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Mi marido y sus secretos

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El pasado domingo salí a cenar con mis amigas y no pensaba volver hasta la madrugada ya que después de cenar teníamos previsto ir a un bar, a tomar algunas cervezas. Lo cierto es que por distintos motivos cada una se fue yendo antes de lo previsto y yo, no tenía ganas de quedarme sola en ese lugar.

Me tomé un taxi y me fui a mi casa, Al llegar me llamó la atención que las luces del living estaban prendidas, sobre la mesa ratona dos copas de vino, a medio terminar. Lo primero que se me ocurrió fue que mi esposo aprovechando que estaba solo habría invitado alguna amiga para charlar o tener sexo. Cosa que entre nosotros está consentido.

Me saqué los zapatos y subo las escaleras rumbo a la habitación que está en la parte superior de la casa, cuando voy llegando veo que la puerta está apenas abierta, se escucha un gemido muy suave que reconozco. Evidentemente está teniendo sexo por lo que me acerco despacito a la puerta y miro por el poco espacio de la puerta, y mi sorpresa fue demasiado grande, ahí estaba mi marido, de espalda a la puerta, en un éxtasis de placer montado sobre un pene, se movía de tal manera que desde donde estaba mirando podía ver claramente como entraba y salía ese pedazo de carne de su cola. No podía ver quién era el hombre que estaba con él pero me volví loca, se me explotaba la cabeza por la situación, me calenté tanto que pensé en entrar y sumarme a la fiesta, pero no podía, estos gustos sexuales eran su secreto, o al menos hasta este momento . La verdad es que me calenté de verlo gozar de tal modo, y no me aguante, metí mi mano entre mis piernas y me empecé a frotar la Conchita que por el espectáculo presente estaba súper mojada.

Ellos seguían en su acto, hasta que en un momento mi marido cambia la postura y tuve miedo de ser descubierta, se acomodó en posición perrito y ahí vi al amante, era el vecino del tercer piso, un joven de unos 30 años, le pega una nalgada, y lo penetra con fuerza a lo que mi marido suelta un gemido más fuerte y se empiezan a mover más rápido, estaban súper calientes por lo que podía ver, yo ya me había metido dos dedos en la Conchita y solté un orgasmos ahogando el gemido con mi otra mano para no hacer ruido. En ese momento se la saca, y se la mete, no podía creer el aguante que tenía mi marido para el sexo anal, era toda una puta, podía ver la cara de placer y era una cara descontrolada. El joven, aumento el ritmo y eyacula todo su semen dentro se mi marido, y cuando se la sacó pude ver que tenía buen porte de pene, también vi lo dilatado del culito de mi marido. Ya no podía seguir mirando, por lo que me fui a esconder a la otra habitación hasta que se fue el muchacho.

Mi marido bajó para cerrar la puerta y al volver me vio ahí parada en la puerta de la otra habitación y solo me sonrió como si el supiera que yo había estado espiando todo lo que pasaba... jamás nos reprochamos nada sobre sexo.

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