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Mujer casada, el descontrol de Ely

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Cómo ya conté en mi relato anterior comencé a tener está “relación” con Ely, pero no todo fue color de rosas. Ya en obvia confianza con ella comenzamos a contarnos nuestras vidas, y entonces supe que venía de una familia religiosa y por esta razón muchas cosas ella las entendía como vulgares o “bajas” para personas que tienen “cierto nivel”, y por eso a ella no le parecía correcto hacerlas y/o decirlas. Yo trate de explicarle que en el sexo las cosas son muy diferentes y que lo más importante es disfrutar tanto el placer que se recibe como el que se da.

Poco a poco la fui convenciendo, desde el principio ella me mostró ser muy pasional, o sea largos besos, muchas caricias pero al momento de penetrar ella quería siempre que fuera abrazados y solo la posición del misionero, con su tremendo cuerpo era suficiente para el disfrute y llegar a los orgasmos, pero yo ya estaba digamos que… obsesionado con hacerla experimentar y vivir cosas nuevas y ponerla a hacer cosas que a ella no le parecían correctas.

En nuestras conversaciones por chat siempre trataba de enviarle imágenes de diferentes cosas, como sexo en lugares públicos, sexo rudo, tríos, etc… y noté que lo que más le llamó su atención fueron las que trataban de sexo rudo así que por ahí fue que más sugerí intentar. La primera vez que la coloqué en posición de perrito y vi ese gran culo frente a mi quedé encantado, y ella lo notó, se sonrojó al ver mi expresión y me pidió que por favor no la mirara a la cara, yo le dije que todo lo contrario, que quería que fuera ella la que nos viera en esa situación y por ende la puse frente al espejo. Su cara era todo un disfrute, estaba entre avergonzada y sentir placer al mismo tiempo pero noté como ella cambió en el momento que la tomé por el pelo, su cara, su humedad, sus gemidos todo aumentó y ver sus ojos mirándome en el reflejo me hizo entender cómo serían las cosas desde ese día en adelante.

Pero como dije antes, no todo es color de rosas, un día, nuestra conversación empezó con una discusión, ella me reclamó que yo había posteado una foto en la que me estaba besando con la que en ese tiempo era mi novia, me dijo que por qué no le avisé que subiría esa foto, yo sin faltarle el respeto le dije que no tenía porqué avisarle, porque esa era mi relación y estaba fuera de lo que ella y yo teníamos, entonces comenzó a discutirme y a pelear por cosas sin sentido, yo ese día solo la ignoré mientras me daba cuenta que Ely era bastante tóxica. Al día siguiente la saludé con un “ya se te fue tu pique?” y ella no me respondió hasta ya entrada la noche, me dijo que se sentía mal y que debíamos parar el juego que teníamos, yo le respondí que estaba de acuerdo y que para mí había sido todo un placer vivir esos momentos con ella, a partir de ahí cada vez que hacía una publicación en redes sociales su -like- era seguro y comentarios como “que lindos” o “que tiernos” eran frecuentes y si iba a decir algo relacionado a mi siempre venían con algún comentario hacia mi novia.

Yo no estaba molesto con la situación pero sabía que ella me guardaba ese rencor, así que un día que estaba con mi novia teniendo sexo, aproveche que la tenía de perrito y sin que ella lo notara grabé un audio en el que sonaba el choque de su culo contra mi pelvis más sus gemidos bastante altos y se la mandé a Ely, apagué el teléfono pensando que ella se atrevería a llamar y lo encendí cuando ya estaba en mi casa y ahí estaba su conversación con un mensaje escrito, la abrí y era una pregunta “esa es tu noviecita?”, mi respuesta fue un “jajaja si, es mi novia”, me preguntó que por qué le mandé eso y yo le respondí que para ponerla celosa, ella solo me respondió “lo lograste”, la conversación quedó ahí pero al día siguiente me escribió temprano diciéndome que pasaría a buscarme a mi trabajo, yo solo sonreí y ella me dijo “desgraciado” y me colgó.

Después de esa despedida pensé que no iría, pero al salir de mi trabajo ahora estaba, me dijo que no sabía que hacer, que se seguía sintiendo culpable y yo le dije que ya en serio, si ella se había tomado la molestia de manejar hasta allá ya ella estaba segura de que cogeríamos y así fue, fuimos a un motel y ese día ella estuvo muy suelta, le propuse cosas nuevas y ya se dejaba agarrar por el cuello mientras me la cogía de frente, lo disfruté muchísimo, la estaba convirtiendo en una demonia en la cama y ella estaba accediendo a todas las cosas que le proponía.

En los días siguientes estábamos en las mismas, cogíamos luego de mi trabajo y en las noches seguíamos con el chat caliente y más propuestas para hacer, le envié un gif (imagen con movimiento) dónde se veía como abofeteaban a la chica mientras la cogían muy rudo, ella solo respondió con un Nooo, mientras yo sonreía, me dijo que no le parecía sexy y que no quería hacerlo, pero al día siguiente mientras la sujetaba del cuello le recordé la imagen, ella no me respondió, la comencé a arremeter más duro y le dije que le iba a pegar, ella solo me miró fijo a los ojos mientras gemía y saz la abofetee, no muy fuerte pero si que se sintiera, ella me apretó la mano a su cuello, sin dejar de mirarme a los ojos, como retándome a hacerlo de nuevo y saz, le di otra bofetada, ella comenzó a gemir más fuerte y me pidió que la ahorcara más duro, así lo hice pero la verdad es mi debilidad, al tenerla con la cara toda roja por sujetarla fuerte del cuello no resistí más y terminé llenándola de semen, ella sonrió y me susurró al oído “si, dámela toda amor”, cuando terminamos de bañarnos y ponernos la ropa, la vi mirarse al espejo y arreglarse la blusa que traía y tuve otra erección, me le pegué por su espalda para que ella la sintiera en su gran culo, me miró por el espejo y me dijo que si quería algo más, le dije que si, la senté frente a mi y me la comenzó a mamar, lo hacía lento, lo lamía de arriba hacia abajo y cuando me miró a la cara sin avisarle saz, le di una bofetada, ella se quedó inmóvil por aproximadamente 1 segundo, confieso que me asusté, pensé que se había molestado pero trate de permanecer serio, ella me miró a la cara de nuevo y siguió con la mamada, estaba claro, ya las bofetadas serían parte de la rutina de sexo, la levanté sin quitarle la ropa, solo baje su pantalón hasta las rodillas y frente al espejo la penetré, ella comenzó a gemir y arándola del pelo me le acerqué a su oído y le dije “ahora tu eres mi perra”, seguí con las arremetidas y cuando ya me iba a venir la puse de rodillas y le terminé en la boca por primera vez, ella no sabía que hacer, estaba ansiosa por botarla y termino escupiendo en una de las toallas del motel, yo con mi cara sería le dije que desde ese día en adelante ella tendría que tragársela, ella sonrió y nos fuimos.

Los días siguientes a este fueron muy morbosos, cada día trataba de hacerle cosas nuevas o pervertirla más, pero su toxicidad volvió a relucir, pero eso se quedará para otras historias.

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