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Me contrata el arquitecto

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Habían pasado algunos meses desde que me convertí en becaria de un despacho de arquitectos, el licenciado Ramírez, mi jefe, había sido quien me había contratado con la finalidad de apoyarlo en un nuevo proyecto con una perspectiva e ideas frescas. Puro cuento y palabrería del licenciado, desde aquella entrevista había pasado viendo mis enormes pechos que sobresalían de mi camisa.

Lic.: Señorita Flores! Quiero los planos de la casa Del Valle.

Yo: Voy, licenciado.

Parpadee un par de veces mientras me levantaba del banco frente a el restirador, sabía que esté me veía desde su escritorio, llevó mis manos a la parte trasera de mi falda alisado un poco la tela antes de tomar el plano que tenía enfrente, doy media vuelta pegando aquel pliego a mi pecho mientras camino hasta donde está mi jefe.

Yo: Tengo algunas dudas sobre una parte del dormitorio principal

Habló en el tono más dulce que puedo dedicándole una sonrisa mientras mi jefe hacía una seña para que pusiera el plano en su escritorio, lo coloque con cuidado sobre el escritorio mientras me inclinaba sobre este acomodándolo de las orillas cercanas a el mayor, apenas lo veía de reojo mientras esté paseaba su mirada deliberadamente sobre su escote, una sonrisa traviesa apareció en mis labios antes de mirarlo, este baja la mirada hacia el plano mientras llevo mi dedo hasta la parte del dormitorio que estaba del lado derecho del pliego.

Yo: Creo que podemos ampliar el dormitorio de los señores por lo menos dos metros más sin afectar el resto del plano.

Me levanto y camino hasta el lado izquierdo de mi jefe el cual se estiraba para tomar un lápiz, cuando llegó a su lado le agachó mientras coloco mi mano en la espalda de este mientras acerco mis pechos al rostro de este llevando mi mano hasta donde estaba el dormitorio mientras comenzaba a hablar.

Yo: Creo que haciendo algunos ajustes aquí… Podemos darles esos dos metros y el balcón como lo pidió la esposa del dueño.

Escuchó como su jefe aclaraba su garganta apenas moviendo un poco su cabeza mientras llevaba su mano hasta su entrepierna sin que se notará tanto.

Lic.: Concuerdo contigo, podemos hacer esa ampliaciones… Pero me gustaría que tú dibujaras, después de todo fue tu idea.

Habló con voz grave antes de levantar la mirada para ver mi rostro, asentí un par de veces mientras tomaba el lápiz y me acercaba un poco hasta el dormitorio mientras levantaba mi trasero dejándole verlo de cerca, este colocó su mano en la parte baja de mi espalda recargando su brazo sobre mi trasero mientras hacía algunas indicaciones en el plano.

Lic.: Sabe, señorita Flores. Hace tiempo he notado el grande… Enorme esfuerzo que pone en cada plano, me gustaría comenzar a hablar sobre contratarla para que así pueda ayudarme todos los días, ¿Que opina?

Habló mi jefe con voz grave mientras acariciaba mi espalda hasta la parte trasera de mi sostén y bajaba lentamente hasta mi trasero, relamí mis labios con excitación ante aquel ligero toque de si mano, así que quite mi mano de su hombro y la coloque en su pierna mientras seguía anotando indicaciones antes de hablar.

Yo: Creo que ya sabe mi respuesta, licenciado. He buscado desde que llegué que me contrate de tiempo completo y volverme su mano derecha para ayudarle en todo lo que necesite, después todo, un hombre tan ocupado necesita de alguien que lo ayude en todas sus necesidades.

Hablé en un tono sensual mientras movía ligeramente mi trasero contra su mano antes de voltear a verle con una sonrisa traviesa en sus labios, fui subiendo lentamente mi mano por su pierna mientras dejaba el lápiz en el escritorio, logró llegar hasta aquel duro bulto que tenía en su pantalón el cual solo mantenía encerrada aquella verga que había querido desde que me entrevistó comenzando a masajearla lentamente.

Lic.: En ese caso, creo que ahora para cerrar este acuerdo puedes complacerme revisando la cocina que está en el plano.

Mi mirada viajó hasta la cocina la cual estaba justo frente a mi jefe antes de mover todo mi cuerpo hacia aquel lugar quedando así mi trasero justo en su rostro, escuché como se levantó de aquella silla seguido de sentir su dura erección contra mi trasero mientras acercaba su pecho a mi espalda.

Lic.: Bien… ¿Qué cambiaría de la cocina, señorita?

Pregunta con voz grave mientras empiezo a mover mi trasero contra su dura verga, siento sus manos comenzar a subir mi falda apretada hasta mi cadera revelando aquella tanga negra con encaje que llevaba puesta seguido de una nalgada que esté me propinó, se escapó un jadeo de mis labios mientras abría más mis piernas mientras pegaba mi pecho a el escritorio.

Yo: Amm… Tal vez podríamos poner en la puerta de la cocina que sale al patio trasero una pequeña terraza de madera.

Logró decir con voz entrecortada sintiendo como se humedece mi tanga mientras mi jefe lleva sus dedos hacia mi vagina, por lo cual hace a un lado mi tanga dándole mejor acceso.

Lic.: Me parece interesante pero… ¿No se mojaran?

Pregunta en tono burlón mientras acerca sus labios hasta mi oído.

Lic.: Tengo en este momento en mis manos una gran referencia de la palabra mojar…

Murmura en voz grave mientras mete lentamente su dedo medio dentro de mi por lo cual suelto un ligero jadeo comenzando a mover mis caderas contra su mano, llevo mi mano derecha hasta su gran bulto y comienzo a apretarlo.

Yo: Poniendo un techo duro pero sin perder el estilo de la casa, podría funcionar como una buena opción…

Volteo a verle y aprieto con descaro su verga para después intentar desabrochar sus pantalones mientras me masturbaba, relami mis labios antes de escuchar ruido afuera de la oficina donde estaban el resto de trabajadores del despacho lo cual solo me provocaba aún más excitación. Sin perder aún las el tiempo logró abrir sus pantalones para así meter mi mano dentro de estos y liberar su dura verga caliente para mí, siento como mi jefe me pega más a el escritorio por lo cual la suelto para posteriormente frotarla entre mis nalgas mientras sacaba su dedo de mi.

Lic.: Aunque creo que deberíamos hacer algunas excavaciones profundas y constantes para la parte de las tuberías… ¿No cree?

Habló mientras colocaba su dura y palpitante verga en mi entrada antes de metérmela duro por lo cual casi grito, levante la mirada directamente hasta la puerta de entrada de su oficina antes de comenzar a moverme contra él buscando una embestida similar.

Yo: ¿No cree que su esposa le vaya a extrañar el tiempo que tardaremos en terminar el proyecto ante las constantes y penetrantes horas de trabajo tanto aquí como en la obra?

Aquella propuesta fue casi obvia para mi jefe ya que este comenzó a moverse contra mi como un animal duro y frenético ante la idea de cogerme no solo en su oficina sino en la construcción del proyecto, sentía sus manos aferradas a mis caderas mientras yo como podía comenzaba a desabrochar mi camisa mostrando así el sostén tan pegado que apenas si cubría sus pechos por lo apretado que estaba, sentí las manos de mi jefe ir directamente hasta mis pechos comenzando a apretarlos con fuerza mientras soltaba algunos gemidos, estos fueron rápidamente ahogados por la manos del licenciado la cual puso en su boca antes de morder mi hombro, soltaba algunos gruñidos de placer contra mi piel mientras sentía como sus piernas temblaban de placer. El licenciado metió uno de sus dedos a mi boca el cual comencé a chupar con fuerza.

Lic.: Eres una zorrita Flores… Hace tiempo que quería metértela hasta que gritaras… desde el día de tu puta entrevista me has dejado con la verga dura, ahora me la vas a tratar bien dejando que te la meta y me la chuparas las veces que a mí se me antoje, vas a ser mi puta más dedicada y te vas a venir las veces que sean necesarias para dejarme satisfecho, zorra de porquería.

Sentía mi coño mojarse más ante aquellas palabras por lo cual solo podía asentir y gime de placer, sin más mi jefe salió de mi a lo cual me di la vuelta para empujarlo hasta su silla para después montarme sobre él haciendo que su verga entrara por completo en mí.

Yo: Oh Licenciado… Que rica verga tiene…

Gemí cerca de su oído antes de comenzar a saltar de forma frenética escuchando los gruñidos y gemidos de placer de mi jefe, lleve mi mano hasta su cabello y lo obligue a poner su rostro entre mis tetas las cuales brincaban sobre su rostro lo cual solo provocó excitarle más, llevo sus manos hasta mi sostén para bajarlo antes de comenzar a chupar mis tetas, pegue su rostro más a mí mientras movía mis caderas de arriba abajo una y otra vez buscando mi orgasmo el cual no se hizo esperar tanto, clavé mis uñas sobre sus hombros cuando me vine sobre él pero no deje de moverme.

Lic.: ¿Quieres lechita Flores?... Ponte de rodillas, maldita puta.

Ordenó mi jefe a lo cual asentí, bajé de él para ponerme de rodillas frente a él y comenzar a chuparle la verga con destrezas, movía mi lengua jugando con su glande repetidas veces seguido de metérmela toda en la boca sintiendo arqueadas de lo profundo que podía llegar, mi jefe tomó mi cabello aumentando el ritmo de mi cabeza soltando gruñidos de placer mientras apretaba su agarre sobre mi cabello, levanta mi cabeza sacando su verga de mi boca, la pone entre mis tetas.

Lic.: Hazme una rusa si quieres tú leche, zorra

Sin pensarlo dos veces comienzo a hacerle la rusa que pidió mientras chupaba su glande mirándole fijamente mientras hacía su rostro hacia atrás de placer, después de algunos minutos separó mi cabeza de su verga para masturbarse cerca de mis tetas.

Lic.: Abre la boca y saca la lengua, Flores…

Apenas abrí la boca comenzó a venirse en mi boca para después llenarme la cara y tetas de su rica leche, la que cayó en mi boca me la tragué justo cuando terminó antes de sonreírme.

Lic.: Eso es Flores… Ahora vístete que tenemos que firmar tu contrato para después ir a la obra, hoy saldremos de madrugada en la obra después de inspeccionar a fondo todas las habitaciones incluso el patio trasero donde haremos tu dichosa terraza.

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