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Limerick School (Parte III)

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Miércoles

Me desperté y una fuerte puntada se apodero de mi verga. Levante mi bóxer y observe que mi glande estaba morado. Quise sentarme en la cama y sentí muchísimo dolor. Mi esposa se despertó y entre dormida observó mi cara de sufrimiento. -¿Te sentís bien? No quise preocuparla pero no podía ocultar lo que estaba pasando. –Ayer ordenando unas cajas hice fuerza demás y creo que me jodí la espalda. Es mi tercer día de trabajo, no puedo faltar. Le dije.

Verónica, mi esposa quedo preocupada. –Tenés razón… deberías ponerte hielo. Esas fueron sus últimas palabras antes que se quede dormida. Tome su consejo y mientras me preparaba y desayunaba me puse una bolsa de hielo sobre mi verga. Inesperadamente el consejo resultó y un leve cosquilleo empezó a recorrer mi cuerpo.

Luego de relajarme y hacer todo con calma me di cuenta que estaba por llegar tarde. Le mande un mensaje a Marcia avisándole y salí rápidamente. Por suerte ella me dijo que los miércoles la directora llegaba a las 10 am y ella casualmente estaba llegando más temprano. En vez de ir a tomar un café iba a hacerme el favor de abrir las puertas y hacer lo que me correspondía antes del inicio de las clases. –Me debes una. Me escribió y colocó un emoticon de una carita guiñando el ojo.

El mensaje de Marcia me tranquilizo y me tome mi tiempo para tomar el colectivo. No quería ocasionarme mas dolor. Al subir al colectivo noté que estaba mas lleno que lo habitual. Trato de abrirme paso entre las personas y ubicarme al fondo del colectivo. Mientras estaba perdido en mis pensamientos, me llama la atención una conversación telefónica. –¡Boluda estoy llegando tarde! ¡Me voy a quedar libre!

Miro hacia la chica que esta hablado e inmediatamente reconozco su figura: la pendeja del amazonas. Se encontraba dándome la espalda, inmersa en su celular. Su pollera corta y su camisa ajustada rápidamente llamo mi atención. Alrededor de ella todos los pasajeros estaban o dormidos o distraídos con su celular, otros mirando por la ventana. Aproveché que bajaron unos trabajadores, y me acerco hacia ella. Podía oler su perfume. Al acercarme me di cuenta que yo era mas alto, al parecer me impresiono su tremendo cuerpo y la percibí como una diosa gigante que en cualquier momento podía aplastarme. O tal vez ella estaba usando plataformas cuando la vi por primera vez.

Me acerqué mucho mas y finalmente pude vislumbrar esas tetas impresionantes. Felizmente noté que su camisa estaba desabrochada y para mi sorpresa… no tenía corpiño. El movimiento de sus tetas naturales provocado por los saltos del colectivo me provocaron una fuerte erección. Al parecer tenía la pija para el costado, así que la erección se desarrolló lateralmente, mi glande había quedado a la altura de mis bolsillos.

En la siguiente parada ingresó mas gente al colectivo, y al apretarnos mas inevitablemente mi verga se presionó contra su tierno y contundente culo. Una explosión de placer surgió desde la punta de mi verga, que se frotaba intensamente contra sus nalgas. Ella, a pesar que se liberó un espacio a su costado, no se corrió. Es más, empecé a notar que empezó a ejercer presión hacía mí. Así estuvimos por un largo rato. Mi calentura era insoportable, mi verga estaba totalmente dura y una sensación extremadamente placentera surgía desde ella. Pensé en hacer alguna maniobra para sacar mi verga y ponérsela contra su culo, pero me pareció estúpidamente arriesgado.

Llegando a la escuela ella se da vuelta con tanta velocidad que no logré disimular. Me miró fugazmente y sonrió levemente. Puso una de sus manos hacia atrás y yo decido acercarme. Siento que movió sus manos acariciando mi verga por un pequeño momento. Luego bajó rápidamente del colectivo y se dirigió hacia la escuela.

Mi verga estaba tan dura que me costaba muchísimo caminar. En el movimiento de bajar del colectivo la pija me quedó hacia adelante y mi erección era muy evidente. Entre a desesperarme. Rápidamente entré a un Mc Donalds y me metí en el baño. Con desesperación saque mi verga del pantalón, no podía más. Trabé la puerta y empecé a pajearme furiosamente pensando en esta pendeja y su carnoso culo. Me miré al espejo y me di cuenta de lo hinchada y enorme que se veía mi verga. Realmente tenía una verga majestuosa digna del mejor actor porno. A través del espejo me doy cuenta que había alguien en el baño, sentado en el inodoro con la puerta del único cubículo abierta. Empecé a prestar atención y… estaba en el baño de mujeres. Observo atentamente el cubículo y una joven de unos 18 años acababa de presenciar todo el espectáculo. Tenía el uniforme de Mc Donalds y me miraba petrificada a los ojos. Yo me asuste y me quedé helado. Ella bajo su mirada y se quedó mirando mi verga. Estaba durísima en todo su esplendor. No sabía que hacer… decidí acercarme con pequeños pasos. Era una chica de tez morena y pelo muy oscuro. Bonita de cara, menudita. Luego de un instante que pareció eterno se empezó a desabrochar lentamente la camisa del uniforme y dejó al descubierto unas lindas tetas de enormes pezones. Me acerqué y continué masturbándome. Me pajeaba apretando mi glande contra sus pezones. Se sentía un tanto incómodo. Al parecer ella reconoció el problema y de su cartera sacó una botellita de aceite para bebé. Se lo tira en sus tetas dejándolas bien lubricadas. Seguí haciéndome la paja mientras ellas se manoseaba las tetas. Se sentía exquisito. Comencé a aumentar la velocidad, mas rápido y más rápido. Cinco enormes chorros de leche bañaron sus hermosas tetas. Ella uso sus dos manos para terminar de exprimirme la verga. Con toda la leche encima volvió a cerrar la camisa. Se notaba lo mojado por el semen, pero no le importó. Me miro sonriendo y puso su dedo índice en su boca, quedó claro que esto era un secreto. Guarde mi verga y me fui con prisa. Me sentí relajado.

Llegue a la escuela tranquilamente y las clases ya habían comenzado. Fui a la oficina y Marcia no se encontraba. Miré para todos lados y los pasillos se veían vacíos. Había una chica con un uniforme de limpieza barriendo cerca de la puerta que daba al patio. Me acerqué y me presenté. Era una linda joven, bastante bajita, parecía que tenía cierto grado de enanismo. Su cuerpo era robusto, aunque con sus prendas mucho no podía verse. Me llamaron la atención lo carnosos que eran sus labios. Pregunté si sabía donde estaba Marcia y me dijo que tuvo que hacer un trámite urgente que le encargó la directora. Solo eso había escuchado. Me puse a caminar por los pasillos esperando que llegue Marcia o la directora. Creo que ya sabiendo lo que quería me puse a deambular por las aulas del último año. Y allí la veo, a esta infernal rubia amazónica. Con un enorme culo y unas enormes tetas, todo bien firme. Estaba saliendo del aula, al parecer se dirigía al baño. Me encontró con la mirada y se me quedó mirando fijo. Vi como se mordió los labios mi me miro el bulto. Luego se fue caminando hacia el baño de mujeres y yo lentamente la seguí. No había nadie cerca. Me asomé por la puerta y vi como se metía a un cubículo. Me puse muy nervioso, no sabía que carajo hacer, pero mi verga ya estaba pulsando y la cosquilla en mi glande iba en aumento. Acá me estaba arriesgando con todo. Todo se me vuelve muy claro cuando escucho “¿y, vas a venir?, para que te quedes tranquilo te cuento que repetí un año, ya soy legal”. Un fuego se apoderó de mí. Busque en el armario el cartel de fuera de servicio, lo coloqué afuera y cerré con llave. Me dirigí al cubículo y abrí la puerta. Me quedé totalmente impactado y extasiado. Esta hija de puta estaba totalmente desnuda. En un solo movimiento agarré sus increíbles tetas con mis dos manos y comencé a chuparle sus pezones que también eran igual de grandes. Con desesperación y mucha lujuria, trataba de meterme la mayor cantidad de teta en mi boca. No podía mas del éxtasis y note que ella disfrutaba y gozaba mucho, estaba gimiendo. Le chupe incansablemente sus pezones hasta que me alejé y con violencia me bajé totalmente los pantalones. Me senté en el inodoro y me la senté encima. Sentir su enorme culo sobre mi me volvió loco. Puso mi verga entre sus piernas, le seguí agarrando las tetas desde atrás y nos besábamos salvajemente moviendo con descontrol nuestras lenguas. Veo como escupe su mano y me agarra lo que sobresalía de mi verga, masturbándome furiosamente. En menos de 1 minuto la bañe completamente de semen. ¡Que increíble que en el mismo día se repita algo similar! Solo que esta vez no dejaba de masturbarme. Sentí una leve molestia que me duro muy poco, mientras la seguía besando y manoseando ya estaba gozando nuevamente. Me paro y la siento en el inodoro. Agarro su cabeza metiendo mis dedos entre su dorado cabello e introduje me verga semi erecta en su boca. Ella empezó a masturbarse con violencia también. Su lengua saboreaba lo máximo posible de mi glande. Me calentó mucho como se metía los dedos y sus gemidos. Me comenzaron a temblar las piernas y tuve que usar mis manos para no caerme. En eso momento me agarro la verga con una mano mientras se seguía masturbando y haciendo círculos con su lengua alrededor de mi glande me hizo salir varios chorros de semen que cayeron sobre sus tetas. La rubia lanzo un grito orgásmico y se tiró hacia atrás. Yo también me fui hacia atrás y caí al piso sentado. Me quedé sorprendido viendo como de esparcía todo el semen sobre su cuerpo, chupándoselo de sus manos y tetas.

Me miró fijamente con unos hermosos ojos verdes. ¿Cómo te llamas? Martin le dije. ¿Y vos? Le conteste. –Nadia… veni acercate. Me levante con suavidad y me acerque, ella seguí sentada en el inodoro. –Ponete mas cerca. Puse mi verga agotada cerca de ella. Volvió a llevarse la mano hacia abajo y con la otra empezó a examinarme, a la vez que me la acariciaba. –Yo a esta verga la conozco… hijo de puta sos vos, ¡te vi en la página de cámaras web! Dios mío, no lo puedo creer, me habías dejado recontra caliente. Agarra mi verga que estaba semi erecta y se la mete en la boca, cierra sus ojos y comienza a mamarla mientras se sigue masturbando aumentando su ritmo. Yo sentía cosquillas pero realmente necesitaba descansar. Igualmente deje que me la siga chupando, ya que se lo hacía con lentitud y suavidad, sentía mucho alivio y placer, nunca se me puso dura totalmente. Nuevamente ella se arquea hacia atrás teniendo otro orgasmo.

La quede mirando, que locura lo que acabé de hacer. –Me tengo que ir, ¿estás bien? –Uf Martin, nunca me sentí tan bien en mi vida. Yo soy como vos, vivo caliente, a que te pensas que venía al baño? Me encanta pajearme y pajearme, solo que nadie lo sabe. Me encanta saber que alguien es tan caliente como yo, dios mío basta, tengo que volver a clase. Yo me vestí con rapidez y luego abrí la puerta. Giré para despedirme y la vi lamiendo lo poco que quedaba de semen. –Que puerta más peligrosa que acabo de abrir. Me dije a mi mismo. Cerré la puerta y mire hacia todos lados. No vi a nadie cerca, no sé cuánto tiempo había pasado. La oficina seguía cerrada y la directora no había llegado aún. Aproveche para relajarme un poco y hacer mis tareas diarias, no tenía que descuidar el trabajo.

Marcia llego mas tarde, pero al parecer no estaba teniendo un buen día. Aproveche para mantenerme alejado un poco, sentía que todo esto se me estaba yendo de las manos. Le dije que iba a encargarme de las tareas que eran fuera de la oficina, igualmente a ella no pareció importarle mucho, fue raro y eso me hizo sentir un poco mal. ¿Qué le pasaba?

Llegando al final del día, me volvi a cruzar con Nadia en los pasillos. Me empujo hacia un rincón oscuro y me robó un beso que no me esperaba. Me agarro sus manos y me las puso sobre su culo. –no, Nadia estas loca! No nos pueden ver! Me van a rajar!

-Ay Martin es que no puedo dejar de pensar en vos y tu hermosa verga, me estuve tocando durante toda la mañana.

-Bueno, mañana lo repetimos pero en secreto si? Ahora anda anda

Nadie se fue y volví a la oficina para agarrar mis cosas y volver a mi casa. Allí estaba Marcia que me estaba mirando con seriedad. – vos estás jugando con fuego, se lo que hiciste, ¿en que habíamos quedado? Vi que tenia lagrimas en sus ojos. Me acerqué un poco y me di cuenta que se estaba pajeando. Fue muy extraño. Me pare tras ella y la agarré de sus tetas masajeándoselas. La mire a los ojos y no pude evitar besarla. Una sonrisa ilumino su rostro lo que hizo que ella eyacule con fuerza. –Mañana hablamos dale?

Cerramos todo y volví a mi casa. Al llegar encontré una nota de mi esposa. Su madre estaba internada y se iba a ir unos días para estar con ella. Yo tenía la casa sola por unos días. ¿Debería llamar a Marcia? Me recosté sobre mi cama, pensando mirando el techo. Mi verga empezó a palpitar. Le mande un mensaje. Vino y la hice pasar. Charlamos un rato, comimos y tomamos algo. Nos sentamos en el sillón a mirar la tele. Ella se recostó apoyando su cabeza sobre mi falda. Saque mi verga y ella se la metió en la boca, vi como cerraba sus ojos. Comenzó a mamarla con tranquilidad, diría que con amor. Mis ojos empezaron a cerrarse. Antes de quedarme dormido siento como se libera una gran carga de semen dentro de la boca de Marcia, la cual se traga todo y continua mamando. Mi mente se puso en blanco y me dormí sintiendo un gran placer.

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