Mi joven esposa (4): Cuernos consentidos (parte 1)
Yo solo miré a Yes esperando si pretendía hacer o decir algo, pero ella se quedó estática y no dijo una palabra, conforme avanzamos hacia la puerta noté su decepción, la chica que siempre parecía tan atrevida hoy estaba avergonzada y la pena no le permitía hacer nada, antes de que abriera la puerta hable. K: disculpe señor Diego...