Andrea, solo que con más pecho.
Lejos de espantarse por mi entrada, me sonrió y me invito a sentarme a ver a las dos primas en celo.
No podía aguantar la excitación de ver a Andrea besar, desnudar y darle unas chupadas tanto de senos como de clítoris a Juana.
Aun con el riesgo de ser rechazado comencé a manosear y tratar de besar a Julieta, cosa que ella correspondió perfectamente.
Le quite su pantalón, que por cierto estaba muy apretado y una vez bajando una tanga amarilla, devore esa rica vulva depilada y babeada de Julieta.
Ella, igual que Andrea sabían mamar muy rico.
Juana se encontraba devolviendo la atención que su prima le había dado momentos antes a su clítoris.
Andrea gemía de placer y para en esos momentos yo ya estaba clavando a Julieta, quien buscaba un espacio en la cama de Andy.
En lo que Juana chupaba la vagina de Andrea, yo jugaba y clavaba los dedos en la prima.
Julieta comprendió lo que yo deseaba, así que, se acomodó de tal modo para que mi boca degustara la vulva de aquella prima.
Al ver que Juana se prendía más deje un momento a Julieta para penetrar a la susodicha.
Acomodamos a la prima de un modo en el cual yo metí mi cintura por abajo de la de Juana para penetrarla. Andrea junto conmigo devoramos sus pechos, hasta que Andrea me dijo. "No acordamos que Juanita seria para mi solita? Allá esta tu sorpresa".
Volteo a ver a Julieta, quien estaba sentada en una silla con las piernas abiertas y su mano dándole placer.
Me bese con Andrea y su prima.
Me pare frente a mi sorpresa, le levante las piernas, así como estaba en la silla y la clave con cierto desenfreno.
Después de un rato Julieta me pidió romper su esfínter; así que, ni tardado y sin chistar, la empotré en la cama, dándole un beso negro y a disfrutar.
Los jadeos de los cuatro ya eran demasiado notorios, además el calor en ese cuarto de cuatro por cuatro parecía sauna, pero el placer era tanto que hasta el sudor de nuestras compañeras lo bebimos como su fuera un jugo afrodisíaco.
Como es de suponerse, le llene las entrañas de mi líquido a Julieta, en lo que en un 69, Andrea y su prima disfrutaban de los jugos de cada una.
Descansamos un rato y luego las invite a cenar.
De regreso Julieta y yo nos fuimos a mi recamara, Andrea y Juana se fueron a continuar también con lo suyo.
Vaya que Andrea, además de ser compartida, aprendió bien de mi esposa.
Y en cuanto a las primas.
Prometieron darle las gracias a mi mujer por lo feliz que es Andrea.
Vladimir escritor.