Nuevos relatos publicados: 7

La tía Loulu

  • 6
  • 20.396
  • 9,50 (20 Val.)
  • 0

Todo comenzó como un juego y terminó siendo una de las experiencias más excitantes de mi vida y es que tener sexo con una mujer madura siempre es de lo mejor.

Loulu así le decimos de cariño a una tía lejana de mi esposa, en ese tiempo apenas era el novio de Leticia, ella en ese momento tenía 47 años yo apenas tenía 21, siempre era muy fiestera y le gustaba estar con los jóvenes, era dueña de un buen cuerpo, piernas torneadas grandes nalgas tetas grandísimas, era una tentación para cualquiera.

Una ocasión me tocó ir a esperar a Leticia a casa de ella, ya que según tenían una fiesta, al entrar noté que solo estaba su prima y Loulu, ella me miró muy coqueta, y casi me besa la boca, su hija salió con sus amigas dejándonos solos en espera de mi esposa.

L: ¿Y cómo va todo en su relación?

Lu: Pues ahí vamos paso a paso

L: ¿Mi sobrina está muy buena verdad?, lo heredó de nosotras jajá!

Lu: jajá supongo que si

L: ¿O tu qué crees?

Lu: ¡La verdad no quiero responder jajá!

Ella me sonrió y me dijo que se iba a su recámara yo me quedé nervioso sentado en el sofá esperando a que llegara mi novia, ¡pero no mas no! De pronto escuche su voz…

L: ¡Luisito puedes ayudarme por favor!

Lu: Este… ¡Ok ahora subo!

Al llegar a su cuarto, ¡puta madre! Estaba ella solo cubierta de una bata que transparentaba sus tetas, enseñándome sus ricas piernas de una mujer madura, ¡al verla sentí una adrenalina recorrerme y muchos pensamientos invadieron mi cabeza!

¡Me quedé pasmado observando cómo se acariciaba las piernas y como con sonrisas sarcástica me invitaba a hacerla mía de una vez por todas!

Lu: ¿Pero qué haces tía?

L: ¿Te gusto papito? ¡Ven acércate amorcito!

Lu: ¿Pero tía? ¡Su sobrina es mi novia!

L: ¿Y qué? Solo te voy a usar

Lu: ¡Dios mío no puedo más que rica estas!

Me lancé sobre ella, mi boca comenzó a besar sus torneadas piernas, desde sus talones hasta sus ingles, ¡parecía una fiera muerta de hambre que comía como si nunca hubiese comido!

Quité su tanguita blanca para encontrarme una pepa bien depilada y bonita parecía ser de una chica de 20 años, pero era de una de casi 50, la comencé a besar con pasión, ¡ella gemía y apretaba mi cabeza!

L: ¡Oh! Luis amor que rico!

Lu: ¡Que rica esta tía! ¡Tu coño es una delicia!

L: Comételo papi, ¡que rico!

Lu: ¡Sabes rico y que apretada esta!

Después de comer su rica pepa, subí le quité su bata para comenzar a devorarme sus grandes tetas, ¡y es que dios! ¡Era una súper tetona mis dos manos apenas si podían apretar una sola! Con mi lengua lamia con fiereza sus tetas y mordía sus pezones grandes como monedas, ¡esto me ponía más y más dura la verga!

Lu: ¡Eres una puta tía! Que tetas más ricas tienes, ¡ven mastúrbame con ellas!

Me senté en la orilla de la cama, ella se hincó y comenzó a masturbarme con su ricas y grandes tetas, ¡mi pene comenzó a ponerse durísimo! ¡Mientras ella con su lengua jugaba con la cabecita de mi pene!

Lu: ¡Tía que rico! dios eres la mejor!

L: ¡Te gusta papi! Que verga más grande y rica tienes, ¡con razón se va a casar contigo!

Lu: ¡Chúpala toda! Chúpamela!

Ella devoraba mi verga por completo, al verla como la sacaba escurriendo de saliva me ponía a mil, yo apretaba sus tetas y comencé a follar su boca, sentía como mi verga tocaba su garganta y el verla casi ahogada me excitaba más. ¡Ya en el éxtasis la acosté en la cama tomé sus grandes piernas las levanté y comencé a penetrarla fuertemente!, la embestía con violencia y es que sabía que en cualquier momento ella llegaría y me podría descubrir cogiéndome a su tía, seguía penetrándola con fuerza, ella gemía demasiado, ¡su vagina aun apretaba muy bien lo cual me ponía más!

Lu: ¡Oh! ¡Tía que rica! Aprietas rico!

L.: tu verga! ¡Que verga más rica!

Lu: ¡gime! ¡Como la puta que eres tía!

L.: Si hazme tu puta hijo!

Me levanté y subí su pie a la cama tipo “patita de ángel” y comencé a penetrarla, ¡mientras mis manos apretaban sus grandes y durísimas nalgas! Nos besamos pasionalmente, sus carnosos labios apretaban los míos lo cual me la ponía más dura, mis dientes mordían sus tetas ella gemía como loca y me arañaba la espalda.

L: ¡Que rico!  qué suerte tiene Lety!

Lu: Mas suerte tengo yo, ¡estas buenísima!

L: ¡Cógeme mi amor! ¡Ahora serás mío!

Lu: ¡Si tía! ¡Soy tu macho, tu camote tu pistola!

La puse en cuatro, ¡le di un par de nalgadas con toda mi fuerza casi dejándola moreteada! ¡La ensarte con violencia y con mis dos manos le jalaba el cabello cual si estuviera domando una potra salvaje! ¡Ella gemía de placer y movía sus caderas al ritmo de mis movimientos!

L: ¡Ah! ¡Que rico!  más dame más!

Lu: ¡Si puta tómala toda!

L: Si, ¡dámela toda amor dámela soy tu puta soy tu puta!

Lu: ¡Muévete! ¡Mueve esas ricas nalgas puta! ¿De quién son tus ricas nalgas?

L: ¡Son tuyas! Tómalas cuando quieras amor!

Lu: Gracias puta, ¡eso hare!

¡Le abrí su par de nalgas y comencé a meter mis dedos en su ano, ella mordía las cobijas y gritaba de placer, sabía que me podían encontrar con ella en cualquier momento, pero eso no me importaba! Mis dedos entraban en su ano estrecho, mi verga seguía dentro de su vagina y ella gimiendo rico.

L: ¡Mi culo ahh!

Lu: ¿La quieres en tu culo tía?

L: ¡Si dámela! ¡La quiero ya!

Con violencia la penetré por su ano, ahora mis dedos jugaban su clítoris, ella babeaba la cama del placer, ¡yo también gozaba de lo lindo con su rico culo! ¡Con fuerza la embestía, le jalaba el cabello, le apretaba las tetas le arañaba las piernas y le seguía lastimando el culo!

Lu: ¡Que rica tía! ¡Me vengo me vengo tía!

L: ¡Dámelo en mi culo! ¡Dios! ¡Yo también me vengo amor!

Lu: ¡corrámonos juntos tía!

Ambos nos venimos juntos, el orgasmo fue de lo más rico posible, le llené su culo de leche! Mientras ella escurría y mojaba sus sábanas, ¡nos quedamos pegados como perros! Hasta que pudimos movernos, yo me vestí de prisa y me bajé a la sala, justo en ese momento llegó mi novia, ¡Loulu bajó, la saludo y bajita la mano me acarició mi pene!

¡Ese día comencé un juego el cual no terminó bien!

(9,50)