Nunca imaginé algún día tener sexo con una mujer. Pero por cosas del destino, un día jugando un juego de mesa en red, conocí a una mujer que no sé por qué me dio por saludar en privado. De esta forma comenzó una amistad muy intensa entre ambas. La cosa es que vivíamos en países distintos. Ella me dijo de conocernos y me invitó a su país.
Teníamos un año siendo amigas virtuales, comentábamos todo, hablábamos mucho como amigas.
Pero cuando nos vimos en persona algo pasó. Pasaron los primeros días del viaje con miradas de mucha atracción, pero ninguna se atrevía a más. Hasta que una noche, sentadas en el sillón jugando con un juego en el móvil, me dio por acariciarla en su mano, ella quedó sorprendida y a la vez encantada
Al pasar las horas iba subiendo la tensión entre ambas. Ninguna había estado nunca con una mujer, de hecho una vez comentando el tema dijimos que a ninguna le atraía el tema lésbico.
Así que entre una caricia y otra, me dio por ir besándola suavemente en su rostro, mejillas, nariz, frente. Ella solamente se dejaba llevar. Yo no podía controlar lo que estaba sintiendo y ella solo deseaba que no parara.
Hasta que me detuve en sus labios y le di un piquito, ella se asustó y se retiró. Pero enseguida regresó y comenzamos a jugar con nuestros labios un buen rato, sin lengua. Solo besos, muchos besos de labios. Ella entreabre un poco los labios y se queda así, y yo muy nerviosa empecé a jugar con mi lengua en sus labios, los bordeaba, los dibujaba con mi lengua hasta que en no sé que momento sentí también su lengua haciendo lo mismo. Así pasó mucho tiempo dándonos besos con lengua muy profundos.
Notaba que entre más sentía su lengua en mi boca más me mojaba. Me excitaban sus movimientos de lengua, su saliva, todo en ese momento era placer.
Al mismo tiempo que nos besábamos empecé a tocarla por encima de su pijama, tocaba sus pechos, su vientre, su monte. Ella daba pequeños gemidos de placer. Recuerdo el suave tacto de su pijama y la excitación tan grande de estar tocando así a una mujer.
Continuará…