La relación con Nohemí parecía que iba creciendo, nos disfrutábamos mucho, sabíamos manejar las situaciones que la rodeaban, dígase su “esposo” y su hermana, pero un día me comentó que estaba buscando su cambio a una oficina mucho más cerca de su casa, que aún no había comentado eso que la gente de su área, pero lo comentaba conmigo primero, a lo que no me opuse, al contrario tendríamos más tiempo de vernos los fines de semana, a lo cual lo comentó con su supervisor a lo cual se lo dio en cuestiones de días, llegando una de sus amigas en su lugar, pero esa es otra historia.
Un sábado decidí no ir a mi oficina y llegar de sorpresa por Nohemí, y fue una grata sorpresa, se veía hermosa, nos besamos y decidió también pedir el día, justo a dos cuadras de esta oficina había un hotel, a lo cual nos seguimos, algo que no había pedido antes me pidió unas cervezas, a lo cual sorprendido, pero no espantado se las compré. Se había tomado tres como si fueran agua, algo que, si me sorprendió, al ver mi cara me dijo… yo si aguanto tomando… algo que era una gran mentira ya que a los pocos instantes ya se veía considerablemente mareada.
Me bajé el pantalón y sacó mi verga de mi bóxer y la empezó a mamar, lo disfrutaba mucho, ver como recorría su lengua mi verga, como la metía y presionaba con sus mejillas, abrí su blusa, con ese bra negro hermoso resaltando el color de sus bellos senos rosados, me terminó de bajar el pantalón y sacarme los zapatos.
Yo la levanté para hacer lo mismo y lamer su exquisito culo, estaba hincado y ella de pie al lado de la cama parada de puntas en sus pies y recargada en la cama con sus manos, sentía como le temblaban las piernas, besaba sus nalgas y me incorpore para meterle mi verga a lo cual se subió a la cama poniéndose en cuatro, y algo que nunca había hecho fue quitar mis manos de sus nalgas y ver como rebotaban en cada metida que le hacía, ver ese culo grande y firme solo para mí, en un punto las cervezas le iban a pasar la factura a Nohemí y me dijo… “quiero hacer pipí…”, a lo que respondí con un… “te acompaño…”. La tomé de la mano y sentándose para orinar, puse mi verga en su boca y me seguía mamando. Escuchaba como caía su orina en el agua a lo cual ya tenía el rostro rojo de pena, lo cual la tomé del cabello y la cogí por la boca.
Se incorporó tambaleándose, la recargué en una pared, me hinque frente a ella y le subí una pierna y empecé a mamarle su conchita rosa con orina, a lo cual solo cerró los ojos y me presionó hacia ella, hasta sacarle hasta la última gota que emanaba de su conchita. Nos fuimos a la cama y empezó a mamar mi verga, sin ser pretencioso tal vez fueron 20 minutos de los cuales me dedicó con pasión, yo pasaba mis dedos por su conchita y su culo, se los metía, chupaba mis dedos para volvérselos a meter, ella no dejaba de mamarme.
Después de todo ese tiempo, le dije que se montara sobre mi PERO quería metérselo otra vez por el culo, a lo cual accedió solo tomando mi verga y metiéndosela despacio, empezaba a mover sus caderas frenéticas y a meter sus dedos en su conchita masturbándose, empezaba a gritar a gemir, lo cual me calentaba mucho más, recorría con una mano su pierna y nalga y con la otra sus tetas, podía ver el sudor en su cuerpo, como se llenaba de flujo su conchita y más cuando llene de mi leche su culo, a lo cual se esperó hasta que estuviera flácida y con un gas saco mi leche de su culo, a lo cual se moría de pena.
Como no había planes de vernos tenía que regresar antes de las 2 de la tarde a casa, así que tenía que bañarse, arreglarse y quitarse el alcohol de encima, se apresuró a bañarse y maquillarse y al salir le compre algo de comer y caminamos a su casa tal vez 15 minutos para secar bien su cabello y termina de comer y que se le bajara el alcohol, a esas alturas me comento que existía presión por parte de sus padres incitada por su hermana que volviera con su esposo, lo cual no quería pero eran insistentes.
Y sin saberlo en ese momento sería la última vez que nos veríamos y tendríamos sexo. Al pasar los años seguíamos en contacto, muy esporádico, me comentaba que esa semana le dolió mucho el cuello por tanto tiempo que estuvo mamándome, que se sentía rara del culo, pero le había gustado, que era la primera persona que la había visto orinar (y la única), que extrañaba nuestros encuentros. Que efectivamente había regresado con el papá de sus hijos y en un arrebato de enojo le comento lo nuestro y todo lo que hacíamos a lo cual se burló diciendo que ella jamás podría hacer todo lo que le describió.
Le pregunté como era su vida sexual con él a lo que la respuesta era “aburrida”, el sobre ella, cinco minutos y se acabó, le comenté que si hacia algo de lo que practicábamos a lo que dijo… “no, ese es solo entre tú y yo…”, le pregunte del sexo anal diciéndome… “ese es solo tuyo”.
A más de diez años a finales del 2020 sin tenerlo planeado nos encontramos, al verla se veía igual, pero ya a principios de sus 50s, nos abrazamos y la bese en la boca, metiendo mis manos entre sus pantalones apretando esas nalgas que aún tiene grandes y firmes, PERO ya sin tanga, a lo que me respondió que se tenía que vestir de acuerdo a su edad, a lo que le dije que estaba en un error, que ella tenía el cuerpo para usar lo que fuera, subí mi mano y jugué con sus tetas a lo que solo sonreía, le pregunte si el hecho de la diferencia de edad había tenido algo que ver con su decisión me dijo que no, que nunca le importo la edad, pero que ahora si consideraba verse más grande que yo, empezando con que ya tiene dos hijos casados.
Le pregunte de la vez que hicimos sexo anal, la del concierto, y me dijo que lo había dolido mucho pero como siempre me quería complacer, de verla orinar que hasta el día de hoy solo yo la he visto, que solo a mí me ha hecho sexo oral de ese modo y solo ha probado mi leche, de su esposo que no la satisface pero la presión en ese momento ya era mucha así que regreso, acordamos que no sabíamos que esa sería la última vez que estaríamos juntos, así que le propuse ser su amante, a lo cual hasta el día de hoy está considerando, mientras llega su respuesta aún hay historias que contar…