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Mi profesora, mi compañero y yo (Parte 2)

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En el pasado, le había contado a Sasha sobre mis dudas de sexualidad. Me gustaban las mujeres, pero siempre tenía erecciones más fuertes al ver penes y me lamía los labios constantemente al verlos.

Fue un sábado cuando Sasha me llamó, el corazón me latía a mil por segundo, esperaba que Caleb dijera que no a tenerme en un trío, no después de haber intentado forzar a Sasha.

"Pues... dijo que sí. ¿Todavía quieres hacer esto?", Me preguntó Sasha a lo que respondí sin dudar que sí.

"Pues te quiero dejar claro algo, Óscar".

Ya sabía lo que se venía encima. Me dijo que no dejaría que por ninguna razón le hiciera daño a Caleb, que estar en un trío era cosa de confianza y no de celos, agresividad o envidia. Me dijo que tendría que usar condón, incluso aunque Caleb no lo hiciera. Después de lo que sentí fue un regaño, vino la parte más blanda.

"Vente el otro sábado con la mente abierta, Óscar, vamos a pasar un buen rato los tres, ¿está bien?".

No me dio tiempo para responder y colgó.

Cuando por fin llegó el día, estaba aterrado. El enorme pene de Caleb me intimidaba, la idea de ponerme nervioso y no poder ponerme duro o de que ella lo prefiriera me aterraba. Aun con todo ello, llegué a la hora acordada ese sábado. Llamé a la puerta y nadie respondió. Pocos segundos después recibí una llamada de Sasha.

"Está abierto". Pude escuchar el sonido de su culo aplaudiendo y su voz resbalaba.

Abrí la puerta y en ese momento un fuerte grito salió de un cuarto al final del pasillo, aquel donde los vi juntos por primera vez. Me acerqué y me asomé y vi a Sasha nalgas arriba con Caleb encima de ella, su pene enterrado en lo profundo de su ano, ella estaba boca abajo con el culo levantado y él estaba de tal manera que le pisaba la cara con el pie a la vez que subía y bajaba las caderas y su pene se asomaba y se escondía en el ano de Sasha. La expresión de Caleb me hizo sentir excitado al instante. Era placer puro, estaba sonrojado y tenía marcada una vena en la frente. Las manos de Sasha apretaban con fuerza las sábanas y su cabeza estaba hundida en ellas con el pie de Caleb en su nuca, no la dejaba respirar. Finalmente, Caleb echó una mirada a la puerta y me vio y entonces le quito el pie de la nuca a Sasha y la hizo bajar su culo hasta que estuvo acostada boca abajo totalmente. "ya llegó" le dijo y levantó sus caderas como si fuera a dejar de penetrarla, Sasha apenas y estaba recuperándose cuando Caleb dejó caer sus caderas una vez más, metiéndole su tronco entero en el ano y haciéndola gritar de dolor y placer.

Sasha tenía el rostro congestionado y caminó con la respiración agitada hasta la puerta, Caleb se quedó sentado en el borde de la cama viéndola caminar hacia mí. Abrió la puerta de golpe y antes de darme cuenta Sasha me estaba besando con sus carnosos labios, gruesos y rojos como ningunos otros. Me pasó las manos por el pecho y yo le acaricié la espalda suavemente, pero apenas empecé ella se separó de mi y se sentó junto a Caleb.

Empezaron a besarse frente a mi y solo interrumpieron su beso cuando Sasha me dijo "encuérate". Y eso hice, me quité el suéter, la playera y tarde un buen rato en quitarme los zapatos, me temblaban las manos de lo nervioso que estaba y para cuando me quité los pantalones Sasha y Caleb estaban acostados otra vez. Ella me llamó con la mano y me jaló el brazo cuando estuve lo suficientemente cerca. Quedé en medio de ambos y Sasha volteó a ver a Caleb con una mirada que gritaba sexo. Ella me echó un brazo encima y con la mano estrujaba fuertemente el pene de Caleb que ahora tocaba mi pierna y podía sentir su líquido preseminal caliente. Caleb me echó la mano encima y comenzó a masturbarme, antes de que pudiera retirarme él y Sasha empezaron un beso de tres y, antes de darme cuenta, nuestros labios se unían en un intercambio de pasión que me hizo sentir raro al principio, nunca había besado a otro hombre, pero me dejé llevar y sentir los labios de Caleb y los de Sasha a la vez me hizo sentir más excitado que nunca. Caleb usaba su mano de manera experta, subía y bajaba a lo largo de mi pene y con el meñique estimulaba mis testículos de tanto en tanto. Sasha cortó el beso y me separé de Caleb únicamente cuando él mismo dejó de besarme.

"Ponte condón" me dijo Sasha a la vez que se paraba encima de la cama y se ponía de cuclillas sobre el enorme y grueso pene de Caleb hasta que su glande entró en su vagina. No tenía puesto condón y a ninguno parecía importarles. Me levanté de la cama y saqué los condones de mi pantalón tirado. Me puse uno y me acerqué a ellos. Sasha ya estaba gimiendo de placer y tenia las manos apoyadas en el pecho de Caleb.

"Mételo en mi ano" me dijo y se abrió un poco la nalga izquierda con una mano. Su culo era perfecto y parecía que el espacio entre sus nalgas era el lugar más apretado de la existencia. Pero su ano... era grande. Mi pene se deslizó sin mayor dificultad y tardé un poco en acomodarme en buena posición. Sasha se dejó caer sobre el pecho de Caleb, mismo que la tenía agarrada del cabello y mantenía la cabeza de nuestra profesora pegada a la suya en un beso que se extendió minutos. Cuándo se separaron, Sasha me dijo "muévete más". Y empecé a menear mis caderas torpemente. Caleb en cambio estaba mete y saque sete y saque y parecía no tener problema para moverse en esa pose.

Pasaron unos minutos y Sacha parecía responder sólo a cuando Caleb se movía. Poco a poco, comencé a perder la erección por los nervios.

"A ver, deja le enseño". Dijo Caleb y me empujó fuera de Sasha, se la quitó de encima y me dijo que me acostara. Eso hice. "Móntalo", le dijo a Sasha a la vez que le daba una fuerte nalgada que hizo una ola de carne en sus nalgas. Sasha hizo eso, me montó como lo estaba haciendo con Caleb y mi pene entró sin el mínimo esfuerzo, dejó salir un gemido suave a la vez que mi pene entraba. Me sentí en el paraíso y verla encima de mí con sus hermosos senos y esas areolas rojas y sus pequeños pezones... Lo siguiente que siento es cómo un peso extra se me pone encima y escucho a Sasha gritar mientras Caleb le hunde el pene en el ano. Sasha gritaba a la vez que sonreía y se le salían unas pocas lágrimas. "Cállate, Sasha, deja le explico".

"Mira, estira una pierna y agárrala de la cintura y mete tu otra pierna en medio de las mías. Así puedes moverte bien sabroso aunque haya otro en la vagina". Habiendo dicho eso, procedió a moverse como yo debía haberlo hecho y Sasha parecía tener espasmos a cada embestida de Caleb, el tronar de sus nalgas al chocar contra sus huevos y piernas es uno de los sonidos más placenteros que he llegado a escuchar y los gemidos de placer de Sasha lo acompañaban a la perfeccion. " Hazle así", me dijo y sacó su pene del ano de Sasha, misma que meneó un poco sus caderas anchas cuando el grande de Caleb salió de su ano, haciendo un viscoso sonido y empezó a levantarse pero Caleb la puso nuevamente sobre de mí. "Quédate asi, amor", le dijo. Amor... puta madre, eso me dolió. La dejó montándome y se puso encima de mi, y frente a Sasha, sus testículos parecían putas naranjas y me quedaban por encima de la frente, su largo tronco recorría toda mi cara y su glande me quedaba a la altura de la clavícula. Sasha tomó el pene de Caleb y se lo llevó a la boca. Y yo mientras movía mis caderas y sentía los huevos de Caleb acariciándome el cabello.

Finalmente, me decidí a hacerlo. La raíz de su tronco me quedaba cerca de la boca y de estar viendo su pene y fingir que no está ahi a aunque sea probarlo, decidí probarlo. Podía sentir un fuerte olor que, supuse, venía de haber entrado en el ano de Sasha y estaba en lo correcto, cosa que no hizo más que excitarme. Dios, me estaba dominando, y me encantaba. Sasha me dio un beso en el cuello, dejando caer el pene de Caleb entero sobre mi cara, me hizo un poco de daño, pero seguí lamiendo y ella no tardó mucho en unirse y nuestras lenguas se cruzaban por momentos a la vez que recorrían el pene de nuestro amante común.

"No mames, no mames" dijo Caleb y su pene cada vez palpitaba más. "Aguantame" dijo Sasha y rápidamente se paró, dejando salir mi pene, se abrió de piernas frente a Caleb sobre la cama de tal forma que sus rodillas me quedaban a los lados de la cara y su pubis y vagina sobre mí. Caleb metió rápidamente su pene en la vagina y ya ahí dejo salir una larga carga de esperma, tan grande que sus huevos se contrajeron y pude ver cómo su tejido blando del pene se ponia rígido y venoso durante largos treinta segundos de eyaculación intermitente.

Me disculpo por la mala ortografía y fallos, escribo esto desde el celular.

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