Llega, me mira a los ojos y ya estoy mojada. Y él lo sabe. Y tú lo sabes, maridito, pero no puedes evitarlo. No podemos evitarlo. Soy suya. Tú me entregaste a él cuando insististe en hacer un trío con él. ¿Te acuerdas?...
(...)hice un intento de voltearme si que se viera muy notorio, las personas me miraron raro, parecía que sospechaban algo, a ese punto no me importaba lo que pensara la gente, por fin pude voltearme, y sentí su verga posándose en mis nalgas, me sentía muy excitada(...)