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Mi ahijado (Parte I)

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Es una larga historia desde hace muchos años.  Yo llegué a la ciudad como una mesera y tuve muchos trabajos pues no tenía estudios, en la costa donde crecí mi familia muy humilde no me pudo dar estudios, sin embargo con apenas terminar la secundaria decidí ir a la capital y bueno empezar algo a quedarme en el pueblo. En uno de mis trabajos como cajera de una panadería me casé con mi esposo Augusto. Siempre nos llevamos muy bien pero nunca pudimos tener un hijo, resulto que él no tenía suficiente fertilidad, esto lo descubrimos después de algunas pruebas que nos hicimos al intentar mucho.

Al no poder tener hijos me hice madrina de uno de los hijos de la hermana de augusto. En especial a ese hijo que mayor de sus hermanos lo queremos como nuestro hijo, pues mi cuñada nos lo dejaba encargado porque tenía que trabajar y yo bueno me quedaba en casa pues Augusto ya me mantenía.

Vivimos en una casita que él ya tenía construida en un terreno en conjunto con su hermana, ese terreno se los habían dejado sus padres que en paz descansen. Así que nunca tuvimos vecinos molestos ni nada pero sí una gran familia.

Pues todo empezó cuando mi ahijado ya crecido, ya con 18 años empezó a tener novia. En especial un día que yo regresaba del pan y entrando en zaguán en un rincón donde tenemos varias cosas, que a esa hora ya está oscuro y casi no se ve nada lo vi, unas siluetas de él besando a su novia. Todo normal, estaba creciendo y la hormona al máximo. Me subí a mi casa pues en el segundo piso tenemos los cuartos y desde ahí pude ver mejor, quizá por morbo que mi ahijado estaba agasajando a esa muchacha de una forma deliciosa que me recordó a mi juventud, yo ahora tengo 43, así que ya hace tiempo no me metían una manoseada de aquellas. Lo vi a él como le metía mano a los senos de la chica, después a las nalgas, mientras se besaban de una forma alocada.

Ella igual le agarraba las nalgas, después el pecho, después creo que le llevo la mano a la entrepierna por que no se veían ya sus brazos por encima de su cuerpo. De pronto a contra luz vi a la chica arrodillarse, y desabrocharle el pantalón a mi ahijado y empezar a comerla, debía ser una buena tranca porque se veía que había aún un espacio entre su rostro y el pantalón de mi ahijado. Yo estaba muy caliente por recordar y verlos ahí a pleno fuego comerse, debieron durar unos tres o cuatro minutos hasta que ella pareció limpiarse la cara, él se guardó aquello y se fueron hacia el zaguán, yo me estaba tocando encima de mi ropa interior, estaba empapada, me sentía muy caliente hace meses que no cogía con Augusto.

Quizá ya no le era atractiva, es cierto tengo mis senos un poco caídos pero son grandes, y mis nalgas igual, soy caderona y algo llenita pero sé que aún en la calle varias miradas se desvían a mí.

Después de eso pasaron días y ya no los veía fajarse por ahí y eso que los estuve espiando.

Lo que si era que me encontraba a mi ahijado y platicábamos mucho, como muy buenos amigos siempre y así pasaron varias semanas y yo le miraba el bulto pero se veía normal, no había comprobado si lo que miré era cierto. Pero si se me antojaba que me cogieran así y Augusto, no me tocaba o a veces empezábamos pero no sentía el mismo deseo ni tampoco me tocaba mucho.

Después de varias semanas llego mi ahijado Marco en shorts, playera y me pidió que si se podía bañar porque no tenían agua, que la bomba de su cisterna se había descompuesto, por supuesto le dije que sí.

Yo estaba en leggings y una blusa que debajo ver mis senos y note cómo me miraba, se le iban los ojos a mis tetas o cuando me volteaba me miraba las nalgas, me ponía caliente saber que le llamo la atención y empecé a jugar con fuego provocándolo.

Después de platicar un poco se metió a bañar y por mi morbo lo espié desde el piso de arriba donde había una ventanilla pequeña para que se fuera el vapor desde ahí lo mire, pero primero use un espejo para ver que no mirará hacía arriba aunque es normal que nadie mire hacia arriba cuando se baña, entonces me asome y pude verlo ahí, con su cuerpo joven, son sus hombros, sus brazos pero sobre todo con ese miembro que no sé cómo no se le marcaba o no del todo pues nunca lo vi muy atenta, un pene grueso, algo largo, debería ser unos 14 cm, moviéndose deliciosa mientras él se tallaba, se pasaba el zacate, me metí la mano en mis leggings y empecé a acariciar mi vagina ya húmeda, ver esa verga moverse así como péndulo, era una delicia quería verla parada pero no paso. Yo me masturbe delicioso solo de mirarlo, estaba muy mojada, frenéticamente me frote el clítoris delicioso hasta que me corrí y con un grito ahogado termine ahí en el piso con mis piernas temblando un poco, hace mucho que no descargaba, tuve que cambiarme de ropa interior y leggings.

Salí y escuche a mi sobrino salir con una pijama donde se me marcaba el tremendo pollo que tenía a lo largo de su entrepierna, lo mire porque de perfil mientras se veía al espejo de fuera del baño se le resaltaba delicioso, quería ir y apretarla para saber que sentía.

Al día siguiente regreso, aún no arreglaban su cisterna. Pero esta vez le dije que iba a ir al baño primero y le deje una sorpresa, unos calzones míos, cacheteros de encaje rico, no sé bien por qué pero quería que los viera.

En el baño lo espié de nuevo esperando que se masturbará pero no lo hizo. Me decepcioné un poco pero aun así me toque, no tanto como la primera vez. Platicamos un poco al salir y todo paso.

Un rato después me metí al baño y mi sorpresa fue que vi mis calzones ahí mojados, sin duda los había limpiado pero tenían residuos blanquecinos, sin duda era flechita de mi ahijado.

Pues el tercer día no regreso pero seguíamos hablando. Decidí distraerme e ir a cortarme el cabello y hacerme las uñas. Estuve platicando con Ana, me contó que la señora Susana cacho a su sobrina con un jovencito en su casa y que le estaba haciendo sexo oral pero que lo sorprendente es que su sobrina no podía comerse semejante tranca que la tenía sostenida con sus dos manos y aun así le sobraba verga, Ana le dijo que le presentara al chico, ambas nos reímos aunque yo por dentro sabía que Susana salía con mi ahijado porque los había visto en la calle platicando muy juntitos.

Entonces se avivaron mis sentimientos y me quede callada. ¿Pasa algo?, pregunto Ana, le dije que no que me quede sorprendida, ella respondió que igual que quería saber quién de la colonia era para ver si se le hacía tener una, que así marido solo le media 9 cm ya parada, le dije que no podía ser y Ana dijo que hacia un oral increíble. Bueno si Ana puede vivir con eso supongo cada quién.

Pues yo termine súper caliente y más morbosa que nunca. Ahora comprendía por qué ya no los había visto juntos.

Bueno pues días después mi sobrino regreso con el mismo pretexto, después me enteré que no era cierto. Y platicamos pero esta vez más caliente.

-Oye y cómo vas con la novia?

-Pues ya no salimos madrina tuvimos problemas y pues mejor nos dimos un tiempo. Y usted con el tío? -Esa pregunta me tomo por sorpresa.

-Pues vamos bien

-Puede decirme tía si pasa algo, digo igual no puedo hacer mucho

-No nada ahijado, solo cosas de la edad ya sabes

-Pero si usted es bien joven madrina, no me diga que el tío ya no puede haha

-Bueno si puede pero ya no es lo mismo que antes como a tu edad

-Haha si ya entiendo, no quiero que es me pase por eso aprovecho ahora que puedo varias veces haha

-Si debes de aprovechar

-Oye y sigues siendo virgen?

-Oiga madrina que pregunta esa esa -Me puse roja no sabía porque lo pregunte.

-Pues dices que ya has aprovechado supongo ya no lo eres

-Bueno…

-Puedes decirme no dices que tenemos confianza -yo empezaba a ponerme caliente.

-Pues si soy virgen pero ya me la han chupado, es que cuando lo he intentado con un par de mi escuela, no podemos, no se me dan las vírgenes supongo, es que bueno, me cuesta metérselas

-Que presumido he -Yo sabía que o porque lo decía como decepcionado

-No en serio, creo que tendré un problema así.

-Pues como lo tienes ahijado, no puede ser que no les quepa, además déjame decirte que eso es algo bueno

-No madrina no me ha resultado tan bien

-Ya verás que a las mujeres les gusta eso

-No lo sé madrina, cómo puedo saber qué así será?

-A ver pues enséñame

-Cómo cree madrina! Qué pena

-Oye si eres mi ahijado no tiene nada de malo yo te bañaba, además no se lo diré a nadie y es para ayudarte mal agradecido

-No se enoje madrina

Ahí empezó a bajarse los pantalones y mi corazón empezó a latir fuertísimo hasta se me cortaba la respiración, lo bueno que mi marido está trabajando y sus papás igual.

Apareció esa tranca riquísima, morena, gordita colgando con esos huevos pesados que se veía tenía mucha leche. Intente no sorprenderme mucho.

-Ahijado pero qué cosa si estas grande! pero y parada como esta?

-Es que bueno, estoy nervioso madrina

-A ver te ayudo con eso

Me acerque, el retroceso un poco pero no más y me agache y empecé a jalarla, lo miré desde abajo y me veía las tetas, su pene empezó a levantarse poco a poco más y más y yo sentía ese palo crecer en mi mano más y más, ebria mi mano poco a poco, se ponía venudo, gordo, grandote, yo estaba mojadísima y estaba que babeaba y lo seguía masturbando y su polla creció mucho. A ver espera, corrí por un metro que tenía de cuando arreglaba ropa y la condenada cosa esa media 25 cm, no lo podía creer, me olvide de mi ahijado y toda mi atención estaba en esa tremenda verga palpitante, la tome con mis dos manos y empecé a jalarla, sólo ahí me percate de sus gemidos, su cara estaba perdida y yo seguía jalando y jalando se la apreté, quería metérmela a la boca pero no lo conseguía, yo también está muy nerviosa.

-Pues si ahijado la tienes muy grande pero eso es muy rico, seguro cabe con mujeres ya más experimentadas…

En eso soltó un gemido fuerte, un gruñido y empezaron a salir lechazos gruesos que fueron a mi cara, a mis senos, a mi cabello, fueron como 4 o 5 fuertes y después hilos, me espante porque nunca había recibido leche así, solo en mi boca directo, el gemía y yo recibía leche muy rica, caliente la sentía resbalarse en mi rostro, muy belicosa.

Cruzamos miradas ambos satisfechos por unos instantes pero con ganas de mucho más. Nadie dijo nada, se guardó esa verga medio erecta, mojada, y se fue temeroso por lo que paso, incluso que mi ahijado ya era mayor de edad se apeno de esa forma. Bueno yo esta igual, me debí quedar ahí con la leche cayendo de mi cara hasta mis tetas y al suelo un par de minutos.

Fue delicioso, me fui al cuarto y me masturbe hasta mas no poder, termine exhausta, no me limpie, me lamia la cara, las tetas, probando ese néctar de hombre y tocándome, me metí el mango de un peine que tenía pero era más chico que su verga de mi ahijado, las piernas me quedaron echas polvo y mis sabanas mojadas de la corrida que me di solo de recibir esa leche. Creo que pase como 3 o 4 horas masturbándome, hasta que me recupere e hice la comida para la cena de mi marido.

Después la relación con mi ahijado no sería igual.

Si les ha gustado o han tenido una experiencia igual déjenme comentario para leerlos y seguir con la segunda parte.

(9,29)