Mi harem familiar (6)
Por la mañana nos fuimos directo a Las Dunas, al mismo sitio. No más llegar, la señora se despelotó, aún antes de revisar si no había nadie por los alrededores. Fue bajarse de la moto, quitarse los zapatos y el vestido–pantalón que llevaba y zazan. No llevaba nada debajo. Entonces se ...