Al día siguiente me llamó como si no pasara nada para quedar. Yo por supuesto quería quedar, pero era otra cosa la que me preocupaba, por lo que después de quedar y de hacer el amor de forma pasional (aunque no tan pasional como otras veces porque yo tenía la cabeza en otro lado)
Tiras el móvil en la mesita cercana a la puerta donde cogiste las llaves, te quitas la cazadora y vas a por mí. Te abalanzas y me empotras contra la pared, sin quitarme la camisa, y empiezas a besarme sin parar: cuello, boca, pecho... No puedes ni quieres parar.
Cuando ya estuve vestida de nuevo me obligó a arrodillarme delante de la webcam y me puso su pene delante de mis labios. Estaba claro que quería inmortalizar ante el vídeo que estaba grabando con la webcam una felación como la del día anterior. Yo me quedé cortada y un poco descolocada