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Mi primera experiencia con mi mejor amiga
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Mi nombre es Karla y actualmente tengo 33 años. Siempre me gustó buscar porno y masturbarme, aun así mi primera experiencia sexual fue con mi entonces mejor amiga a los 18 años. Ella se llama Alba y tiene muchos años que no se de ella. Nos vimos crecer y desarrollarnos, ella no sabía que me gustaba ver porno o que me moría por tener sexo, a pesar de que estábamos casi todo el tiempo juntas e incluso practicábamos Natación. Ahí fue donde todo comenzó.

Para apurarnos al salir de nadar, nos duchábamos en la misma regadera, al principio nos daba pena y nos dábamos la vuelta o solo lo hacíamos con el traje de baño puesto, pero después por la premura, comenzamos a desnudarnos y a bañarnos más rápido.

Los espacios eran reducidos así que para movernos dentro de la regadera, siempre había terminamos rozando nuestros cuerpos y ahí fue cuando comencé a sentir morbo y poner atención en el cuerpo de Alba.

Ambas teníamos cuerpos delgados y de la misma altura, ella con senos pequeños y unas caderas muy pronunciadas; yo tenía senos grandes y un culo pequeño pero bien formado. Ambas morenas y con cabello largo a media espalda.

Después de prácticamente memorizar su cuerpo, comencé con roces en sus nalgas o restregar mis pechos con los suyos y en su espalda. Si ella se percataba, no decía nada, pero después de un tiempo comenzó a responder. Ahora ella me restregaba el culo en mi cadera o sus senos con los míos.

Un día, en el que ya estaba muy caliente y desesperada por los roces, cuando puso sus senos cerca de los míos, me animé y con mi mano derecha la detuve y con la izquierda le comencé a tocar el seno derecho. Ella se quedó quieta mirándome, pero no me detuvo, así que me acerqué y la besé con todas las ganas que había acumulado, inmediatamente me respondió y colocó sus manos en mi cintura, mientras yo le acariciaba los senos. Estuvimos así por unos 10 minutos y al darnos cuenta que era tarde, tuvimos que terminar y salir de la ducha.

Estos encuentros se repitieron muchas veces y cada vez yo quería más pues en cada ocasión quedaba muy caliente y con mi vagina muy húmeda, así que un día saliendo de la ducha, le dije que si quería ir a mi casa, porque mis padres no estarían. Ella de inmediato aceptó y al salir nos dirigimos a mi casa.

Al llegar, inmediatamente la tomé de la cintura y comencé a besarla, ella me tomó por la nuca y seguimos besándonos y restregando nuestros cuerpos. En un momento, la detuve, la tomé de la mano y la llevé a mi recamara, en dónde cerré y puse seguro, pues no quería que nos descubrieran.

Ya en la habitación, seguí besándola y comencé a quitarle su blusa, Alba respondía muy bien, pero se notaba muy nerviosa, por lo que le pregunté si quería seguir y dijo que sí. Decidí desnudarme frente a ella y al ver esto, Alba se quitó el resto de la ropa. Una vez ambas desnudas, seguimos besándonos y comencé a acariciar sus senos, su cintura, su cadera, sus nalgas y ella torpemente me devolvía las caricias.

En cierto momento la detuve y la jale para que se recostara en la cama, una vez ahí la besé de nuevo, pero está ocasión comencé a bajar con besos en su cuello y su clavícula. Al llegar a sus senos comencé a besar alrededor de sus pezones, primero uno y luego otro. Después me metí su seno derecho a la boca y comencé a succionar un poco, para este punto Alba estaba gimiendo bajito, así que proseguí con mi tarea en el seno izquierdo y así continúe por un tiempo.

Cuando me percaté que alba se rozaba las piernas, comencé a bajar por su estómago hasta su ombligo, el cual acaricie con mi lengua y besé. Seguí con mi descenso y me puse entre sus piernas para bajar a su monte de Venus, besarlo y chuparlo. Ella seguía gimiendo y me tomaba la cabeza, le pregunté qué quería y ella me pidió que le chupara la vagina.

Así que separé sus labios y encontré su delicioso clítoris, el cual comencé a lamer poco a poco y después chupe. Así seguí por unos minutos hasta que sentí que ella ya estaba muy húmeda, además que cada vez gemía más alto. Para ese momento yo también lo estaba, así que decidí separar un poco más sus piernas, acomodarme sobre ella y comenzar a frotar nuestros clítoris.

Ella se veía tan sexi abajo de mi retorciéndose que a cada minuto frotaba más y más duro, hasta que sentí como se tensaba y soltaba un gemido tan alto acompañado de mi nombre, eso desencadenó mi orgasmo el cual me hizo flaquear y caer sobre ella, inmediatamente me besó y nos quedamos así un largo rato.

Una vez recuperadas le pregunté si la podía limpiar y dijo que sí, pero que ella también quería hacerlo, así que nos acomode en un rico 69, dejándola a ella arriba y nos probamos mutuamente e incluso ella metió sus dedos en mi vagina, a lo cual hice lo mismo y ambas terminamos de nuevo con otro rico orgasmo.

Después de eso, nos acostamos una junto a la otra y nos quedamos besándonos y tocándonos hasta que escuchamos el carro de mis padres. Nos vestimos rápidamente y ella se fue a su casa.

Después de esto nos hicimos novias y lo fuimos hasta que ella se mudó de ciudad. Durante todo ese tiempo, experimentamos con muchas cosas, pero eso será para otra ocasión.

Espero que les guste mi primer relato y me dejen sus comentarios. Saludos.

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