Esto me pasó hace dos años cuando por descuido mi vecina vio unas fotos que yo guardaba en mi teléfono.
Resulta que yo acostumbraba intercambiar fotos calientes con la que era mi novia como parte de nuestro juego sexual, eso me excita mucho y me pone con unos deseos tremendos de hacerle el amor cómo no son capaces de imaginar.
María mi vecina ve unas de esas fotos en las que tengo el pene bien erecto e incluso un pequeño vídeo donde estoy eyaculando, no puedo decir que mi verga es de las más grandes que existe, pero al menos son unos veintiséis, veintisiete centímetros bien acomodados listos para hacer sentir a cualquier mujer.
Mi vecina que es una rubia madura muy bonita se sintió atraída por aquellas imágenes y comenzó a enviarme algunas fotos de su cuerpo desnudo al Messenger sin decirme nada, puedo decir que a pesar de su edad tenía unos senos maravillosos, sus pezones de un color miel apuntaban directamente al punto exacto del deseo, su piel blanca, su cintura y una vagina tan bien detallada que parecía hecha con las manos, no pueden imaginarse como me excitaba, como me ponía de dura la verga solamente de mirarlas.
Una mañana en qué su marido no se encontraba entré a su casa y sin decir una palabra puse su mano sobre mi miembro, la sentí apretar con tanto placer que el sexo que pedía era evidente, comencé a besarla, bese su cuello, bese su espalda y mientras la besaba mi pene se ponía más y más duro, sentía su voz que me decía por favor tómame, quiero sentirte dentro de mi y yo seguía jugando con sus ganas, acariciaba sus senos, pasaba mis manos por su vulva mojada y se estremecía de placer, no pudo aguantar más, colocó sus dos manos alrededor de mi miembro y lo acercó a su boca, sentí su lengua como jugaba con mi glande, sentía como lo hundía hasta su garganta, como chupaba, como lamía y sentía que de un momento a otro iba yo a desbordar de placer, la sensación era maravillosa, mi semen no demoró en salir dejándolo correr sobre su cara.
-Me gusta (me decía), desde que vi tus fotos soñaba con tenerlo entre mi boca, sentirte dentro de mí.
-Y yo te voy a complacer (le respondí)
Ya para ese entonces mi pene estaba tan duro nuevamente que me la podía estar cogiendo un día entero, la recline hacia adelante para que sus nalgas se abrieran todas para mi, comencé a lamer lentamente desde su vagina hasta la boca de su ano y sentía sus gestos sus gritos, sus espasmos, sentía su humedad en mi garganta y sentía sus deseos de que la tomara, de que la hiciera mía, no la hice esperar y no me hice esperar pues ya estaba loco por penetrarla, cuando la cabeza de mi pene tocó la entrada de su concha se sintió estremecer, un “ay papi que ricooo” salió de sus labios y mientras lo hundía lentamente me decía “así, así, así”, le daba con todas mis ganas, mis veintisiete centímetros se perdían en su concha húmeda, rica, mojada y ella gozaba de placer, me seguía llamando, pidiendo como si siempre hubiese sabido que me encanta que me hablen cuando tengo sexo.
-Te gusta, le pregunto mientras sigo estrellando mis movimientos contra el borde de sus nalgas
-Si papi si, así, así, que rico, dame más
Tiro de su cintura, de sus cabellos, la hago estremecer en un sexo arrebatado y loco moviéndome en todas las direcciones y cuando ya no puede más siento sus uñas clavarse en mi piel víctimas de un orgasmo desenfrenado, su semen corría y mi pene todavía en su vagina lo sentía, cálido, rico, no me lo saques por favor me dijo y se abrazó de mi con mi miembro en sus entrañas.
Todavía nos mandos fotos pues como dije eso me pone muy caliente y con ganas de coger, quizá le cuente el relato de cuando me pidió que se lo hiciera por atrás.