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Sorpresa con la madre de mi novia (4): El calentón de Carmen

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—Nada hija, tomando el sol!

—Pero mamá, estás con las tetas al aire!

—Le he dicho a Jorge que si no le importaba que tomara el sol así!

—Joder, y tú estás sin bañador!

No sabía dónde meterme, la situación era bastante complicada para poder explicarla. Intenté salir del paso con una estupidez.

—Yo también le he preguntado a tu madre que si no la importaba que me bañara en pelotas y me ha dicho que por ella no había ningún problema!

Lucía se quedó mirándome con cara interrogante, supongo que estaría intentando procesar la situación, y la verdad, era difícil de procesar. Después de unos segundos de silencio que se me hicieron eternos por fin dijo algo.

—Anda, ponte el bañador y ven a la habitación!

Desapareció por la puerta y salí de la piscina a toda prisa para recoger el bañador que estaba donde las toallas.

—Ay hijo, creo que se ha enfadado mucho. Que va a pasar ahora?

—Tranquila Carmen, ahora hablo con ella!

Carmen estaba bastante compungida y lo único que hice es tranquilizarla con una frase, pero realmente no tenía ni puta idea de que le iba a contar.

—Cuéntame con todo detalle que coños ha pasado!

Mi novia estaba sentada en la cama con una cara que no sabría definir, entre enfadada, preocupada y sorprendida.

—Pues bueno… cuando te fuiste me tumbé al lado de tu madre para charlar. Le intenté subir el ego y darle un poco de cariño, como tú me dijiste. – puntualicé al final de la frase – Le dije que era una mujer guapa y atractiva y que tenía que disfrutar de la vida.

Lucia me miraba sin pestañear, no me había interrumpido hasta ahora y no sabía si eso era bueno o malo.

—Me preguntó que si realmente la veía atractiva, o que si solo se lo decía para consolarla y le contesté que le decía lo que pensaba de verdad, que tenía un buen cuerpo y unas bonitas tetas. Ella se puso contenta y me insinuó que si quería verlas. Le dije que ya muchas mujeres hacen top-lees en la playa. Se quitó la parte de arriba y volvió a preguntarme, y le asegure que realmente eran impresionantes.

Mi novia no hacia ningún gesto, ni una mueca, y sus labios no se definían, ni como sonrisa ni tampoco enfado. Comencé a preocuparme y seguí intentando dar explicaciones imposibles. Ahora tenía que contarle porque yo tenía la polla al aire.

—Se alegro mucho al oír mis palabras y me lo agradeció con un beso en la mejilla. Después me preguntó que si los hombres no se desnudaban en la playa. Le dije que en algunas playas si, las nudistas, y me dijo que porqué no lo hacía aquí dado que no nos veía nadie. Pensé que le podría alegrar la vista y eso es lo que hice, quitarme el bañador y tirarme a la piscina.

Mi novia después de unos segundos sonrió.

—Y tú te crees lo que me estás contando?

—Bueno joder, pues me la he follado!

—Como que te la has follado?

—Te estoy dando una mierda de explicación, así que lo mejor es contarte la verdad!

—Pues sí, era una puta mierda y no me estaba creyendo nada!

—A ver, empecé a darle algo de cariño y las cosas se nos escaparon de las manos!

Mi novia paso de la sonrisa a casi una carcajada.

—A ver, a ver, esto si que es interesante. Casi es más increíble que la historia que me estabas contando!

Ahora sí que me dejó sorprendido, en vez de enfadarse parecía súper interesada. Me relajé al oírla y comencé a contarle lo que había sucedido con todo detalle. Cuando acabé su boca estaba totalmente abierta como si no se lo pudiera creer.

—Joder, nunca me hubiera creído que mi madre se comportara así!

Se quedó pensativa y al cabo de unos segundos me dijo.

—Sabes que me he excitado con el morbo de la situación! Me parece tan increíble que quiero verlo!

—Cómo que quieres verlo?

—Si, vamos a hacer una cosa, mantendremos la primera historia, es decir, tu le cuentas a mi madre que me has contado lo anterior y que yo me lo he creído. Asegúrate de convencerla de que no sé nada. Después, por la tarde me decís que os vais a dar un paseo por la finca y te la follas para que yo lo vea!

Ahora el que se había quedado pasmado había sido yo. Me costó varios segundos reaccionar.

—Estás segura de lo que me estás pidiendo?

—Segurísima!

—No te pondrás celosa al vernos?

—Para nada! Creo que me encantará ver cómo se pone de guarra cuando te la folles, si es verdad lo que me has contado!

—A mi también me ha sorprendido, pero te aseguro que se pone como una perra!

—Joder, me estoy poniendo caliente tan solo con escucharte!

Todo mi cuerpo ya sonreía al oírla, no solo no se había enfadado, si no que quería que me la volviera a follar y además ella mirando. La pregunta era, solo querría una vez? O si le gustaba me pediría más veces? Creo que la polla se me volvió a poner dura con tan solo pensarlo.

—Vamos, ahora sal y convencerla que me he creído la historia!

Su frase me saco de la nube de sexo en la que había entrado mi mente. Salí y me fui hasta donde estaba

—Dios mío, que ha pasado hijo?

—Tranquila Carmen, la he convencido de que no ha pasado nada, que simplemente nos apetecía estar así, usted en tetas y yo desnudo.

—Y se lo ha creído?

—Totalmente, y no solo eso, si no que le ha parecido bien que sigamos así y que usted esté contenta y se sienta a gusto!

—Ufff, menos mal! Pensé que se enfadaría y estropeará vuestra relación!

—Que va! Está encantada de que nos llevemos así de bien!

—Uy, eso es perfecto!

—Y tan perfecto! Creo que podremos follar a escondidas si a usted le apetece!

—Dios mío! Eso es genial! Ya lo estoy deseando!

Vi como Carmen se pasaba una mano sobre sus tetas de una forma lasciva al oírme como confirmación de que se lo había tragado todo. Al rato salió Lucía sonriente y se quitó la parte alta del bikini para convencer más a su madre de la situación.

—Me alegro de que te vayas abriendo al mundo actual, llevabas demasiados años cohibida!

—Gracias hija! Creo que necesitaba unas vacaciones así!

—Entonces, no te importa que me quité el bikini? Le dijo al ver que ella lo había hecho.

—Que va! Todo lo contrario! Puedes estar como te apetezca!

Carmen, que se había vuelto a poner el bikini, se lo volvió a quitar encantada de la situación. Yo, que estaba tumbado boca abajo escuchando, me levanté.

—Supongo que yo no voy a ser menos! A mi me encanta estar desnudo!

Dije quitándome el bañador y lanzándose al agua. Las dos rieron mientras yo me relajaba en el agua y agudizaba el oído.

—Me alegro de que hayas congeniado con Jorge!

—Es un chico estupendo y estoy encantada de que haya venido!

—Pues si, y además está para comérselo!

Oí decir a la cabrona de mi novia.

—Pues sí que está muy bien! Jijiji!

—Que te parece verle así, totalmente desnudo?

Mi novia parecía querer sonsacar a su madre hasta donde pudiera.

—Uy, pues no sé, la verdad es que es una delicia para la vista!

—Ahora que parece que tu mente se va abriendo – continuó horadando mi novia – creo que puedo hablar contigo de estas cosas!

—Claro hija, puedes contarme lo que quieras, creo que estoy abierta a todo!

—Pues además de ser estupendo como persona, no veas cómo es en la cama!

Pude ver cómo Carmen enrojecía. Nunca había hablado de sexo con su hija y se estaba poniendo nerviosa. No obstante pudo reaccionar.

—De verdad! Pues tiene que ser una delicia, noo?

—No lo sabes bien! Has visto su miembro arrugado, pero cuando se le estira, menudo pedazo de pepino!

—Ufff, hija, que cosas me cuentas!

—No quieres que te las cuente?

—Si, si! Pero es que… no sé si te lo vas a creer, pero me estoy poniendo caliente!

—Pues me alegro mamá! Creo que pocas veces te has puesto caliente con papá!

—Llevas razón hija, mi vida sexual ha sido un desastre!

—Bueno, pues eso tiene que cambiar!

—Te gustaría vernos follar?

Le preguntó de repente. Yo me quedé alucinado, no sabía que pretendía la cabrona de mi novia, pero si seguía así, creo que acabaríamos follando allí mismo, sobre el césped.

—Ufff, no se hija, creo que eso sí que me pondría calentita, jajaja!

Yo no paraba de alucinar, eso no era lo que habíamos hablado y no sabía dónde pararía mi novia. La estaba poniendo más caliente que el fuego de una fragua y no entendía para qué, el caso es que Lucía parecía disfrutar poniéndola así.

—Pues sí quieres verlo, ahora me meteré en el agua y tú di que te vas a tumbar un rato a tu habitación. Bajas la persiana y te asomas por las rejillas. Creo que vas a tener una buena visión para ver cómo me mete ese pedazo de rabo que tiene!

—Ufff, hija, ahora sí que me has puesto caliente!

—Has traído algo para masturbarte?

Joder, la muy zorra no paraba con su madre, poco más y se mete dentro de ella para escudriñar en sus pensamientos más íntimos.

—Bueno, sí, pensé… que a lo mejor lo podía utilizar! Contestó Carmen algo abochornada.

—Me alegro, y espero que te lo pases bien!

Mi novia se lanzó al agua y yo me hice el loco como si no hubiera oído nada. Carmen se fue aludiendo que se iba a descansar como le había dicho su hija.

—Vamos, salgamos fuera que quiero que me folles como nunca me has follado!

—Pero qué dices! Le dije como si no supiera nada.

—Quiero que mi madre nos vea follar como posesos para ponerla más caliente que una estufa!

Lucía no podía imaginar lo caliente que ya era su madre sin necesidad de nada. Bueno, tú mandas! Le dije en plan complaciente.

Ya salí del agua con la polla medio empalmada, pero nada más tumbarnos, comenzó me agarró el tronco con una mano y miro si estado semi flácido.

—Como me gusta ponértela dura! Me dijo sin dejar de mirar al capullo que se iba hinchado por momentos.

Sacó la lengua y la acercó para rodear el sonrosado glande, la verdad es que sabía manejar esa carnosa lengua como nadie. Abrió los labios y lo succiono de una vez provocándome un calambrazo, y comenzó a chupármela como una aspiradora, parecía no querer perder el tiempo. Al momento tenía el tronco como un roble y las venas se marcaban como los bíceps de un culturista. Se quitó el tanga y se puso de rodillas para que Carmen nos pudiera ver de lado, quería que viera como mi polla entraba y salía de su coño.

—Vamos cabrón, méteme esa estaca hasta el fondo! Quiero que vea cómo me revientas!

Su redondo y duro culo me miraba con un solo ojo a la vez que yo le miraba a él con un deseo incontrolado. Los labios genitales sobresalían bajo él, no eran tan gruesos como los de su madre, pero no dejaban de ser adorables. Me incliné poniendo la lengua en la raja y di un lametazo subiendo hasta el centro de su culo. Lo repetí varias veces hasta oírla gemir. Después me concentre en su precioso culo, metiendo la lengua para llenarlo de saliva. Baje al coño y mi lengua le abrió la raja hasta encontrar el clítoris que parecía esperar ansioso. Lo lamí y lo chupé como un perro salido. Mi novia me había provocado para que fuera duro, y lo iba a ser. Casi me quedo seco embadurnándolos de saliva, pensé que la iban a necesitar.

—Vamos cabrón, métemela ya! Estoy como una perra en celo!

Aproximé mi polla hasta poner el capullo en medio de la raja y presioné con suavidad. La polla fue entrando lentamente, pero no pare hasta llegar al fondo.

—Diosss, como me gusta! Gimió al sentir como llenaba su vagina.

La saqué casi entera y la volvía a meter de un empujón.

—Diosss! Que cabrón que eres! Volvió a gemir.

El tercer empujón fue más bestia, hundiendo mi polla hasta lo más profundo de su vagina haciendo que su cuerpo se curvara como la de una gata enfurecida. Ya no jadeó, ahora fue un grito que envolvió el silencio de toda la finca. Continúe embistiendo con fuerza, como me había pedido, visualizando en mi mente depravada como se la sacaba por la boca por la boca. Me había puesto tan cerdo que ya solo pensaba en barbaridades.

—Quieres que te reviente, pues te voy a reventar, zorra!

Le gritaba tirando de sus caderas como si estuviera remando a contracorriente. Su coño comenzó a mojarse y aumente el ritmo, al momento ya fue una catarata lo que desbordó su raja abierta como un melón.

—Diosss, que cerdo que eres! Me has puesto más zorra que nunca!

—Es lo que querías, noo?

—Joder, síii! Seguro que mi madre se está pajeando como una loca!

—Pues ahora lo hará más!

Le dije sacando la polla de su coño para apuntarla en su culo. Mi miembro, totalmente erecto y duro, chorreaba como si lo hubiera metido en agua. Apenas el capullo tocó el amarronado agujero, penetró con relativa facilidad, pero se quedó ahí.

—Que haces cabrón? Dijo Lucía arrodillada y con la cara casi pegada a la toalla.

—Poner a tu madre más caliente y a ti más zorra!

Comencé a empujar sintiendo la oposición de la carne prieta y cerrada, y Lucía gritó al sentir como le abría el culo.

—Aghggg! Eres un puto cabrón! Me lo vas a romper!

Fue lento, pero apretando conseguí introducirle casi todo mi tronco duro y venoso.

—Para para! Volvió a gritarme.

—Ya es tarde putita! Me has puesto demasiado salvaje!

Saqué la polla casi al completo y volví a empujar con lentitud, pero con fuerza. Volvió a gritar usando todos los insultos que se sabía, pero yo no cese en mis intentos. A la tercera penetración conseguí meterle toda la polla.

—Hijo de puta! Me vas a reventar entera! Gritó al sentir chocar mis huevos contra sus nalgas.

Lo siguiente ya fueron embestidas cada vez más fuertes. Lucía ya no gritaba, tan solo resoplaba al sentir como llenaba su recto. Levanté las rodillas des suelo para ponerme de pies con las piernas flexionadas, y sin sacar la polla moví a Lucía de posición, quería que su madre me viera como aplastaba los huevos contra su culo. Empecé a embestir de nuevo a gran velocidad, el culo de mi novia se había abierto y mi polla lo penetraba como si lo hubieran engrasado. Ella seguía soplando y metió dos dedos en su cajita para pajearse esperando a que mi polla llenará de leche su recto.

Fueron más de dos largos minutos bombeándola el culo a la vez que ella gemía y se masturbaba, hasta que mi polla estalló soltando varios chorros de leche. Cuando solté sus caderas cayó derrumbada sobre el suelo, mi polla chorreaba todavía leche cayendo sobre su redondo culo dejándola unos blancos goterones.

—Diosss, me has reventado el culo, cabrón!

—No era lo que querías?

—Solo tenía previsto el coño, ja…

Intentó reírse al final de la frase sin fuerzas para hacerlo.

—Estoy seguro que tu madre se debe haber masturbado como una fiera!

Concluí antes de lanzarme de nuevo a la piscina.

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