Podría ser mi hija (pero por suerte no es) - 2
Lucía venía dos veces por semana a casa y se quedaba a dormir. Eran nuestras noches de sexo y charlas, de cocinarle y que me mime. El sexo fue siempre fácil, plácido, placentero y dulce. Se dejaba llevar y se entregaba al placer sin reparos. También, de a poco fuimos charlando más de nosotros, nue...