Cogí a escondidas con el hijo del jardinero
Tenía 34 años y dos hijos cuando a mi esposo lo trasladaron a Arequipa. Era un importante ascenso en la empresa en la que trabajaba. Asumiría la jefatura de la región sur y el puesto incluía casa, gastos, y muchos otros beneficios. No me hacía mucha gracia dejar Lima, pero acepté pues econ&...