Una tarde de mayo en su carro
Era ella, tan hambrienta y deseosa de sentirlo, cada vez que lo observaba lo quería tener en su boca. Sus ojos oscuros, profundos, esa boca que la deleitaba y ese cuerpo que la ponía tan candente como la sonrisa que él le regalaba mientras coqueteaba, ese era el juego, como él la hacía sentir...