Le juego al sancho con mi vecina casada
Volvimos a la cama, Laura se acurrucó a mi lado, yo acariciaba su rostro y sus piernas, bajaba a sus muslos y recorría hasta sus nalgas. Eso la calentó y comenzó a jalármela, nos besamos. Luego se subió sobre mí metiéndose mi verga y comenzó a cabalgarme, primero lentamente y fue subiendo el ritmo con los ojos cerrados y apretán...