El Caimán, un charcutero de putas
Lalo preparaba diferentes utensilios de cocina como si fuera una “mise en place” y yo llegaba enfundada en ropas negras ajustadas con tacones de 18 cm símil serpiente, él me iba desvistiendo poco a poco hasta dejarme completamente desnuda excepto las bragas y los tacones.
Yo quedaba parada en el medio de la co...