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Una lectora y su marido (Parte 2)

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Mientras yo me fui a mi coche a buscar mi mochila con mis juguetes Carlos se fue para hablar con Lorena, por lo visto no fue nada fácil convencerla pues casi a la hora marcada de que me marcharía aún no había bajado Carlos a decirme nada, cuando ya enfilaba la salida del hotel oí que Lorena me llamaba a mis espaldas, me gire y la vi detrás mío a solas.

No se como has conseguido que Carlos acepte algo así, jamás lo hubiera imaginado, pero a él parece ser que le hace gracia el jueguecito, aunque a mi no me haga gracia, pero bueno, quiere ser un cornudo pues lo sera, pues me ha cabreado lo suficiente para darle su merecido, pero yo también tengo mis condiciones, si las aceptas subes, si no te iras.

No soy sumisa, por lo cual debes tratarme con respeto y tacto, al cornudo me da igual.

Si digo NO a algo lo respetaras sin más

Si me llegas a follar será con condón, pero no tengo claro que lo vayas hacer, pero si quiero darle un escarmiento a mi marido.

Olvídate de poder follarme analmente, un dedo quizás no te diga que no, pero si entra en mi culo ese dedo no entra en ningún otro sitio si no está limpio.

Quiero ser parte activa también en el juego, no solo tu mandas, yo también quiero hacerlo.

Acepte todas las condiciones de Lorena, pensé que podía ser divertida la noche y creo que prometía.

Mientras subíamos en el ascensor me pidió Lorena si le dejaría ver el contenido de la mochila, cosa a la que accedí inmediatamente, al entrar en la habitación le dijo a su marido que fuera al balcón a fumarse un cigarro y que le avisará de cuándo podrá de nuevo entrar, mientras fui sacando mis herramientas de la mochila, puse una toalla de baño y encima de esta fui sacando las cosas, Lorena las estaba mirando, tocando y en alguna de ellas me hacía preguntas sobre qué eran, no es que tenga muchas cosas, pero las necesarias para mis juegos.

Una vez acabado de colocar todo, cogió un arnés y me pregunto si le enseñaba a ponerlo, lo cogí y se lo empecé a poner, al levantarse la falda vi que volvía a tener su tanga introducido en su coño, al darse cuenta de ello me dijo que no preguntara y que de momento lo dejara ahí, que le gustaba sentirlo, le acabe de colocar el arnés y se lo ajuste, bajándose ella nuevamente la falda, y diciéndome que para ella era una fantasía incumplida poder probarse eso, y que esa noche se follaria a su marido con el, algo con lo que también había fantaseado alguna vez de hacerlo y que en más de una ocasión ya le metía dedos o alguna puntita de algún consolador que tenía por casa, pero que esta vez se quería follar al cornudo. Aparto lubricante, apartó la máscara para taparle los ojos, un par de plugs anales de varios tamaños, algún vibrador, el látigo y el gato, yo por mi parte prepare los condones, las pinzas, y alguna cosita más.

Lorena adoptó un papel Dominante, estaba radiante, sus ojos brillaban de pura lujuria, llamó a su marido que entrara y corriera las cortinas, una vez dentro le dijo que lo que se desnudara por completo, Lorena estaba de pie, vestida esperando a que Carlos acabara de desnudarse, mientras yo me senté a observar a esa mujer, una vez acabo le pidió que lo quería de rodillas delante de ella, y que quería que le empezara a lamer las piernas hasta llegar a su sexo, Carlos estaba extrañado por la situación, en ningún momento le llevo la contraria, y además estaba con su polla tiesa, mientras Carlos se dedicaba a lo suyo yo me acerque por detrás a Lorena, empecé apartando el pelo, besando su cuello mientras mis manos se colaban debajo de su blusa jugando con los pezones y apretándolos haciendo que estos se endurecieron, Carlos por lo visto descubrió la polla de su mujer quedando parado, a lo que ella reacciono cogiéndolo del pelo y diciéndole que siguiera, que se comiera su polla, que ahora era su sexo, mientras yo le quitaba la blusa, y dejaba floja su falda para que se cayera al suelo, mientras el cornudo lamía la polla de su mujer, Lorena excitada, sus pezones duros, sus gemidos en aumento, viendo como su marido comía polla, y yo poco a poco avanzaba más, pequeños azotes en sus glúteos, mi mano acariciando su culo, buscando su tanga y estirando un poco, y a la vez metiendo mi dedo haciendo que este fuera entrando y saliendo, Lorena emanaba mucho flujo, estaba toda mojada, alguna gotas ya recorrían sus piernas y se dejaba hacer, su marido estaba exultante, parecía que disfrutaba de aquello y ella le había cogido la cabeza y se la metía mas adentro aun, no le dejaba casi respirar, cuando note que Lorena estaba ya casi a punto correrse fue el momento para apartarme, desvestirme y hacer que ella me buscara, me pedía que no parara que quería correrse, si mediar palabra me senté en el borde de la cama, y le dije, que se correría cuando yo quisiera, que de momento había disfrutado bastante, y que yo también estaba allí, y la quería de rodillas comiéndome la polla.

Sacó su polla de la boca de su marido y se arrodillo ante mi para hacer lo que le había pedido, al intentar usar sus manos se las cogí y las puse encima de su espalda diciéndole que sin manos, solo quería sentir su boca, al cornudo le mande tumbarse en el suelo y que siguiera comiendo polla, tenía a la parejita a mis pies, ella se follaria a su cornudo, ya me encargaría que así fuera, pero yo jugaría también con ella como yo quisiera, alargue mi mano y cogí mi gato, con él empecé a fustigar su culo, al principio quiso revolverse un poco, pero a medida que era fustigada se centró más en la mamada, señal que le estaba gustando, le pedí al cornudo que le sacara el tanga del coño con la boca, cosa que hizo un poco brusca por el lamento de ella, pero enseguida se calmó al comerle el coño el cornudo, Lorena estaba que se salía, si no paraba en aquel momento me correría sin remedio, así que mandé a Carlos tumbarse en la cama, separe a Lorena de mi polla y le mandé que le comiera la polla al cornudo, mientras lo hacía lubrique con sus propios jugos el ano de Lorena y le metí un pequeño plug metálico que acaba en forma de cola, entró genial y creo que estaba tan dejada por el placer que ni se inmuto, le aparte un poco las cintas del arnés y me la empecé a follar, mientras le pedía al cornudo que se diera la vuelta pusiera su cabeza al borde de la cama, a Lorena que se subiera con las rodillas al borde y que siguiera lamiendo a Carlos, y a Carlos que le comiera el coño a su mujer mientras yo la follaba, pues así tendría de una mejor perspectiva de como me la follaba, entre lamida y lamida notaba su lengua también en mis huevos, era la primera vez que tenía esa sensación, y me gustaba.

En un momento dado la saqué del coño y le mande al cornudo que me la limpiara, metiéndosela en la boca sin dudarlo un instante, aproveché para sacar la colita de Lorena, lubricarle el culo y luego le pedí al cornudo que la guiara para meterla en el culo de su mujer, y así, poco a poco fui sodomizando a Lorena, Lorena en ese momento se había ya corrido varias veces, pero esta vez sus gemidos eran bastante más sonoros, follada por mi, comida de coño por su marido, y azotes que le daba yo mientras tanto con mis manos, así explotamos los 3 en un solo orgasmo a la vez, el cornudo por la media comida que le hacía su mujer, Lorena por estar follada por mi a la vez de que el cornudo le comía el coño, y yo porque ya no aguantaba más, le siguió unos instantes de silencio, de relax…

Hasta que Lorena le dijo al cornudo que se pusiera de rodillas en el borde de la cama, le lubrico bien el ano, lubricar su pene y poco a poco se la fue metiendo dentro, el cornudo solo bufaba, le gustaba, Lorena le pidió que a la vez se masturbara, yo también me levante, cogí las pinzas y desde atrás mientras follaba al cornudo pince los pezones de Lorena, que giró su cara para mirarme a los ojos, me posicioné detrás de ella, le aparte la cinta del arnés, me hice sitio y de nuevo volví a sodomizarla, mientras les decía al oído que vaya putones había conocido, que no sabía a quién le gustaba más ser follado, si al cornudo o a la puta de su mujer, y así volvimos a corrernos los 3 nuevamente, al separarme de Lorena esta le mando al cornudo limpiarle el semen que le salía del culo, y este sin rechistar allí estaba lamiendo y limpiando, mientras Lorena se besaba conmigo y me decía que le había gustado mucho, y que quería un recuerdo de mi, quería el arnés, así cuando se follara al cornudo se acordarían de mi.

Creí que era el momento oportuno de retirarme, la parejita debía de procesar muchas cosas y debía dejarles solos, así que recogí el contenido de la mochila, me duche y me despedí de ellos.

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