Mi mujer es chaparrita, pero de un cuerpo bien formado y muy sexi, unas nalgas redondas y muy bonitas, atrae las miradas lujuriosas de los hombres y envidiosas de las mujeres, sobre todo porque las sabe lucir y viste siempre entallada para que resalten. Sus pechos son también muy atractivos....
Lentamente bajé a su escote sin preocuparme por arrancarle sus ropas, lamí sus pezones duros y erectos, mientras ella acariciaba mi tranca dura y humedecida...
Marcela se vino en abundancia. Sus manos sujetaron con fuerza mi cabeza cortando mi respiración. Su jugo brotaba tan abundante que apenas tenía tiempo de tragarlo: —meteme el dedo en el culo cabrón. Obedecí a su demanda y le traspasé el culo con mi dedo mayor. Enseguida, la acomodé en cuatro.
Dicho así, “le afeité los huevos a papá”, puede que suene mal, pero lo cierto es que fue peor, y me siento culpable, muy culpable, sin saber qué hacer ni dónde meter la vergüenza. La incertidumbre sobre lo que ocurra en el futuro me mata.
Sí, papito, entiérrame toda la verga, hazme tuya en la postura que quieras, el chocho de tu tía está a tu disposición y te prometo que algún día mi culo también será tuyo.
Lucía una falda de vestir y una blusa fajada con unos botones desabrochados, apenas dejando ver el principio de sus senos y su falda acoplada a esas caderas pronunciadas, esto lo noté después de entrar, pues en el momento solo noté su rostro con apenas algunas marcas de la edad.