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Lo que viví con Noli (4)
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Ya estamos en la recepción, aquella decisión que había tomado se estaba por convertir en realidad. Creo que todavía no me estoy dando cuenta del paso que estamos dando, capaz que ella tampoco, la noto nerviosa, mira varias veces hacia la puerta como insegura. Cuando nos vimos en el bar Noli se mostraba de otra forma, y ahora como que estaba media cagada. Hay otras parejas esperando, ella cada vez más nerviosa, por toda la situación.

Se armó una fila con otras parejas que esperaban, parece que es noche de acción. Así parece, hoy vino toda la ciudad, me responde y sonríe, por dentro pienso en las ganas de cogerla que tengo. Pago y seguimos adelante. Caminamos por un pasillo, escuchamos gemidos, y gritos, esas delgadas paredes parecían contarnos historias. Nos reímos y hacemos chistes al respecto, posiblemente para bajar los nervios. Llegamos a la habitación, entramos y la recorremos, vemos el baño y probamos las luces, parecíamos dos niños entrando a un parque de diversiones.

Ahora ella se sienta en la cama, nerviosa, yo me siento al lado, la acaricio y le digo lo mucho que me gusta y el tiempo que hace que pensaba en este momento. Ella se sonríe mientras le beso la mejilla, y luego voy a su boca, esta vez no es un pico, es un beso con mucha lengua. Se le llena la boca con saliva, le toco las tetas desesperado, como si nunca hubiera tocado unas. Esos pezones duros me dicen que le está gustando, por ahora parece que estoy controlando la situación. Se vuelve loca cuando voy a su cuello, primero con mi mano, algunos besos, y luego con mi lengua. Toco su panza, la miro y recuerdo ese momento en el bar pidiéndole ayuda para seguir adelante, luego la miro a Noli a los ojos y le como la boca con desesperación, siento un gemido de disfrute.

Mi mano derecha empieza a recorrer sus piernas, siento la suavidad de su piel, que me invita a seguir avanzando, ahora me voy colando por debajo de ese vestido que me venía calentando toda la noche. Mis dedos un tanto impacientes, ya habían llegado a su tanguita, ahora con suavidad seguían todo el camino acariciando su piel, sabía que me estaba jugando todas las fichas, pero ahora no pienso arrugar, voy a seguir adelante. Ya estaba llegando a su pelvis y me pongo re caliente, se me hace agua la boca pensar que estoy a centímetros de llegar a su concha.

Si tenía alguna duda de si Noli estaba disfrutando, bastaba con sentir lo empapada que me dejó la mano cuando comencé a acariciarle el clítoris y los labios. Con dos dedos empiezo a frotar suavemente de arriba hacia abajo en círculos, después por los costados, le doy toda la vuelta varias veces, se siente bien suave y calentita. Aprovechando que ya está todo bien lubricado. Recorro cada rincón, como si tuviera el tiempo del mundo, como descubriendo y haciendo realidad todo eso que estaba en mi cabeza hace tiempo atrás.

Mi otra mano está sobre su pecho, puedo sentir como se le acelera el corazón, cada vez más fuerte, su respiración se siente más agitada. Ahora veo como se muerde los labios, eso me pone loco, solo de pensar en lo que podría estar pasando por su cabeza me enloquece. Me dan ganas de tocarla más fuerte y más rápido, quiero lograr que se ponga cerda, quiero aprovechar este momento al máximo, ella empieza a tocarse las tetas. Ahora le doy besos en el cuello, llego hasta sus orejas y se las muerdo. Mi pija que se pone cada vez más dura, ya está recostada sobre las nalgas y ella me refriega todo el culo, estamos como sincronizando nuestros movimientos, cada vez mejoramos el ritmo.

No aguanto más, necesito sacarle todo, ya quiero verla toda desnuda. Ella toma la iniciativa y se empieza a correr el vestido de sus brazos, se lo bajo hasta sus pies junto con la tanguita que ya estaba empapada y se lo quito. Su cuerpo es increíble, mejor de lo que imaginaba, quiero sentir ya su piel contra la mía. la mía. Me saco la ropa en un segundo, quedo en boxer y lo bajo despacio, mientras la miro a los ojos ella baja la mirada en busca de mi pija, la carita pilla que puso al verla, no me la voy a olvidar jamás. La tengo de frente, seguimos viendo cada parte de nuestro cuerpo, escaneamos de arriba hacia abajo, se nota en nuestras caras y los gestos que nos tenemos muchas ganas. Ella está increíble, esos pechos con los pezones bien lindos propios del momento, el pelo largo negro que le cubre parte del cuerpo me mata. Me acerco, la agarro con mi mano izquierda de la cadera y mi mano derecha va directo hacia abajo para poder masturbarla, ella me rodea con sus brazos y se apoya con todo su cuerpo sobre el mío.

Mis dedos están empapados de su flujo, los llevo a mi boca y saborea cada gota, bien hasta el fondo. Ella comienza a hacer pequeños gemidos, sabe que eso me pone muy cachondo, y no quiere que mi pija deje de estar bien dura en todo momento. Cuando voy con mi mano a buscar más, ella me sorprende, me sostiene la mano y me dice al oído "quiero que me la comas Andy". No voy a negarme, amo el sexo oral, de hecho, puedo estar mucho rato sin aburrirme disfrutando y haciendo disfrutar.

Ella se recuesta contra la pared, y abre un poco sus piernas, me agacho y casi pegado a sus muslos me doy cuenta que se me hizo agua la boca al ver esa concha completamente depilada, se la quiero comer ya. Me agarro de sus piernas, me acerco y comienzo a lamer esos labios, los saboreo, poco a poco. Mi lengua al toque queda llena de su flujo, ahora realmente estaba pudiendo disfrutar lo que había probado con mis dedos. Hago movimientos de forma tal de recorrer cada parte de su concha, se siente super suave, caliente y sobre todo, muy sabrosa. Su aroma me vuelve loco, sumado a que ella sigue gimiendo, cada vez más fuerte.

Mis manos están acariciando sus pezones que ya se sienten bien duros, esas areolas oscuras me vuelan la cabeza, me excita mucho verla así. Que morbo me da pensar que Noli no me puede ver por la pancita, de seguro está con los ojos cerrados, pensando en el pijazo que se le viene en un rato, espero que se le esté haciendo agua la boca, porque la concha es una cascada. Perdí la noción del tiempo, es lo que me pasa cada vez que bajo, no sé si pasaron 5 minutos o 10 horas. En un momento empiezo a sentir la voz entrecortada de Noli diciendo: "cogeme, quiero sentirte adentro ya mismo", sabe lo que quiere y lo consigue, siempre lo consigue, me encanta.

Me acerco, ella me rodea con sus piernas como para que no me escape, está loca si piensa que me quiero ir, pero reconozco que esa posición le queda cómoda. Antes de entrar se me da por refregarle la punta de la pija por el clítoris, sé que le gusta y me encanta que se me llene de flujo, así ya entra bien lubricada. Cuando voy entrando, lo hago despacio para que aumente su deseo me sostengo con un brazo sobre la cama, quedamos enfrentados. Noli se ríe y me come la boca, y me dice: “que rica chupada de concha me diste” parece que ella es tan morbosa como yo, nos estamos poniendo bien cerdos.

Le como los pechos, beso, lamo y chupo su panza, estoy super caliente siente toda mi mano que recorre su cuerpo, ella se vuelve loca de calentura. Me excita verla así, cada gesto, cada mirada, tiene una sonrisa pilla que me pone al palo, siempre lo hace, morocha calentona, increíble lo cerda que se pone. Cada vez la penetro un poco más profundo y un poco más fuerte, me parece que hoy voy a explotar y alguien va a terminar con muuucha leche arriba. Me encanta sentir el ruido que hace mi pija cada vez que entra y sale, ya estamos los dos todos transpirados, ella sigue gimiendo cada vez más fuerte, le aviso que me está por hacer acabar.

Ahora empiezo a gemir más fuerte siento que me va a explotar, ella abre las piernas y yo puedo retirarme un poco. Me estoy masturbando mientras la veo, me pone al palo verla toda excitada, despeinada, toda provocativa con esa mirada de putita que quiere ver cómo largo leche. Se lleva el dedo a la boca y se lo chupa, luego lo muerde. Apenas me toca ya empiezo a largar leche, salen varios chorros de semen que rápidamente empiezan a caer en sus tetas cubriendo sus pezones.

Después de apretarme los huevos para sacarme hasta la última gota se levanta, toda la leche empieza a escurrir por el pecho y la pancita. Se mira en el espejo, yo me pongo atrás de ella, nos vemos y como la leche sigue camino por su piel, la abrazo y le froto la leche por la panza y los muslos. Ahora estamos abrazados a la panza con las manos unidas bien abajo, quedamos mirándonos en el espejo y vibrando eso hermoso que está creciendo dentro suyo.

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